El Banco Continental BBVA, la asociación que tiene el grupo español con el conglomerado familiar peruano conducido por los hermanos Brescia, se ha convertido según la América Economía Intelligence, en la tercera institución financiera más importante de América Latina.
Para esta organización, la bajísima cartera vencida, su alto nivel de liquidez y su alto retorno sobre el capital invertido (ROE) llevaron el año pasado al Continental a una posición inédita para un banco peruano.
A pesar de la crisis financiara que golpeó el mundo el 2010, no ha sido un mal tiempo para los banqueros, particularmente para los de América Latina. Al 30 de junio de 2010, los 250 mayores bancos latinoamericanos sumaban activos por casi US$ 3 billones (millón de millones), un monto que superó en 14% a los que registraron un año antes y muy por sobre el nivel de activos que sumaban antes de la crisis.
No es una verdad desconocida. “A diferencia del resto del mundo, en el Centro y Sur de América la crisis no fue financiera”, dice Pamela Cox, encargada del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. De hecho, las finanzas es una de las industrias que más fortaleza ha mostrado en los dos últimos años de fuertes presiones económicas.
La evidencia más clara son los resultados de esta nueva edición del estudio de bancos que anualmente el equipo de América Economía Intelligence realiza al analizar los balances y estados de resultados de las 250 mayores entidades financieras de la región, seleccionando a las 25 que han conseguido el mejor desempeño.
Según este estudio, la institución financiera que más ha destacado el 2010 es el Banco Santander de Chile. La filial del conglomerado español parece haber encontrado la receta secreta de la Coca-Cola: tiene los mejores resultados del grupo del que forma parte y mantiene por sexto año consecutivo el primer lugar en bancos en América Latina. Esto según nuestra metodología basada en el modelo CAMEL, que analiza y compara el desempeño bancario de acuerdo a su gestión de capital, activos, patrimonio y liquidez.
El brasileño Banco Itaú le pisa los talones. La entidad protagoniza una campaña de expansión internacional y doméstica, sin descuidar los resultados de su banca local. De hecho, las utilidades del Itaú aumentaron en 72% en el período analizado, y sus planes de expansión se sostienen: la institución acaba de recaudar US$ 1.000 millones en una emisión de bonos para generar nuevos negocios.
El tamaño importa
Una de las tendencias más sobresalientes de los bancos latinoamericanos es que los más grandes tienden a ser cada vez más grandes. Los 10 mayores bancos de la región crecieron a una tasa promedio de 20,2% en el período analizado. Entre ellos destaca el Banco do Brasil, la firma estatal que se consolida como el mayor de la región luego de absorber al Banco Regional Nossa Caixa, operación que le permitió incrementar sus activos en 40% en el último año, superando los US$ 362.000 millones (tres veces el PIB de Perú). Hoy el Banco do Brasil está en una expansión internacional y en busca de objetivos de compras en varios países de América Latina.
No obstante, uno de los análisis más interesantes que se desprenden del listado de los 250 mayores bancos son las tendencias por países. Y es que éstas difieren mucho de mercado a mercado. Los 70 bancos brasileños que aparecen en el listado de los 250 mayores incrementaron sus activos en 25,5% en promedio durante 2009-2010. Solo fueron superados por los 28 bancos mexicanos, que incrementaron sus activos en 26,6%. Los 21 bancos argentinos lo hicieron en 15,5%, mientras que los 22 bancos panameños, en 11,8%. Muy al otro lado de la moneda están los bancos venezolanos. A pesar de ser una de las industrias más favorecidas por Hugo Chávez gracias a su posibilidad de arbitrar instrumentos financieros y monedas dentro del desorden macroeconómico de Venezuela, la devaluación inducida contra el bolívar pegó fuerte a las cuentas de la banca venezolana si se miden en dólares: los 20 bancos venezolanos en este listado de los 250 mayores registran una caída promedio de 33,1% en el nivel de sus activos.
De hecho, la banca venezolana es la única de América Latina que muestra una consistente tendencia a la baja: cae en depósitos, utilidades y en carteras de crédito. Situación que no se repite en el puñado de bancos ecuatorianos ni bolivianos, compañeros de Venezuela en el bloque del ALBA, pero que han sido más ortodoxos en el cuidado de las cuentas fundamentales de la macroeconomía.
Incluso los bancos centroamericanos, región fuertemente afectada por la crisis, han tenido un pasar sin grandes complicaciones. Aunque las ganancias han caído en el período post crisis, la solvencia de los bancos se ha mantenido firme gracias a las cada vez más robustas fuentes de financiamiento interno.
La gran excepción está en Nicaragua, donde recientemente se anunció la liquidación del Banco del Éxito, institución financiera nicaragüense que sufrió por el Movimiento del No Pago. Ésta es una organización creada en marzo de 2008 por clientes morosos de las microfinancieras de la zona norte del país y que se ha ido extendiendo por el resto de la nación.
El sistema bancario de Nicaragua se ha visto afectado. De hecho, los tres bancos nicaragüenses entre los 250 más grandes de la región redujeron sus utilidades en 6% en promedio y sus carteras de crédito, en 10%, aunque no corren riesgos de insolvencia.
Una situación muy distinta es la panameña. Cada vez más consolidado como un centro internacional de finanzas, hoy busca salir definitivamente de la lista gris de paraísos fiscales que elabora la OCDE.
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