La reducción del estímulo financiero de la Reserva Federal de Estados Unidos, producido en diciembre último, viene generando graves problemas a las economías emergentes.
Los países más afectados hasta el momento son Venezuela y Argentina. Por ejemplo, la moneda de ambos países sufrió fuertes embates durante el mes de enero, arrastrados a la vez por su elevada inflación.
El autor del libro “La arquitectura financiera internacional”, Oscar Ugarteche, dice que si los flujos financieros de corto plazo están cerca de un 100% en relación con las reservas, como es el caso de Brasil, Chile y México, habrá fuertes remezones en los próximos meses.
Agrega que también se verán muy expuestas las empresas que se estaban financiando con crédito internacional porque la tasa estaba muy baja.
En las materias primas
Países como Chile y Perú, muy dependientes de los precios de materias primas, también sufrirán una dura merma en sus ingresos.
En el caso de Chile, esto puede complicar su creciente déficit de cuenta corriente.
La reducción del estímulo financiero produjo también un aumento del dólar del 0,3%. En el Perú desde que se conoció la noticia el dólar ha venido subiendo. El martes 4 de febrero alcanzó su pico más alto en dos años y medio, ubicándose en S/. 2,83. Asimismo se produjo una caída del precio del cobre que alcanzó su valor más bajo de los últimos dos meses.
Según el jefe del departamento de commodities del Saxo Bank, Ole Hansen, la presión sobre la mayoría de los productos primarios seguirá a la baja.
“La fuga de la inversión especulativa en las materias primas continuará por lo menos en este primer trimestre, de manera que tenemos por delante un año de mucha volatilidad”, sostiene.
El contagio
En un mundo globalizado otro de los peligros es el contagio, por ese espíritu de manada que suele regir entre los inversores, ayudado por la rápida simplificación con que distintos países son etiquetados y empaquetados con el mismo rótulo de “riesgosos”.
El etiquetado puede llamarse “mercados emergentes”, “Brics” o los “cinco frágiles”. El impacto es diseminar la crisis por todos lados.
Sucedió con el ‘tequilazo’ de 1995, la crisis asiática de 1997 y la rusa de 1998.
Esta crisis no es diferente. El “jueves negro” del peso argentino la semana pasada fue uno de los disparadores de la depreciación de la moneda en Turquía, Indonesia, India y varios países latinoamericanos.
La presión sobre las monedas de América Latina y de los llamados “mercados emergentes” ha llevado a llevado a algunos países a aumentar se tasa de interés para volver más atractiva la divisa local, Sin embargo eso no es bueno para el Perú ya que no estimularía su crecimiento, señala Neil Shearing de Capital Economics.
“Es un pésimo comienzo de año. Los países en desarrollo van a perder capacidad importadora por la depreciación de sus monedas; y la tasa de crecimiento, que ha sido relativamente alta, se va a reducir a niveles europeos, del 0,5% o 1%”, vaticina Oscar Ugarteche. (Redacción)
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