Tras recibir el aval de Chávez, Nicolás Maduro se confirma como el candidato del oficialismo, mientras el líder opositor Henrique Capriles Radonski tiene la primera opción de la oposición para repetir en las próximas elecciones.
Capriles perdió ante Chávez en las elecciones de octubre pasado y ahora tiene un fuerte respaldo de la alianza opositora Mesa de Unidad para retomar las banderas de cambio.
Pero Capriles no es la única amenaza que se cierne sobre la ‘hoja de ruta’ de Chávez. Al desaparecer el Comandante, afloran las contradicciones y roces que él mantuvo a raya a lo largo de catorce años. La guerra interna Maduro-Cabello hace dudar de cuál será el futuro del PSUV, pese a que de cara a la galería todos quieran mostrar su apoyo incondicional al vicepresidente Nicolás Maduro.
Maduro y Cabello no son los únicos postulantes. Rafael Ramírez, el ministro de Petróleo y Energía, es uno de los hombres más respetados por el chavismo, además de tener el control del sector energético del país. Cercano a Maduro ha estado presente en todas las decisiones desde que comenzara la enfermedad de Chávez pero sin destacar. El hermano de Chávez, Adán, también está ahí pero no con la fuerza con la que hace unos años le encumbraron los Castro. Su falta de carisma le ha ido arrinconando poco a poco.
Lealtad del Ejército
Otra de las preguntas que rondarán la cabeza de los venezolanos será seguramente si el próximo líder logrará mantener la lealtad del Ejército como lo consiguió Chávez, una de sus mayores obsesiones durante sus 14 años en el poder.
El comandante les pagó con creces su apoyo después del golpe de Estado de 2002. El temor es que con la llegada de un nuevo mandatario todas las prebendas que Chávez les concedió se queden en un buen recuerdo. Algo que seguramente la cúpula militar no consentirá. (Mundo)
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