Sabía que el 40% de los medicamentos que circulan en el país son ilegales. Si usted es de las personas que por ahorrase algunos centavos compra sus pastillas o inyecciones en una tienda o establecimiento comercial, pues es hora que tome sus precauciones ya que se ha detectado que en el país existen cada vez más mafias dedicadas a la comercialización de medicamentos ilegales, falsificados y de contrabando.
La falsificación y posterior venta de bienes de salud está constituyéndose en uno de los negocios más lucrativos que existe, incluso algunos vaticinan que por encima del tráfico de estupefacientes, y ello debido a los beneficios que estas prácticas reportan por la ausencia casi total de sanciones tanto administrativas como penales para los implicados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el Perú se mueve alrededor de U$1,200 millones, pero de los cuales alrededor del 10% (unos 120 millones), pertenecerían al llamado mercado negro de la salud, quienes no solo son falsificadores, sino están muchas veces coludidos con contrabandistas, quienes ingresan al país por rutas muy bien conocidas por la policía y que en la actualidad no se hace nada para contrarrestar el problema. (Ver cuadro)
Muchas personas, básicamente por razones económicas, adquieren medicamentos en lugares públicos que no ofrecen ningún tipo de seguridad (Como “El Hueco”, “Las Malvinas”, “Polvos Azules”, entre otros). Pero lo que es peor, como dice la congresista Hilda Guevara, es que muchas veces, como ha quedado demostrado en los diferentes operativos que realizan las municipalidades conjuntamente con la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) es que son las mimas boticas y en menor escala las farmacias las que venden estos productos falsos.
Según la ex presidenta de la Comisión de Salud del Congreso de la República, la existencia de un mercado negro donde se comercializan las medicinas bambas se ve reforzada por el mal hábito que tienen los peruanos de automedicarse.
De acuerdo con la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (ASPEC), el 75% de usuarios en Lima y Callao se automedican. De esa cifra, el 49% adquieren antibióticos sin receta médica.
Para el director médico de Quilab, División Farmacéutica de Química Suiza, Oscar Barrenechea, el hecho que cerca del 50% de limeños ingieran algún antibiótico es una situación muy preocupante.
“Tomar antibióticos sin recomendación médica y en dosis que no son las correctas convierte a las personas en seres inmunes a esos medicamentos, ocasionando que algunas bacterias se resistan a morir, prolongando la enfermedad muchas veces hasta la muerte”, precisa Barrenechea.
Operativos
En los últimos años las autoridades han incursionado con mayor intensidad en la falsificación de medicamentos en general. Lastimosamente producto de que nuestro Código Penal no castiga como delito todas las modalidades de comercio ilegal estos operativos no han podido disminuir este vil negocio.
Para solucionar este problema el Grupo Técnico Multisectorial de Prevención y Combate al Contrabando, Comercio Ilegal y Falsificación de Productos Farmacéuticos y Afines (Contrafalme) presentó en el 2007 un proyecto de ley al que posteriormente se sumaron seis más. Por razones de falta de voluntad política como bien lo señala el congresista Rafael Vásquez desde octubre del 2009 este proyecto se encuentra durmiendo el sueño de los justos.
Para el presidente de Digemid, Víctor Dongo, el problema del contrabando y falsificación de medicamentos no solo hay que verlo por el riesgo que genera su consumo para la salud de la personas, sino también por la millonarias pérdidas que ocasiona a los laboratorios. “Aquí nos encontramos frente a una problemática que afecta tanto al bien jurídico, la propiedad intelectual, como salud pública, que se presentan según los estudios realizados con mayor incidencia en los países en vías de desarrollo, donde los controles sanitarios son menos estrictos y en muchos casos sin protección penal”, sostiene.
De acuerdo con el representante de la Asociación Nacional de Laboratorios Farmacéuticos del Perú (ALAFARPE), Néstor Garrido, es difícil cuantificar las pérdidas porque no se sabe a ciencia cierta la cantidad de medicamentos ilegales que circulan en el país, pero si se pudiera, asevera, de seguro que estas serían millonarias.
Soluciones
Para Néstor Garrido, la solución al problema del contrabando y la venta de medicamentos ilegales en el país hay que abordarlo de diferentes ángulos. Uno de ellos, dice, es el endurecimiento de las penas para estos inescrupulosos. El otro es incrementar las campañas de educación para que la gente sepa cómo reconocer un producto original con uno falso. “Para ello el Ministerio de Salud debe incrementar su presupuesto publicitario”, señala.
Por su parte la congresista Hilda Guevara sostiene que también debe intensificarse los operativos que realiza la policía en la frontera con Bolivia y Chile, ya que son por esos lugares por donde más ingresan los medicamentos ilegales al Perú.
Cabe señalar que los falsificadores se sienten atraídos por dos tipos de medicamentos: aquellos que tienen alta rotación y aquellos que se venden a precios elevados. En este último caso, la salud del paciente se ve amenazada por los medicamentos falsificados, que provocan, en el mejor de los casos, que no haya mejoría; y, en el peor, la muerte. “Por eso es necesario que los medicamentos tengan un menor costo, como los hay en otros países”, revela Guevara.
Las rutas
Según el Instituto para la Seguridad Farmacéutica de los Estados Unidos los países que han experimentado el mayor número de incidentes de medicamentos falsos son además de Perú, Brasil, Perú, Paraguay, Colombia y México.
"Aunque muchas veces no se lo hace público, el análisis de los medicamentos falsos indican que en muchos casos éstos son producidos en China -sostiene el informe-. La zona libre de comercio de Iquique en Chile, el puerto de Buenos Aires en la Argentina, y Montevideo en Uruguay, también han sido identificados como puntos de tránsito para los medicamentos falsos chinos, que luego a veces son embarcados directamente hacia Brasil, o pasan luego por Bolivia y Paraguay", y hacia otros destinos revela el documento.
De todos estos países mencionados como rutas del contrabando, hay que agregar que en Argentina también se adulteran las fechas de vencimiento. En esta nación según la Organización Mundial de la Salud (OMS) dos de cada diez medicamentos que se venden son falsos.
En la Argentina, el perfil de la falsificación cambió en los últimos años-dijo a La Nación María José Sánchez, coordinadora del Programa de Pesquisa de Medicamentos Ilegítimos del Instituto Nacional de Medicamentos (Iname), en una entrevista realizada meses atrás-. “Antes había una falsificación muy grande de los comprimidos de venta masiva, como los analgésicos, pero hoy se tiende a la adulteración del contenido de medicamentos de alto costo, como los oncológicos, los antirretrovirales o los que se usan para la hemofilia, afirma."
¿Cuál es hoy el modus operandi preferido por los falsificadores en el país? "Se usan los envases vacíos de los medicamentos, se los rellena con una sustancia similar al producto original y se los vuelve a comercializar", resumió Sánchez.
Escribe: Cristhian Briceño R.
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