En nuestro país el año que se fue estuvo marcado por una de las elecciones generales más reñidas de su historia. Asimismo por el alto número de conflictos sociales que pusieron en jaque en varias oportunidades al gobierno.
Al inicio de las elecciones, las encuestas en un principio daban como favorito al expresidente Alejandro Toledo, quién en gran parte de la campaña liberaba las preferencias electorales con un contundente 36%, cifra que fue decayendo a manera que se acercaba el 10 de abril fecha de las elecciones. Mientras Toledo bajaba, Ollanta Humala candidato por Gana Perú subía. De un 10% a mediados de enero logró obtener el 31%, cifra que lo pondría en segunda vuelta, en donde tendría como competidora a Keiko Fujimori, candidata del fujimorista que había recibido el respaldo de la ultraderecha.
A pesar de la fuerte campaña psicosocial del susto promovido por los simpatizantes de Fuerza 2011, Humala logró en segunda vuelta ganar las elecciones con tan solo tres por ciento de diferencia.
Una de las pesadas herencias que le dejó la administración de Alan García al nuevo gobierno, fueron los conflictos sociales. En agosto de ese año cuando Humala asumió el cargo, según la Defensoría del Pueblo había más de 220 conflictos, la mayoría de origen antiminero.
Precisamente uno de esos conflictos sociales fue el detonante para que el gabinete de Salomón Lerner renunciara ante la imposibilidad de poder resolverla.
Hasta hoy el conflicto acaecido en Cajamarca no ha sido resuelto por la terquedad de algunos malos dirigentes.
Ciro Castillo: Un ejemplo de lucha
A pesar de tener en su contra el clima y lo agreste de la zona, Ciro Castillo demostró de lo que está hecho un verdadero padre. A pesar de su edad y enfermedad, nunca dejó de buscar a su hijo. Luego de 202 días de iniciada su lucha, logró encontrar a su primogénito.
Casi todos los días, el doctor Ciro se trasladaba una hora en auto y luego caminaba un kilómetro hasta la zona de los miradores. Desde ahí, oteaba el horizonte mientras veía las labores de los socorristas e inspeccionaba los barrancos para ver si es que encontraban a su hijo.
Este es el mismo hombre que muchas familias quisieran tener y que ha gastado más de 250 mil soles en buscar a su primogénito, ya que como él mismo lo dijo: “la vida de un hijo no tiene precio”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario