Cerca del 20% de la población sufre de depresión, esto quiere decir que unos seis millones de peruanos están al borde del suicidio. Esta realidad fue reflejada en un estudio de la Naciones Unidas donde nos ubica como el país más triste de Sudamérica.
“Debido a que me diagnosticaron una enfermedad empecé a preocuparme. Eso me trastornó el sueño, dormía mucho, a veces tenía insomnio, me deprimía y no me daba ganas de hacer nada, perdí el interés de todo y me aislaba de las personas. Si hasta el momento no me he matado es por falta de valor, aunque ganas no me han faltado”, cuenta Gustavo Cabello. Así como él, muchas personas en el país sufren de depresión debido a que vivimos en un clima conflictivo y desalentador. Según el estudio realizado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) de las Naciones Unidas, entre los años 2010 y 2012, el Perú es el país más triste de Sudamérica pues ocupa el último lugar del ranking de la felicidad. (Ver cuadro 1)
Los factores que se consideraron para realizar ese estudio fueron: la esperanza de vida, precepción de corrupción y apoyo social.
El Ministerio de Salud (Minsa) estima que cerca del 20% de la población sufre de depresión, eso quiere decir que unos seis millones de peruanos están al borde del suicidio.
Las cifras en el país esconden un serio problema de salud pública. Y es que si bien el número total de suicidios se redujo en los últimos tres años, la tasa en niños y adolescentes pasó de representar el 10% en el 2009 al 18% en el 2012. “Se ha incrementado no solo el porcentaje de menores que piensan en suicidarse, sino también el de los que lo intentan y el de los que lo consuman”, dice Freddy Vásquez, médico psiquiatra.
Cabe señalar que según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la mayoría en el Perú se suicida por problemas familiares. Le siguen la decepción amorosa, los problemas económicos, etc. (Ver cuadro 2)
¿Qué está llevando a que cada vez tengamos más peruanos deprimidos? Los especialistas advierten que el vivir en un ambiente con estrés, violencia familiar, maltrato o estar sujeto a las altas expectativas que la vida moderna te exige pueden conllevar a sufrir de depresión.
Según el doctor Manuel Saravia, director del Instituto Guestalt, este trastorno depende del funcionamiento genético, hereditario y a fuertes impactos emocionales que desestabilizan la mente. “Las señales de depresión son los problemas de sueño, que están relacionadas a la ansiedad, como dormir en exceso, tener insomnio, irritabilidad, desgano, actitud negativa para todo. Hay que recordar que la persona con depresión representa un peligro para su propia vida porque está directamente relacionada al suicidio”, advierte.
Por su parte, el Dr. Ernesto Ramírez Rojas, del Centro de Rehabilitación “SIN Cadenas NI Fronteras”, explica que todas las personas en algún momento de sus vidas han pasado por periodos de tristeza llamados “duelo”, que tienden a agravarse en los individuos con un sistema nervioso débil, debido a que desarrollan cuadros depresivos causados por no superar un trauma y el aferrarse a una persona, situación o cosa.
¿Qué hacer?
Saravia recomienda recurrir a un especialista en salud mental y que es un error pensar que la depresión se cura haciendo vida social o irse de viaje, puesto que no soluciona nada porque se trata de un trastorno del sistema nervioso central. Y debe ser tratado con psicofármacos y psicoterapia a la par, lo cual no debe durar más de seis meses.
Ramírez Rojas por su parte indica que el enfermo debe aceptar la realidad de una pérdida por más dolorosa que sea. “De pasar seis meses de tratamiento y no haber cambio, entonces hablamos de un desquicio que necesita internamiento”, explica.
Falta de asistencia
La creciente tasa de suicidios en el Perú llevó al Minsa en el 2009 a disponer que el Seguro Integral de Salud (SIS) cubra el tratamiento de trastornos mentales, pero que en la práctica no se viene aplicando. Esto sin mencionar que solo hay 700 psiquiatras en el país, de los cuales 500 trabajan en Lima, en su mayoría, prestando servicios particulares.
Ante esto, la doctora Malena Pineda, jefa del Programa de Defensa y Protección de los Derechos de Personas con Discapacidad de la Defensoría del Pueblo, indica que el SIS está obligado a atender a los enfermos mentales pero no lo hace porque su personal desconoce la norma, y si lo saben no pueden hacer nada porque no cuentan con psiquiatras.
Actualmente en Ayacucho solo hay dos especialistas, en Huancavelica uno, mientras que en Amazonas, Madre de Dios, Tumbes, Ucayali e Iquitos no existe ninguno. ¿Por qué? Según Pineda, porque el Gobierno solo designa para este problema el 1,5% de su presupuesto debido a una falta de decisión política.
Mientras las autoridades no le presten atención a este problema, y la mayoría de la gente siga minimizando esta enfermedad por causa de prejuicios y estigmas, casos como el de Gustavo Cabello seguirán lamentablemente existiendo cada vez más en el país. (Javier Peña)
Triste realidad.
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