A pesar que los
menores representan el 37% de la población, poco es lo que ha hecho a favor de
sus derechos. Por esta razón, los índices de violencia y trabajo infantil,
embarazo adolescente, deserción escolar, por mencionar algunos, están en alza.
Vivir
la niñez en el Perú en medio del amor, la inocencia y los juegos al lado de los
amigos y seres queridos, no es nada fácil. Nuestra realidad nos revela que ser
niño o adolescente en el país es estar expuesto a un sin número de peligros.
Así tenemos, la violencia física, psicológica y sexual, la trata de personas,
la alta prevalencia de la desnutrición crónica y de la anemia, el embarazo
adolescente y el trabajo infantil.
Con
el objetivo que los niños y adolescente gocen de los derechos que les
corresponden, años atrás se puso en marcha el Plan Nacional de Acción por la
Infancia y la Adolescencia (PNAIA) 2012-2021.
A
pesar de la existencia de este Plan, diversas instituciones públicas coinciden que
los peligros a los que están expuesto los 10 millones 570 mil menores de edad que
viven en el Perú aún persisten, y en algunos casos, hasta se han agudizado.
En
los últimos años la violencia infantil en el país ha experimentado un fuerte
crecimiento. Mientras en el 2013, se produjeron 14.837 casos de agresiones, esa
cifra se disparó el año pasado a 19.646.
Uno
de los casos de violencia infantil que causó indignación este año, fue el
protagonizado por José Luís Minaya, quien en un arranque de ira arrastró del
cabello a su menor hijo de solo cinco años para sumergirlo en un lavadero, sin
importarle las suplicas del niño.
Por
este hecho condenable, la Justicia lo condenó a más de siete años de cárcel.
Nuestros
niños y adolescentes no solo sufren de maltrato de sus padres o tutores, sino
también de explotación, al ser obligados – en la mayoría de los casos – a
trabajar en las calles, con el consecuente perjuicio de abandonar la escuela.
Estudios
del Instituto Nacional de Estadística (INEI) revelan que hasta el 2011 en
nuestro país ya trabajaban 1 millón 659 mil menores. De esta cifra, un buen
porcentaje lo hacía realizando labores peligrosas, como la minería, la
agricultura, la fabricación de ladrillos, y el trabajo doméstico.
A
pesar de trabajar, la mayoría de los menores viven en condiciones de pobreza,
hacinados en ambientes donde están expuestos a contraer enfermedades, vicios, y
en el caso de las adolescentes, a embarazos no deseados.
Dentro
del trabajo infantil, cabe señalar que algunos de ellos lo hacen porque fueron
objeto de trata.
Entre
el 2014 y 1015, la Dirección de Investigación de Trata de Personas (Dirintrap)
de la PNP rescató a más de 142 menores de edad, la mayoría trabajando en bares,
donde también eran explotados sexualmente.
Mucho
de los niños y adolescentes que fueron rescatados por la policía, contaron que
ellos fueron captados por las mafias porque sus padres los entregaron.
De
acuerdo con el general PNP Óscar Gonzales, director de la Dirintrap, los
tratantes utilizan a los niños y adolescentes porque son vistos como mano de
obra barata. Un caso emblemático ocurrió en setiembre pasado, cuando ocho
menores fueron rescatados de la fábrica Converflex, en Ate-Vitarte, donde
trabajaban y vivían.
En
los últimos años, las adolescentes han comenzado a tener relativa importancia, y
no precisamente por los beneficios que podrían recibir del avance de las mujeres
y del desarrollo científico, sino porque a la fecha continúan siendo el grupo poblacional
más postergado en términos de salud sexual y reproductiva y cuyos resultados se
expresan en las injustificadas tasas de embarazo en adolescentes.
Según
la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes), entre el 2000 y el 2014 la
proporción de madres adolescentes aumentó de 1,0% a 1,9% en las niñas de 15
años de edad. Este comportamiento, también se visualizó en las de 16 años (de
4,7% a 5,4%) y en las de más edad (de 22,3% a 26,7%).
Un
dato relevante del estudio del Endes, es que el 11,7% de las adolescentes de 15
a 19 años de edad tiene al menos una hija y/o hijo, situación que es
preocupante porque su desarrollo físico, psicológico y social es inadecuado
para el inicio de la maternidad.
Causas del
problema
Según Rosa Vallejos Lizárraga, Comisionada de la Adjuntía para la Niñez y la
Adolescencia de la Defensoría del Pueblo, la violencia en todas sus formas contra
los niños, niñas y adolescentes persiste en nuestra sociedad, porque existen
personas que desconocen que los menores son sujetos de derecho.
A esto se suma, que aun existiendo algunas propuestas
establecidos en el Plan Nacional de Acción por la Infancia y la Adolescencia
(PNAIA) como por ejemplo: desarrollar y fortalecer programas de capacitación a
padres, madres, cuidadores y otros adultos a cargo de los niños, niñas y
adolescentes sobre métodos positivos de crianza, solución de conflictos sin
violencia, etc., muchas autoridades nacionales, regionales y locales desconocen
esas propuestas.
El
doctor Luís Távara Orozco, en el libro Impacto del Embarazo, en la Salud de las
Adolescentes, editado por Promsex (Centro de Promoción y Defensa de los
Derechos Sexuales y Reproductivos), dice que en el caso del alto número de
adolescentes que son madres o están embarazadas se debe a que las estrategias
para enfrentar este problema se han manejado solo desde el Ministerio de Salud,
dejando de lado a otros sectores.
Agrega
que los esfuerzos realizados no han sido acompañados de políticas públicas que
permitan a los y las adolescentes a informarse adecuadamente sobre métodos
anticonceptivos y acceder a ellos.
Solución
Los
menores en el Perú requieren lograr un desarrollo integral y eso demanda una
mayor inversión en la niñez y la adolescencia.
Según
Rosa Vallejos, la Dirección General de Niños, Niñas y Adolescentes (DGNNA) debe
ejercer de manera efectiva su calidad de ente rector en la problemática del
menor, para que así el Sistema Nacional de Atención Integral al Niño, Niña y
Adolescente (SNAINA) funcione.
Dice
además que los gobiernos regionales y locales deben también establecer en sus
jurisdicciones instancias semejantes al SNAINA. (Redacción)
SABÍA
En
enero de este año, se registró 1.441 casos de violencia infantil, de los cuales
597 se dieron en niños entre 6 y 11 años.
CAMPAÑA VOTA POR
LA NIÑEZ
Los
menores en el Perú representan el 37% de la población; por esta razón, el 12 de
febrero último se lanzó la campaña Vota por la Niñez.
Según
Madeleine Zúñiga, coordinadora de la Campaña Peruana por el Derecho a la Educación,
a través de esta campaña se busca llamar la atención de los candidatos sobre
los derechos de los niños y adolescentes en temas como: salud, educación,
identidad, violencia, etc.
La campaña es promovida por el Colectivo
Interinstitucional por los Derechos de la Niñez y Adolescencia, que es coordinado
por la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza.
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