Con más de 10 mil empresarios, 17 mil tiendas distribuidoras y 160 galerías el Emporio Comercial de Gamarra se ha convertido en el más grande del Perú y Latinoamérica.
En la actualidad, el imperio del comercio y la moda se ubica en el corazón del distrito de La Victoria. El movimiento es interminable y es conocido y visitado por propios y extraños que maravillados por su diversidad se preguntan, ¿cómo empezó este gigantesco emporio? Bueno, no siempre fue tan prospero y concurrido como lo es hoy en día, hace 40 años era una tierra de nadie, inundada por delincuencia, suciedad y prostitución.
Humildes inicios
Eran los años 60’s, Vicente Díaz Arce, uno de los ‘patriarcas’, como es considerado, se estableció en el jirón Gamarra. Él alquiló un depósito y con un capital de S/.300 empezó lo que sería una escuela y un ejemplo para miles de provincianos y gente emergente que tomó las calles para hacerse de un futuro en la difícil capital. Siendo una zona peligrosa y difícil, se daba cuenta que los compradores de ‘La Parada’ no solo buscaban verduras, sino frasadas y ropa a precios cómodos.
Uno de éstos hombres que siguió el ejemplo del “patriarca” y actual dirigente de Gamarra, fue Diógenes Alva, que actualmente es dirigente de Gamarra, orgulloso cuenta que a base de esfuerzo, construyeron de la ‘nada’, lo que actualmente se conoce como el emporio más grande del país.
“Cuando llegué hace más de 40 años, había delincuencia, bares de mala muerte, prostitución. Entonces, mira como estos ‘cholos’ pudieron erradicar esas cosas y convertir los hoteles en talleres y las cantinas en galerías. Como se puede ver, a base de esfuerzo hemos construido un gran emporio. Para esta gente provinciana, no hay días libres ni feriados, todo es trabajo y aquí están los resultados”, señala.
A inicios de los 80’s, como nos cuenta Diógenes, optaron por vender en las calles, donde se le conocía como ‘La Parada’, hasta que se organizaron y a finales de 1999, pasó a llamarse, formalmente, ‘Emporio Comercial de Gamarra’.
A pesar que este gigante del comercio es en la actualidad un emporio tan próspero, nunca recibió una ayuda o apoyo de algún gobierno y eso es lo que Diógenes Alva enfatiza y resalta ante todo. “Somos una prueba viva de que el hombre trabajador puede lograr grandes cosas. Con todo lo que se puede ver, creo que somos un testimonio y ejemplo de esfuerzo. Todo esto lo hemos hecho nosotros solos. Nunca recibimos ni ayuda del gobierno o de los municipios. Pero aún así queremos que haya organización, por ejemplo, no hay una entrada o salida señalada. Hay desorden, ambulantes informales como en la Av. Aviación, donde impera la suciedad. Entre los gremios hace falta comunicación porque jalan para su lado en vez de unirnos todos. A eso apuntamos, a que todo se formalice más de lo que se ha logrado y que algún día una autoridad venga y nos ayude”, enfatiza.
El hoy de Gamarra
En mayo de este año, el emporio celebró 50 años de creación, y para esa ocasión muchos políticos se hicieron presentes. Cada uno, a su manera, quiso darse un baño de popularidad, sin embargo, como dicen estos “cholos”, a ellos ya no les creen nada.
“En el pasado muchos vinieron, prometieron el oro y el moro y luego cuando llegaban hacer autoridad, nada de nada. Por eso de ellos no esperamos nada. Ojalá algún día esa forma de hacer política cambie, porque nosotros ahora queremos convertir esta zona en un lugar turístico, y para hacer realidad este sueño requerimos de las autoridades”, refiere don Diógenes.
Actualmente el emporio de Gamarra paga al Estado a través de sus impuestos cerca de $200 millones. Según estadísticas del INEI, de los 24 mil establecimientos existentes, 15 mil se dedican a la actividad comercial (64% del total de negocios), 5 mil (23%) son manufactureros y el 96,8% de los establecimientos son microempresas.
Diógenes afirma que Gamarra es una escuela para el que quiere hacer empresa y salir adelante. “Hay muchos que al terminar los estudios no saben qué hacer. En cambio todos los que vinimos aquí, trabajamos y echamos poco a poco a la delincuencia, la prostitución y ‘limpiamos’ este lugar. Algún día llegará alguien para poner orden, pero lamentablemente el enemigo de un peruano es otro peruano. Cuando dejemos de pensar así y vayamos juntos en bien común, entonces nadie nos parará”, finaliza.
Sin duda toda una lección de trabaja, cual invasión tomaron una zona peligrosa y al margen de la llamada ley, que no se hace presente, se convirtieron en una potencia económica ícono de nuestro país y que esperan paciente, pero trabajando, para que algún día, sea una ‘Ciudad Comercial’. Entonces, ¿Se anima a darse una vuelta?
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