Por causa del
Fenómeno El Niño, en varias partes del país no está lloviendo. La sequía, de
agravarse, afectaría a millones de limeños y a sectores como el agrícola y el
energético.
El
último miércoles 13 de enero un comunicado de Sedapal causó preocupación a
millones de limeños. Y es que según dicha empresa, por causa de la falta de
lluvias en la Sierra Central del país, las cuencas de los ríos Rímac y Chillón,
principales fuentes de agua para Lima y Callao, se han visto afectadas en su
caudal, razón por el cual la presión del agua en la capital disminuirá durante las
noches y las madrugadas.
Con
esta medida, dijo, se busca evitar cortar el servicio en las horas de mayor
consumo, que es durante el día, donde las personas usan el agua para asearse y
cocinar.
Como
precaución, Sedapal anunció la
captación de agua a través de la fuente subterránea, con la utilización de 300
pozos para Lima y Callao.
Asimismo
informó que la falta de lluvias se debe a la presencia del Fenómeno El Niño.
Como
era de esperarse, el anuncio de Sedapal trajo a la mente de millones de limeños
mayores de 30 años las épocas donde se tenían que hacer largas colas para
conseguir agua, sobre todo en verano cuando la demanda crecía por causa del
calor. ¿Será que otra vez tendremos que pasar por lo mismo?
Según el ingeniero Michael
Vega, gerente de Desarrollo e Investigación de Sedapal, de continuar la falta
de lluvias es posible que dicho escenario se repita, sobre todo en Lima Norte,
donde se concentra el 40% de habitantes de la capital.
Actualmente
la falta de lluvias ha originado que el río Chillón casi ya no tenga agua, y el
caudal del Rímac esté en un 50% de su caudal.
Si
bien los 300 pozos de reservas ayudarán a mantener el suministro de agua de
forma casi normal en la ciudad, el ingeniero Vega es consciente que estas no
duraran por mucho tiempo, por ello hace un llamado a la población a no gastar
más agua de lo necesario.
Pese
a que vivimos en una ciudad desértica, los limeños nos damos el lujo de utilizar
nada menos que 250 litros de agua por persona al día y esto porque solemos
desperdiciar sin control este recurso.
Desperdiciamos
al cepillarnos los dientes dejando el caño abierto, cuando tomamos duchas
largas y no cerramos la llave mientras nos jabonamos, pero también cuando no
nos preocupamos de arreglar un pequeño desperfecto en el inodoro o en el caño,
lo que además se ve reflejado en la factura mensual con cobros adicionales.
De
acuerdo con el funcionario de Sedapal, por habitante se debiera gastar solo 150
litros diarios para vivir de manera óptima.
Actualmente
la disminución de la presión del agua en Lima y Callao es de 11 de la noche
hasta las 5 de la mañana. Dicha medida estará vigente hasta que el caudal de
las cuencas de los ríos Chillón y Rímac aumenten.
Niño anómalo
Para
el meteorólogo Abraham Levy, el Niño de este año se parece mucho al de 1992,
cuando solo llovió en Tumbes y Piura, y en el resto del país se produjo una
fuerte sequía.
“La
historia de este fenómeno nos dice que cuando se inicia un año con falta de
lluvias y fuerte calor, en los siguientes meses se carece de agua. Ello también
aconteció en el 83”, recuerda Levy.
La
Ing. Grimia Ávalos, especialista en climatología del Senamhi, considera que la
falta de lluvias en el norte y la sierra central y sur del país se debe a la
ubicación actual de El Niño.
“Si estuviera en el Pacifico ecuatorial u oriental,
habría más precipitaciones en el país. Pero como está en el Pacífico central,
los efectos son de sequías en varios departamentos”, refiere. Agrega que pese a
que este evento es impredecible, la sequedad se mantendría hasta inicios de
febrero, cuando
llegue una nueva onda kelvin que incrementará la temperatura del mar,
provocando la aparición de lluvias.
La
falta de agua no solo afectará a las personas, también a importante sectores
como el agrícola y el energético.
Según
Levy, los apagones podrían volver, esta vez no por culpa del terrorismo, como
en la década de los 80 y parte de los 90, sino por la falta de agua para mover
las turbinas de las centrales hidroeléctricas.
Mientras
tanto, en el sector agrícola, la falta de agua, no permitirá regar los
cultivos, que por la onda de calor morirán en poco tiempo.
“Si
en la sierra no llueve pronto, este año la producción de varios de nuestros
cultivos, como el mango y la uva, se reducirán”, afirma el meteorólogo.
Planes
Lima
y Callao para abastecerse al mes requieren 60 millones de metros cúbicos de
agua. Para cubrir esa demanda, Sedapal cuenta con 3 plantas: Chillón; Huachipa,
que fue inaugurada el año pasado; y la Atarjea. Además de 250 pozos. Sin
embargo, dicha institución es consciente que en algunos años le será imposible
dotar de agua a toda la capital. Por ello, entre sus planes, dice el ingeniero
Michael Vega, está la ejecución de la planta de Provisur, que desalinizará el
agua del mar para hacerlo potable.
Gracias
a este proyecto, cuatro distritos del sur de Lima (Punta Hermosa, Punta Negra,
San Bartolo y Santa María) contarán con agua potable y alcantarillado todo el
año.
“Una
vez puesto funcionando esta planta, la Atarjea podrá contar con más reservar
para abastecer a otros lugares de Lima”, afirma Vega.
Otro
proyecto que tiene Sedapal, esta vez para Lima Norte, es la construcción de un
embalse en la cuenca del río Chillón, que permitirá, según el representante de
Sedapal, que la planta ubicada en dicha zona funcione más tiempo, y no como
ahora que solo está operando tres meses. (Redacción)
COMITÉ
INTERSECTORIAL
Ante
la carencia de agua, se formó una comisión mixta liderada por Sedapal, cuyo
objetivo será coordinar el racionamiento del agua en la ciudad.
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