Antes de conocer el Cenáculo del Espíritu Santo el señor Ernesto Zacarías, de 45 años de edad, gerente de negocios, tuvo una vida fracasada.
En su familia no había entendimiento, porque siempre peleaba con su esposa. La pareja tuvo 4 hijos y para sostenerlos tenía que trabajar duro todo los días. Pero Ernesto era adicto al alcohol y todo lo que ganaba era para solventar su adicción.” Además, he vivido de favores, no tenía un lugar donde vivir, vivía con mi familia en casas de alquiler a bajo costo y pobres, por lo tanto, sin condiciones suficientes para alimentar a mis hijos a causa de la pobreza”, recuerda.
Sin embargo, cuando recibió la invitación de participar en el Cenáculo del Espíritu Santo y aceptó.
Perseverando en la fe, luchó por su matrimonio en la Terapia del Amor junto con su esposa. Ellos perseveraron y poco a poco se dieron cuenta que todo estaba mejorando entre ellos.
“En la actualidad, soy libre de los vicios, mi familia y yo vivimos felices, me da gusto regresar a casa y encontrarme con mi esposa y mis hijos. Hoy tenemos nuestra casa propia y estamos muy felices, finalizó.
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