Los errores forman parte de las personas. Al identificarlos, usted debe
comprender las causas y orígenes, para evitar que ellos se repitan. Esa postura
indica aprendizaje y crecimiento.
Muchos
cuando erran tratan de excusarse y hasta justificarse. Reconocer que se equivocaron, arrepentirse
y cambiar no es algo que sea fácil. Cometer
errores es parte del crecimiento. Nadie
aprende sin haberse equivocado. El
que dice que nunca cometió un error, es un mentiroso.
“Ah, si
pudiera volver en el tiempo, haría todo diferente” o “no puedo creer que hice
eso de nuevo. ¿Dónde tenía la cabeza?” Usted, probablemente, ya oyó a alguien
decir una de estas frases. Son expresiones dichas por personas que se
arrepintieron de sus decisiones.
El problema de esas frases es cuando son muy
frecuente de lo que nos gustaría. Si comete las mismas actitudes equivocadas
por años y no logra detenerse, usted pudo haberse convertido en una
coleccionista de errores.
La escritora y columnista brasileña Tania Rubín
aconseja cómo frenar el ciclo de la repetición. “Pare y piense siempre. Antes
de arriesgarse a tomar una actitud pregúntese: ¿será eso bueno para mí? ¿Me
perjudicará? ¿Qué consecuencias podría haber? Si las respuestas de esas
preguntas son negativas o si existe un mínimo de duda, entonces, no será
bueno”, aconseja.
Madure
Las fallas solo son beneficiosas cuando aprendemos
con ellas y no las repetimos más. La persona que se equivoca constantemente
demuestra poca madurez, porque no ve en qué se está equivocando.
Además de los
arrepentimientos, los errores también coleccionan daños, pues toda actitud
viene acompañada de una consecuencia.
Muchas mujeres pierden dinero porque no saben
controlarse. Otras mantienen un estilo de vida destructiva y perjudican su
salud. Están también aquellas que siempre se involucran con hombres equivocados
y no saben por qué actúan así. En fin, el sufrimiento es constante y la
colección de errores puede ser enorme.
Tania incluso, agrega que la mejor manera de evitar
fallas continuas es dejando de actuar por la emoción, el deseo y el impulso.
“Si las personas supieran cuán importante es
pensar, reflexionar y ponderar, con seguridad, evitarían muchos errores. No sea
inconstante. Analice bien sus pasos y tome decisiones correctas para su vida”,
concluye. (C.M.)
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