Una de las promesas del presidente Ollanta Humala en el discurso de 28 de julio fue precisamente el de terminar el proyecto del Gasoducto Sur Andino (GSA), el cual ha sido motivo de presiones para su cumplimiento. Pero lo malo es que se ha anunciado su postergación, después de una semana en la que se ha estado hablando de su continuidad.
La construcción del Gasoducto Sur Andino (GSA), tiene como finalidad el dotar de gas natural, desde el lote 88 de Camisea, a todo el centro-sur andino, que comprende más de 16 ciudades como Cusco, Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna. El costo bordearía los 5 mil millones de dólares y tendrá una extensión que superará los mil kilómetros. El proyecto terminado se estima para finales del 2017, con lo que se asegurará la llamada masificación del gas.
¿Dan marcha atrás?
La obra estaría a cargo de la empresa Kuntur-Odebrecht para lo cual el gobierno se había comprometido en dar un crédito para el primer tramo, pero en los días posteriores dio marcha atrás. El titular del Ministerio de Energía y Minas (MEF), Jorge Merino Tafur, comunicó que ese primer tramo sería licitado por un postor privado.
El GSA es considerado como la obra más importante del Gobierno, sin embargo, el Proyecto de Ley 1396/2012 del viernes 10 de Agosto, presentado por el jefe de Estado y el presidente del Consejo de Ministros, dejaba de lado al GSA. ¿Entonces, se cancela el proyecto? De cierta forma sí, ya que el Ejecutivo ha considerado una propuesta distinta que consistiría en dos tramos. El primero, de gas metano, de uso doméstico y energético, que irá desde Camisea hasta Puno; y el segundo tramo, que sería de gas etanol, que partirá de Pisco hasta Ilo.
Pero el problema está que en el segundo tramo que transporta gas etano, el cual sirve solo para las industrias petroquímicas, es un propósito sin sentido, por lo que la ‘masificación del gas’ en Arequipa, Moquegua y Tacna no sería posible. Para el gobierno, el plan sería de transportar el gas metano por cisternas hacia dichas zonas para que no se queden sin los beneficios prometidos. De esta manera, el Presidente no estaría dejando de lado su ofrecimiento.
Incumplimiento de promesa
La congresista por la región Cusco, Veronika Mendoza Frisch, quien sostuvo reuniones con el titular del MEF y con los demás parlamentarios representantes de dicha región, no ha ocultado su preocupación por la posible postergación del proyecto. Para ella, se está dejando de lado el GSA que era un compromiso del gobierno, por lo que demanda que se reformule el planteamiento que se está teniendo, ya que de no hacerlo, dice, se estaría ante la cancelación de una promesa y de la industrialización de la región sur.
También aclara que no se entiende la construcción del etanoducto, del segundo tramo, porque sería insostenible, puesto que no hay una industria petroquímica que lo sustente en dicha región. “Esperamos un sustento técnico que garantice que va a servir el etanoducto para la costa y el gasoducto para la sierra. De lo contrario, pensaremos en una interpelación al ministro de Energía y Minas”, advierte.
Por su parte, el expresidente de Petroperú, César Gutiérrez Peña, considera que el gobierno ha hecho bien en cambiar el proyecto original ya que de esa manera se estaría evitando hacer mal uso de los recursos estatales. “Es un buen esquema y buena decisión”, dice.
Sin embargo, Gutiérrez advierte que podría haber presiones por parte de la empresa Odebrecht, ya que no le saldría rentable si el gobierno retira el crédito que había ofrecido inicialmente, para lo cual podría usar ciertas ‘técnicas’ como exacerbar los ánimos de la población de Arequipa, Moquegua y Tacna para que crean que el gobierno está incumpliendo. “Hay que estar atentos porque puede torcerse voluntades en el Congreso. De hecho no me imagino a Odebrecht dándose por vencido”, indica.
Lo cierto es que se ha redirigido el proyecto, generando el descontento y la desilusión de los representantes de Cusco y el de la macro región del sur. Se espera que en el transcurso de la semana, el tema se aclare y se llegue a un consenso que pueda beneficiar a las partes involucradas, ya que está de por medio el desarrollo energético del país.
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