De enero a
octubre 140 mujeres ya fueron víctimas de feminicidio y 343 ya sufrieron algún
tipo de violencia por parte de sus parejas. La falta de capacitación de los
miembros del sistema judicial como de especialistas en este tema, han originado
que el 34 % de los agresores estén libres y solo el 1 % haya sido sentenciado.
Mientras Rosita Linares yacía tendida de cubito
dorsal al pie de la escalera de donde rodó, comenzó a recordar las palabras que
su mamá le dijo cuando le presentó a Marcelo. “Hija, presiento que ese hombre
no es bueno”. “Mejor continua sola”.
En el Perú, lamentablemente, historias como la de
Rosita Linares son muy frecuentes. Según el Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables (MIMP), hasta el mes de octubre de este año 140 mujeres
ya fueron víctimas de feminicidio y 343 ya sufrieron algún tipo de violencia
por parte de sus parejas. Lo que hace suponer que las cifras de violencia hacia
las mujeres este 2019 superarán las del 2018, donde alcanzaron los 149 feminicidios
y 304 tentativas.
Rosita no solo tuvo moretones en la cara y brazos,
también una fisura en el tobillo derecho producto de la caída. Por lo que no
pudo trabajar durante cinco meses. Su mamá preocupada la amenazó diciendo que,
si no denunciaba a ese hombre, ella la dejaría sola y se regresaría a
Huancavelica. Rosita se puso a pensar. “Será que la justicia atenderá mi caso y
podré librarme de Marcelo”.
Las dudas de Rosita se sustentaban en la historia de
una vecina suya que denunció a su pareja, quien al enterarse de la denuncia una
noche regresó al cuarto donde vivía con ella para darle una paliza.
Datos del MIMP del 2018 revelan que el 34 % de los
agresores en investigación están libres, y el 42 % que cometió feminicidio y se
encuentra detenido, solo el 1 % recibió sentencia. Cruda realidad que
desalienta a las mujeres a denunciar. ¿Pero por qué sucede esto?
Tulio Bermeo Turchi, juez superior titular del
distrito judicial de Ucayali, afirma que esta realidad se presenta porque faltan
órganos jurisdiccionales especializados en temas de violencia. También porque
no hay capacitación a los miembros del sistema judicial (Policía, Ministerio
Público y Poder Judicial) ni a los órganos administrativos. Por esta razón,
resalta, no hay suficientes casas refugio para las víctimas de violencia.
Liz Meléndez, directora de Flora Tristán, piensa que
esto también se presenta porque muchos operadores de justicias están
impregnados de ideas machistas. “Decirles a las víctimas, qué habrás hecho para
que tu marido te pegue”, o “por qué estuviste en la discoteca o saliste sola”,
lo único que provoca es que se siga promoviendo y reproduciendo una cultura
desigual y violenta hacia las mujeres”
Naturalización de la violencia
Si bien cada año más mujeres denuncian a sus
agresores, también hay un 48 % que no lo hace porque no lo considera necesario.
Para Liz Meléndez, esta situación se presenta porque
tanto las víctimas como el entorno a los hechos, creen que la violencia solo se
presenta cuando hay golpes físicos, cuando eso no es así. “La violencia
psicológica, sexual y económica también son tipos de violencia que se deben
denunciar y no pasar por alto”.
Rosita Linares cuenta que antes que Marcelo la
golpeara y la empujara por la escalera del edificio donde ambos vivían, él ya
la insultaba. “Por mi condición de provinciana [nació en Huancavelica] cada vez
que llegaba borracho me decía: “serrana de mierda”, “Apestas a llama, báñate”.
Cultura machista
La violencia hacia las mujeres se presenta mayormente
entre los 18 y 35 años. Esto debido a que es la etapa donde se empieza a tener
pareja. Se inicia, se termina, se inicia de nuevo, etc.
“Es en este contexto que, generalmente, el agresor no
acepta la autonomía de las mujeres, no entiende que ellas no son de su propiedad.
De ahí, que cuando cometen feminicidio se excusan diciendo que la mataron
porque sus parejas terminaron la relación, porque se fueron con otra persona, o
no quisieron tener relaciones sexuales con ellos”, asegura la activista de
Flora Tristán.
Educación para prevenir
Reducir los índices de violencia hacia las mujeres,
implica abordar varios aspectos. Bermeo Turchi dice que uno de ellos es
empoderar a la mujer en el área económica para que no dependa del varón. Y para
esto las políticas públicas deben enfocarse en este tema.
“En cuanto al varón, hay que educarlo desde la
familia para que aprendan valores. Y si ya son agresores, trabajar en la salud
mental de ellos”, afirma el magistrado.
Liz Meléndez sostiene que es necesario seguir
visualizando esta problemática para que continúe en la agenda pública del
Estado. “Solo así las mujeres identificaran que lo que están sufriendo no es
natural, que la relación que llevan no es una relación de igualdad de género,
que no es función de las mujeres servir a los hombres; es importante que
entiendan que las mujeres tenemos derechos sobre nuestros cuerpos, sobre
nuestras vidas, que somos ciudadanas de pleno derecho”.
Por ello, agrega, el Estado además de difundir la no
violencia contra las mujeres, también debe organizar campañas para dar a
conocer los derechos que ellas tienen, como la Ley 30634, que tiene como
objetivo prevenir, erradicar y sancionar toda forma de violencia producida en
el ámbito público y privado contra las mujeres por su condición de tales, y que
muchas desconocen.
“Esta campaña no solo debe estar dirigida a la
población, también debe alcanzar a los policías, médicos legistas, fiscales,
jueces, etc., ya que muchos tienen ideas machistas y misóginos hacia las
mujeres.
Liz Meléndez afirma que los cambios no lo veremos
inmediatamente, pero sí ha mediano plazo en la medida que se continúe teniendo
en agenda pública este problema que viven las mujeres.
Mayor presupuesto
Días atrás el Gobierno anunció que destinará 572
millones de soles para continuar con la estrategia de reducción de la violencia
contra la mujer.
La ministra de Economía, María Antonieta Alva, en
conferencia de prensa, dijo que, de los 572 millones, 185 millones serán para
financiar la continuidad del Plan de Acción Conjunto 2019. 160 millones para
financiar la ampliación de las intervenciones basadas en evidencias. Y 360
millones para salud mental.
Sobre los recursos asignados a la problemática de la
violencia hacia la mujer, tanto el juez superior de Ucayali como la directora
de Flora Tristán, los consideran insuficientes.
“Ayudará, pero no podrá cubrir todas las aristas de
este problema”, afirma el doctor Tulio Bermeo.
Rosita Linares luego de pensarlo mucho se atrevió a
denunciar a Marcelo. Hoy vive en Huancavelica con su bebé y se siente tranquila
de estar alejada de la pesadilla que le tocó vivir en Lima. Con la ayuda de sus
padres, se prepara para postular a la universidad y hacer realidad su sueño de
ser enferma. Qué así sea.