Quien no ha escuchado alguna vez a un hombre decir “Mujer tenía que ser…” o “Mujer que no jode es hombre”. Así como estas frases que se refieren a las mujeres en términos peyorativos, existen en el país muchas otras que se pronuncian con desparpajo, siendo todas ellas parte del vocabulario machista muy común entre la mayoría de los peruanos
Esta situación es apenas una de las tantas que tienen que tolerar las mujeres en el país donde el fenómeno se ve con mucha naturalidad, siendo ya parte de nuestra cultura.
En el Perú, el machismo agrede, ofende, abusa e incluso mata. En el primer mes del año, según el Ministerio de la Mujer, de los 19 casos de violencia, 11 terminaron en muerte y 8 fueron tentativas.
Razones del machismo
La antropóloga Norma Fuller, de la Universidad Católica del Perú, dice que el machismo en lugar de constituir una prueba de la superioridad masculina, se representa como la expresión de la inseguridad de los jóvenes respecto a su propia virilidad o a su capacidad de obtener el reconocimiento de sus pares. Para otros, como la psicóloga Carmen Mendoza, el machismo es una reacción irracional de defensa contra el reto que representa la liberación femenina y la irrupción de las mujeres en el espacio público. “Se trata pues de una reliquia del pasado y de un intento de proteger los privilegios masculinos que han perdido legitimidad”, refiere
Una investigación sobre representaciones de sexualidad en tres generaciones de limeños identifica ciertos cambios generacionales. Aunque en la generación que tiene entre 60 y 70 años, el varón se presenta como impulsivo, autoritario y protector, en cambio en la generación que tiene entre 40-50 años se incorpora el reconocimiento de la sexualidad de la esposa y la importancia de la paternidad para definir la autoestima del varón tanto individual como socialmente.
Un reciente estudio de opinión publica aplicado a hombres y mujeres mayores de 18 años viviendo en las ciudades de Lima y Callao concluyó que la idea del padre más comprometido afectivamente y comunicativamente con sus hijos ha ingresado a las percepciones y mentalidades de la población urbana.
Las investigaciones que han explorado la temática de la identidad masculina muestran que la dimensión paternal y la responsabilidad frente a la familia son ejes cruciales de ésta.
El machismo entendido como afirmación de la virilidad y control sobre las mujeres, dice Mendoza, es un componente de la cultura masculina juvenil transmitida por el grupo de pares. De acuerdo con la profesional, esta cultura acentúa la ruptura con los valores de la casa, asociados a la figura materna y sobrevalua el aspecto indomesticado de la masculinidad: fuerza física y virilidad.
¿Por qué lo toleran?
Para la psicoanalista Carmen Valenzuela, del Centro de Investigación y Atención Psicoanalítica de Latinoamérica (CIAPLA), las mujeres jóvenes soportan el maltrato porque se da dentro de una relación que es el único afecto que han encontrado en sus vidas. Esto refleja, dice, que en su entorno familiar no encuentran afecto ni atención.
Para la profesional, hay que trabajar la identidad de la chica, que entienda que puede ser objeto de afecto y que aprenda a distinguir una suave caricia de una que busca someterla con brusquedad.
Por su parte, Mendoza refiere que resulta clave erradicar la violencia en la edad del enamoramiento, ya que si este tipo de conductas persisten, se van a repetir con mayor intensidad en otras relaciones de pareja o si la relación violenta llega a convertirse en matrimonio o convivencia.
En el trabajo
Uno de los problemas que tienen las mujeres para ocupar puesto de vanguardia es que muchas veces los subordinados hombres las rechazan. Esto se da sobre todo en ocupaciones que requieren esfuerzos físicos, pues consideran que ellas no entienden de eso.
Otro problema recurrente para las mujeres es cuando se embarazan y requieren de alguna licencia en algún momento. Por esta razón, muchos empleadores lo piensan hasta tres veces para contratar a una profesional mujer. Pero el más común, sobre todo para las más jóvenes, es el acoso sexual. ¿Qué mujer bonita no ha sufrido alguna vez una insinuación de parte de su jefe? Ahí están las varias denuncias hechas públicas durante estos últimos años por parte de policías y militares femeninas que sufrieron el acoso no solo de sus superiores sino también de sus compañeros.
La ONG Manuela Ramos hace algún tiempo hizo hincapié en algunos temas que tienen que ver con la sexualidad. Una mujer que hace uso de su libertad sexual no es una “jugadora”, y una mujer que no tiene hijos no es una persona frustrada. “Ante el incremento de los niveles de educación de las mujeres, la maternidad representa una opción y la sociedad tiene que reconocer el derecho a que las mujeres decidan libremente la maternidad”.
A pocos días de celebrase el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), es necesario recordar que frenando desde un inicio el machismo y tratando de cambiar viejos prejuicios, ellas dejarán ser vistas como objetos para ser tratadas como seres humanos. Reflexionar sobre este tema, no está nada de mas.
DATOS
1.- Según una encuesta de la Universidad Católica del Perú realizada a inicios de marzo del año pasado, un 50% cree que en el Perú el machismo es practicado por hombres y mujeres por igual; mientras que un 40% opina que los varones lo practican más que las féminas.
2.- A la pregunta ¿Cuál es el mayor problema de ser mujer en Lima?, el 36% responde que la falta de respeto de los hombres, seguida de la inseguridad ciudadana (29%), la falta de oportunidades laborales (22%), y la falta de acceso a estudios (9%).
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