De acuerdo con Freddy Saldivar, psicólogo de la ONG Acción por los Niños, los agresores están en cualquier lado, pero dado las estadísticas ellos están más cerca de lo que pensamos. “Por mi experiencia, 7 de cada 10 agresores provienen del entorno familiar”, sostiene.
Según
Saldivar, el menor abusado sexualmente queda emocionalmente devastado, con un
resentimiento de culpa grande al escuchar de sus parientes recriminaciones en
vez de palabras de consuelo.
Si
a esto le agregamos, dice, que en cada instancia (policial, fiscalía y Poder
Judicial) va a tener que estar recordando los pormenores de la agresión para
describir como sucedieron las cosas, entonces la víctima termina cayendo una
gran depresión, que en casos mayores la pueden conducir al suicidio.
El
trauma que precede a la violación es mayor con el tiempo, si esta no ha sido
tratada en su oportunidad, refiere el profesional.
En
el caso de las mujeres, señala, ellas van a tener problemas de pareja, porque
en su mente aún está presente ese acontecimiento.
¿Qué
papel deben jugar los padres para evitar que sus hijos sufran de violación
sexual? Según Freddy Saldivar, es importante que los padres asuman un rol activo, tengan
una comunicación fluida con sus hijos y valoren su palabra, y que conozcan a
las personas con quien el menor interactúa, en especial si es un familiar
cercano. Además deben evitar que se queden a cargo de personas o familiares
desconocidos.
En el
caso del Estado, adiciona, debe preocuparse en crear programas especializados
para tratar este tema.
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