Una empresa especializada en servicios a través de la nube reveló que las máquinas superaron por primera vez a los humanos en términos de tráfico en internet.
Según Incapsula, el 51% del flujo en la red lo generan programas automáticos que en su mayoría se dedican a labores “malignas” o “delictivas” en internet, como el robo de datos de tarjetas de crédito o espionaje corporativo.
Expertos alertan además que a medida que se conecten más aparatos a la red la presencia humana irá perdiendo terreno frente al flujo generado por las máquinas.
“Máquinas buscando a otras máquinas”
El dato dado a conocer por Incapsula no sorprende a expertos en seguridad en internet como Juan Manuel Corchado, decano de la facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca y director del Master en Seguridad en Internet (CERTYRED).
“Se trata de máquinas buscando a otras máquinas que no tienen seguridad, a través de las cuales se envía correo basura (spam) a otras máquinas. Es un tráfico automático, aunque claro está, detrás de las máquinas hay personas”, explicó a un medio español.
De acuerdo al informe de Incapsula, el 31% de este flujo tiene fines malintencionados, ya que procede de hackers, rastreadores o espías.
Tras analizar los datos compilados en unas 1.000 páginas de internet con una media de entre 50.000 y 100.000 visitas mensuales, se concluyó que el mayor porcentaje de “delincuentes virtuales” (19%) está conformado por software espías, como las llamadas “cookies”, que se dedican a robar datos para ser empleados en campañas de marketing.
Por otro lado, figuran todas aquellas herramientas que emplean piratas informáticos dedicados a cometer delitos (5%), sistemas que permiten el robo de datos personales, infecciones con programas malignos (malware) o ataques que terminan bloqueando o cerrando una página en internet.
Le siguen los “ladrones de contenidos” (5%) que son unas páginas de internet conocidas en inglés como scrapers. Estas páginas roban contenidos que han recibido gran número de visitas en internet y los presentan en sus sitios para atraer visitas y generar ingresos a través de la publicidad.
Por último, y con una incidencia del 2%, están los correos basura, que en casos extremos puede llevar a los incautos a sufrir los nocivos efectos de un virus informático.
Marketing
Pero no todo el tráfico que generan las máquinas es maligno, el resto procede de los motores de búsqueda que se dedican a hacer filtrados, indexaciones y otras actividades que permiten que los usuarios humanos podamos realizar búsquedas más rápidas.
Según Juan Manuel Corchado, gran parte de este fenómeno se debe a lo provechosa que resulta la red en campañas de marketing.
“No es un marketing dirigido a un usuario concreto, sino a miles de millones de usuarios cuyos emails están en bases de datos. Hacer un anuncio de televisión cuesta caro pero enviar miles de mensajes a usuarios es gratis”, apuntó.
“Actualmente, nosotros ofrecemos cursos dirigidos a impedir que las empresas utilicen los servidores de otras empresas o nuestros correos electrónicos con fines delictivos. Esto ocurre con mucha frecuencia”.
La vulnerabilidad de América Latina
En la región el crimen cibernético tiene un grado de penetración “escalofriante”, según señaló en una conferencia sobre seguridad en la red Dmitry Bestuzhev, director global de investigación y análisis de Kapersky Lab para América Latina.
Según el experto, el crecimiento de los ataques en la región se disparó un 490% entre el año 2009 y 2011.
Brasil es uno de los países más atractivos para estos ladrones virtuales dada su mayor penetración de sistemas de banca a través de internet. De hecho, se señaló que el 36% de los virus troyanos bancarios que circularon en la red global en 2010 procedían de ese país, el 95% con el fin de robar información bancaria.
En el caso latinoamericano, el último informe de Kapersky Lab indicó que el cibercrimen en la región se llevó a cabo en su mayoría a través de redes sociales, páginas de internet pirateadas y páginas de internet creadas con fines delictivos.
No obstante, el correo electrónico es actualmente el medio favorito para llevar a cabo delitos cibernéticos, concretamente a través del envío de programas nocivos malware, cuyo uso se incrementó en la región en un 42,5% en 2011 respecto al año anterior.
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