Ya sea porque la medicina convencional es cada vez más cara y muchas veces causa efectos colaterales, hoy en día hay más personas en el mundo que confían en la medicina natural, para resolver sus principales problemas de salud.
Desde tiempos inmemoriales, los hombres han utilizado plantas y frutos para tratar enfermedades. Hoy se utilizan unas 35.000 plantas medicinales en todo el mundo. Esta cifra tan elevada se debe, por una parte, a que en ciertas regiones los medicamentos fabricados por las empresas farmacéuticas resultan caros. Por otra, porque sobre todo en los estados desarrollados, el individuo suele tener más esperanzas en las hierbas que en los fármacos de la industria química. “Muchas personas alrededor del mundo recurren a los remedios de origen vegetal de la medicina tradicional”, afirma Rakesh Tuli, director del Instituto Nacional de Investigación Botánica, en Lucknow (Uttar Pradesh).
La visión de la medicina natural es que la salud es un estado de equilibrio entre la nutrición, la herencia genética y los factores ambientales. Es por eso que se estudia al paciente de manera holística, tratando de encontrar y curar las causas físicas y emocionales que generan la enfermedad, no solo los síntomas.
Es así como se busca establecer una cultura del cuidado de la salud, promoviendo un estilo de vida saludable, con una buena alimentación y consumo de agua, la costumbre de hacer ejercicio y de tener suficientes horas de reposo. Y si se da el caso de alguna enfermedad, lo que se busca es fortalecer el cuerpo con elementos naturales para reforzar sus defensas y que éste mismo pueda combatirla, sin necesidad de agentes químicos que causen efectos secundarios.
Si bien es cierto que muchas plantas medicinales son beneficiosas para la salud, algunas de ellas también tienen propiedades tóxicas que pueden ser nocivas para el organismo si se consumen de forma incorrecta. Es por esto que es indispensable consultar con un especialista, respetar las dosis recomendadas y tener en cuenta que el uso de las plantas medicinales no reemplaza la atención médica convencional.
En el Perú
Nuestro país tiene una flora variada calculada en aproximadamente ochenta mil especies, entre diversos cereales, frutos y tubérculos con fines medicinales, adquirido por los ancestros desde tiempos precolombinos.
Estudiada científicamente, hoy la fitoterapia investiga las propiedades de las plantas para prevenir y curar enfermedades. Y la industria farmacéutica aísla los componentes terapéuticos y las ofrece al público en extractos, cápsulas y otras presentaciones.
La medicina tradicional, por su parte, los aplica en su forma tradicional.
El sacha inchi, el yacón, la tara, la chanca piedra, la maca, el camu camu, la uña de gato, la kiwicha, la quinua, el maíz morado y la sangre de grado, son solo algunas de las plantas que crecen exclusivamente en el Perú y que presentan un alto nivel nutricional.
Entre los países a donde se exportan estos alimentos figuran los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Chile, Japón, donde compiten con los productos locales de alto valor proteico. La maca, por ejemplo, busca reemplazar en China al famoso ginseng, utilizado en todo el mundo para reforzar las defensas del cuerpo.
Al consumir periódicamente este tubérculo, originario de la sierra peruana, las personas experimentan menos cansancio o sueño.
Se considera que la maca da energía y estimula la sangre fortaleciendo los glóbulos rojos y los leucocitos (glóbulos blancos), importantes para el sistema inmunológico. Incluso los historiadores piensan que los Incas la utilizaban como afrodisiaco, debido a su riqueza de carbohidratos.
Por su parte la Uña de Gato, se puede tomar tanto en infusión como en cápsulas ofrecidas por herboristas, y es reconocida internacionalmente como desinflamante y reforzador de las defensas del organismo. La tribu de los Ashaninka la ha usado por siglos con fines medicinales en diversas afecciones al sistema digestivo.
La sábila es muy buena para tratar el asma, bronquitis, la caída de cabello, cortes, erupciones, furúnculos, gastritis, hemorroides, hinchazón y edemas. Así también inflamación de la piel, quemaduras y tos. Es una excelente cicatrizante, digestivo, antiinflamatorio y laxante.
Mientras tanto, la Muña se utiliza para tratar afecciones renales, bronquitis, cólicos, diarrea, dolores musculares, faringitis, gases, hongos, inflamaciones bucales y en la piel, problemas menstruales, y reumatismo. Es un muy buen analgésico, digestivo, expectorante, y antiinflamatorio.
Usar plantas nativas con fines medicinales responde a un legado ancestral. Y, pese a que cada vez más la gran industria farmacéutica reconoce y usa algunos componentes en productos medicinales, su consumo en infusiones o en cápsulas solo ha sido certificado como refuerzo del sistema inmunológico, fortalecedor del organismo o como paliativo para algunos síntomas, pero no se ha probado que sean una cura directa de enfermedades. En todo caso, hay mucho por investigar y certificar.
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