Mientras unos disfrutan del sol y las playas en la costa, más de 77 mil peruanos
de la sierra y selva están sufriendo por las lluvias, inundaciones, huaicos y
nevados.
El último 10 de febrero, Eloisa se aprestaba a
preparar el almuerzo en su humilde vivienda del asentamiento humano Virgen del
Rosario, en Chosica, cuando de pronto comenzó a caer lodo y piedras desde lo
alto del cerro. “Un minuto más, y mis tres hijos hubieron quedado huérfanos”,
cuenta esta joven madre de 31 años que apenas pudo salir de su casa con lo que
tenía puesto.
Así como ella, ese día, 10 viviendas fueron afectadas
y más de 40 personas quedaron
damnificadas.
De acuerdo con el Centro de Operaciones de Emergencia
Nacional (COEN) del Instituto de Defensa Civil (Indeci), desde octubre del 2014
al 18 de febrero de este año, 77.535 personas se han visto afectadas por
diversos fenómenos naturales, de las cuales 6.344 perdieron todos sus bienes
materiales. (Ver cuadro)
Lo más grave de esta situación es que 20 personas
fallecieron y 21 quedaron heridas.
Desde que comenzó la época de lluvias en la sierra y
selva del país, 22 regiones han sido afectadas por la furia de la naturaleza.
En estas regiones, colapsaron y quedaron inhabilitadas
más de 800 viviendas, al igual que varios centros educativos, postas de salud y establecimientos públicos.
Asimismo 165 kilómetros de
carreteras quedaron afectadas y 12 puentes fueron destruidos.
La furia de la naturaleza
no solo golpeó las zonas urbanas, también hizo lo propio en las áreas rurales
de varias regiones. En Tingo María, por ejemplo, Juan, un sexagenario
agricultor, perdió, de la noche a la mañana, casi todos sus cultivos de papaya.
Según Indeci, el desborde
de los ríos destruyó en todo el país 4.420 hectáreas de cultivos y afectó a
170.216 animales. Así también inutilizó 23 kilómetros de canales de riego.
Desinterés
Por la existencia de la Cordillera de los Andes y la Corriente de Humboldt que se manifiesta
de sur a norte y se intercepta con la Corriente del Niño en las costas de Piura
y Tumbes, nuestro país está expuesto todos los años a varios fenómenos
climatológicos, como lluvias, heladas, sequias, etc.
Esta realidad es de conocimiento público de las
autoridades, sin embargo muy pocos implementan acciones tendientes a minimizar
los efectos que causan estos fenómenos propios de la naturaleza.
Para Guillermo Gonzales, jefe de comunicación del
Indeci, lo que sucede es que muchas autoridades aún no toman conciencia de la
importancia de destinar recursos para la elaboración de planes de prevención,
porque lo consideran un gasto innecesario.
“El ejemplo más palpable de este desinterés lo tenemos
en el exiguo presupuesto que los gobiernos regionales y locales destinan para
sus gerencias de Defensa Civil”, dice el funcionario.
Lo que se viene
Según el Servicio Nacional de Meteorología e
Hidrología del Perú (Senamhi), la temporada de lluvias en el país continuará
hasta fines de marzo de la misma manera que ha venido aconteciendo hasta la
fecha, o sea, de manera irregular.
De acuerdo con el meteorólogo de esta institución
Nelson Quispe Gutiérrez, esta situación es muy grave porque no permite, en el
caso de los agricultores, tomar las previsiones correspondientes al no tener la
seguridad si las lluvias van o no a continuar.
“Desde algunos años atrás los efectos del cambio
climático cada vez son más notorios en el país, por lo que para el 2016 no se
podría descartar una situación similar al de este año”, advierte Quispe.
A fines de marzo debe comenzar en la sierra la época
de la helada y la sequía, con tal motivo, el Indeci en las próximas semanas
hará público el Plan Nacional de Comunicación contra este fenómeno
climatológico, por lo cual espera, en el marco de la Ley de Descentralización,
que las autoridades regionales y locales pongan en marcha programas tendientes
a minimizar los efectos de la naturaleza. ¿Será que esta vez se pondrán a
trabajar? Ojalá que así sea, ya que de por medio está la vida de miles de
personas. (Redacción)
SABÍA
A la fecha, el Indeci ha llevado 248.94 toneladas de
ayuda, consistente en abrigo, alimento, enseres, herramientas, calaminas y
otros, siendo la población de la región de San Martín la más beneficiada.