Qué peruano alguna vez no se automedicado. Esta mala costumbre extendida en nuestro país puede ocasionar complicaciones renales, nerviosas, cardiovasculares, sanguíneas, de la piel y gastrointestinales. En casos extremos, inclusive la muerte
Tomar medicamentos por cuenta propia, sin fórmula médica de por medio, gracias al consejo del vendedor de farmacia o el vecino, se convierte en un coctel peligroso que atenta contra la salud. Esta conducta generalizada en muchas personas, desencadena ciertos efectos en el organismo que la mayoría desconoce.Lo primero que se debe tomar en cuenta es que cada persona reacciona de una manera diferente a los medicamentos y que aunque tenga síntomas similares a los de cierta enfermedad, es únicamente el médico quien establece un diagnóstico preciso que ayuda a controlar o curar la enfermedad.Los riesgos de automedicarse son muchos: puede agravar la enfermedad, anular o aumentar los efectos de otros medicamentos, ocasionar reacciones alérgicas peligrosas, cambiar los síntomas dificultando el diagnóstico y tratamiento; y en el caso de los antibióticos, su uso indiscriminado sin formulación, deriva en una resistencia bacteriana.Según investigaciones realizadas, los antibióticos, analgésicos y vitaminas son los medicamentos que más consumen quienes se automedican. Es importante resaltar que cada individuo requiere una dosis y un tiempo de administración determinado. Cuando esto no se cumple, así ese medicamento sea el indicado, puede ocasionar problemas por sobredosificación o no servir para nada. En algunos casos hasta pueden ocasionar la muerte, si la persona es alérgica a sus componentes y los toma sin la valoración de un médico. Otras consecuencias peligrosas de la automedicación para la salud son: complicaciones renales, nerviosas, cardiovasculares, sanguíneas, de la piel y gastrointestinales (úlceras, náuseas, sangrados, vómitos)
Más de la mitad
La muerte de una joven madre en el mes de mayo tras aplicarse una ampolla, ‘recetada’ por el encargado de una botica, para aliviar su dolor de amígdala, trajo nuevamente al tapete el gran problema de la automedicación.
Mientras para el MINSA (Ministerio de Salud) en el 2009 el 45 por ciento de limeños se automedicaba, ya sea por necesidad o simple gusto, para la ASPEC (Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios) esa cifra es mucha más alta.
Según esta institución el 75% de usuarios en Lima y Callao se automedican, un 49 por ciento adquieren antibióticos sin receta médica.
Para el director medico de Quilab, División Farmacéutica de Química Suiza, Oscar Barrenechea, el hecho que cerca del 50 por ciento de peruanos ingieran algún antibiotico es una situación muy preocupante.
“Tomar antibióticos sin recomendación médica y en dosis que no son las correctas convierte a las personas en seres inmunes ha esos medicamentos, ocasionando que algunas bacterias se resistan a morir y prolongando la enfermedad muchas veces hasta la muerte”, aclaró el médico.
El profesional de la salud advierte que igual sucede con los somníferos y tranquilizantes, con los que hay que tener especial cuidado, ya que éstos actúan sobre el sistema nervioso. A pesar de ello son los más pedidos por el ritmo de vida laboral lleno de trastornos del sueño, estrés y ansiedad en la que vive la mayoría de la población urbana.
El Director Médico de Quilab también señala que las madres gestantes no deben automedicarse, porque el feto podría sufrir malformaciones irreversibles. Así como no someter a sus hijos al consumo deliberado de medicamentos, puesto que se sabe por el Hospital San Bartolomé que alrededor del 50% de madres automedica a sus niños cuando presentan cuadros de infecciones respiratorias.
“La educación en salud comienza desde la infancia. Si el niño ve a sus padres que nunca consultan a un médico, seguramente en el futuro hará lo mismo y así nunca se acabará con este círculo vicioso”, enfatiza Barrenechea.
Causas
Pero qué influye que una persona – a sabiendas del riesgo que expone a su vida – en vez de ir a un médico para tratarse de alguna dolencia prefiera irse hacer una “consulta” a la farmacia, donde seguramente será atendido por un vendedor, ni siquiera por un químico farmacéutico.
Según el MINSA son varios los factores que influyen para que una persona se automedique. Entre las más importantes tenemos la falta de recursos económicos para ir a un médico; la presión de grupo o de nuestros propios familiares que nos ofrecen una alternativa para la solución de nuestros problemas de salud basados en su propia experiencia. También destaca el bajo nivel de instrucción de los padres de familia en materia médica, lo que es aprovechada por las industrias farmacéuticas para a través de la publicidad difundir información sesgada que incita a la población al consumo de fármacos supuestamente muy seguros, pero que en realidad son todo lo contrario porque crean una dependencia de esos medicamentos.
Actualmente en nuestro país mucha de la publicidad que propalan los laboratorios influye en el médico y lo induce a tratar cualquier infección banal con antibiótico de amplio espectro que son más costosos, y cuyo uso debería prestarse para infecciones severas en un intento de preservar su efectividad y evitar el desarrollo de resistencia. De esto se destaca que en nuestros días los medios de comunicación como la radio y la televisión influyen en sumo grado en la toma de decisión del consumo de un fármaco por voluntad propia lo que facilita que existan altas tasas de prevalencia de automedicación en nuestro país, como lo reveló el año pasado la ASPEC
Más de la mitad
La muerte de una joven madre en el mes de mayo tras aplicarse una ampolla, ‘recetada’ por el encargado de una botica, para aliviar su dolor de amígdala, trajo nuevamente al tapete el gran problema de la automedicación.
Mientras para el MINSA (Ministerio de Salud) en el 2009 el 45 por ciento de limeños se automedicaba, ya sea por necesidad o simple gusto, para la ASPEC (Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios) esa cifra es mucha más alta.
Según esta institución el 75% de usuarios en Lima y Callao se automedican, un 49 por ciento adquieren antibióticos sin receta médica.
Para el director medico de Quilab, División Farmacéutica de Química Suiza, Oscar Barrenechea, el hecho que cerca del 50 por ciento de peruanos ingieran algún antibiotico es una situación muy preocupante.
“Tomar antibióticos sin recomendación médica y en dosis que no son las correctas convierte a las personas en seres inmunes ha esos medicamentos, ocasionando que algunas bacterias se resistan a morir y prolongando la enfermedad muchas veces hasta la muerte”, aclaró el médico.
El profesional de la salud advierte que igual sucede con los somníferos y tranquilizantes, con los que hay que tener especial cuidado, ya que éstos actúan sobre el sistema nervioso. A pesar de ello son los más pedidos por el ritmo de vida laboral lleno de trastornos del sueño, estrés y ansiedad en la que vive la mayoría de la población urbana.
El Director Médico de Quilab también señala que las madres gestantes no deben automedicarse, porque el feto podría sufrir malformaciones irreversibles. Así como no someter a sus hijos al consumo deliberado de medicamentos, puesto que se sabe por el Hospital San Bartolomé que alrededor del 50% de madres automedica a sus niños cuando presentan cuadros de infecciones respiratorias.
“La educación en salud comienza desde la infancia. Si el niño ve a sus padres que nunca consultan a un médico, seguramente en el futuro hará lo mismo y así nunca se acabará con este círculo vicioso”, enfatiza Barrenechea.
Causas
Pero qué influye que una persona – a sabiendas del riesgo que expone a su vida – en vez de ir a un médico para tratarse de alguna dolencia prefiera irse hacer una “consulta” a la farmacia, donde seguramente será atendido por un vendedor, ni siquiera por un químico farmacéutico.
Según el MINSA son varios los factores que influyen para que una persona se automedique. Entre las más importantes tenemos la falta de recursos económicos para ir a un médico; la presión de grupo o de nuestros propios familiares que nos ofrecen una alternativa para la solución de nuestros problemas de salud basados en su propia experiencia. También destaca el bajo nivel de instrucción de los padres de familia en materia médica, lo que es aprovechada por las industrias farmacéuticas para a través de la publicidad difundir información sesgada que incita a la población al consumo de fármacos supuestamente muy seguros, pero que en realidad son todo lo contrario porque crean una dependencia de esos medicamentos.
Actualmente en nuestro país mucha de la publicidad que propalan los laboratorios influye en el médico y lo induce a tratar cualquier infección banal con antibiótico de amplio espectro que son más costosos, y cuyo uso debería prestarse para infecciones severas en un intento de preservar su efectividad y evitar el desarrollo de resistencia. De esto se destaca que en nuestros días los medios de comunicación como la radio y la televisión influyen en sumo grado en la toma de decisión del consumo de un fármaco por voluntad propia lo que facilita que existan altas tasas de prevalencia de automedicación en nuestro país, como lo reveló el año pasado la ASPEC
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