El domingo 5 de abril de 1992 se quebró una vez más el orden constitucional. Esa noche el entonces presidente Alberto Fujimori en un mensaje televisivo que sorprendió a más de un peruano anunció el cierre del Congreso y la intervención del Poder Judicial, Ministerio Público y el Consejo Nacional de la Magistratura.
El argumento que esgrimió el mandatario era que los parlamentarios de esa época obstaculizaban su programa político por lo cual los vinculó con el narcotráfico y el terrorismo, al sostener que la mayoría bloqueaba sus iniciativas legislativas para combatir esos problemas.
Si bien el llamado autogolpe contó con el respaldo inicial del 80% de peruanos, años después el país comprobaría a través de un video como este régimen que inicialmente fue constitucional para luego convertirse en dictatorial había sucumbido a una espiral de corrupción cuyas consecuencias nefastas aún lo vivimos.
Si bien el golpe de Estado de Alberto Fujimori fue el último que registra la historia, el Perú a lo largo de su existencia ha estado inmerso en diversas rebeliones, revueltas, revoluciones, alzamientos y asonadas. Particularmente el sur del país tiene una larga y arraigada cultura de la revuelta, desde Ollantay hasta el teniente-coronel Ollanta Humala. Cientos de páginas se podrían escribir sobre estos acontecimientos, por lo que sin temor a equivocarnos podemos afirmar, que al menos en golpes de Estado los peruanos en América Latina somos los primeros.
53 gobiernos en 24 años
La mayoría de rebeliones y golpes de Estado que registra el país se dió durante los primeros años de la República. La independencia no trajo la paz al Perú, por el contrario, surgieron numerosos movimientos de diferente concepción que buscaban tomar el poder o conseguir su propia independencia. Surgieron tendencias regionalistas y separatistas en Cusco y Arequipa. El Estado peruano no conseguía estabilidad, entre 1821 y 1845, en tan sólo 24 años, hubo 53 gobiernos y seis constituciones. En 1838, por ejemplo, hubo hasta 7 presidentes simultáneamente.
Velasco y la Junta Militar
En 1963 Fernando Belaúnde ganó las elecciones convocadas por una Junta Militar que un año antes había quebrado el orden constitucional. A pesar del fuerte respaldo popular que contó el régimen belaundista este no trajo la ansiada estabilidad al Perú. En 1968 su gobierno firmó un convenio con la International Petrolium Company que tuvo el apoyo multipartidario. Pero el Director de la Empresa Petrolera Fiscal, Carlos Loret de Mola, denunció que había desaparecido la página once del acuerdo, donde estaría estipulado el monto de la indemnización que pagaría el Estado a esa empresa. Se produjo un gran escándalo que llevaría a una nueva rebelión. El 3 de octubre de 1968 se produce un golpe de Estado que depone a Belaúnde. La junta militar presidida por el General Juan Velasco Alvarado contaría con el apoyo de la izquierda peruana y del partido comunista.
El gobierno de Velasco nacionalizó los recursos, reformó el agro, la educación, expropió las empresas, los bancos y los medios de comunicación. El autoritarismo campeaba y la radicalización de los bandos opuestos era evidente.
En 1975 el General Francisco Morales Bermúdez consideró que era necesario un “relevo institucional”, y juntamente con un grupo de militares decidió dar un golpe al golpista, que se produjo en agosto de 1975.
Montesinos y su intento de tomar el poder
En el año 2000 se hicieron evidentes las fraudulentas manipulaciones del asesor presidencial Vladimiro Montesinos, el cual controlaba casi todas las instituciones del Estado, sobre todo, las Fuerzas Armadas. Tras exhibirse un vídeo donde Montesinos sobornaba a un congresista, Fujimori destituyó a su “hombre de confianza” y anunció que acortaría su tercer mandato.
Pero al asesor presidencial no le gustó la idea y trató de mantenerse en el poder conspirando contra Fujimori para colocar a un títere en su lugar, sin embargo, gracias a la presión popular por regresar a una verdadera democracia, Montesinos se vio obligado a huir y vivir en la clandestinidad por varios meses hasta ser encarcelado.
Los Humala Tasso
En el año 2001 asumió el gobierno del Perú el economista Alejandro Toledo. Desde sus inicios, su gobierno fue duramente criticado por Antauro Humala, que consideraba a Toledo “la cabeza de un gobierno corrupto y vendido a capitales extranjeros, sobre todo chilenos”.
En diciembre de 2004, su hermano, el Comandante Ollanta Humala, quien era agregado militar del Perú en el extranjero, fue dado de baja intempestivamente, lo cual provocó las iras de Antauro.
Así, en las primeras horas del 1º de Enero de 2005 Antauro Humala, junto con 150 ex soldados, tomó una comisaría en la ciudad de Andahuaylas, exigiendo la renuncia del presidente Toledo, que en ese momento tenía 90% de impopularidad.
El asalto a la comisaría le ganó a Humala las simpatías de la población local pero dejó como saldo cuatro policías y dos subversivos muertos.
Luego de 3 días de confusión, Humala fue hecho prisionero y trasladado a Lima, donde continúa encarcelado.
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