No solo los deportistas lo sufren, cualquier persona está expuesto a esta dolencia, que de no ser tratada a tiempo, puede causar muchos problemas de salud.
La
tendinitis es una de las causas más frecuentes en traumatología, que se presenta
usualmente en la muñeca, codo, hombro, rodilla y tobillo.
Según
el traumatólogo Eugenio Ferrer, la tendinitis es la irritación e inflamación de
los tendones, que suele ser muy dolorosa.
Agrega
que existen dos tipos de tendinitis. Una, es la aguda, que suele ser provocada
por un golpe o un tirón. Y la otra, es la forma crónica, es decir, una
tendinitis aguda que dura mucho tiempo.
A
diferencia de lo que muchos creen, la tendinitis no solo suele afectar a los
deportistas, cualquier persona está expuesta a sufrir de este mal, sobre todo
los más jóvenes.
Marlene
Labrin Custodio cuenta que su hijo José Manuel cuando tenía 15 años sufrió de
un fuerte dolor en el “Tendón de Aquiles”, luego de jugar fútbol con sus amigos.
“Tras
examinarlo, el doctor determinó que el tobillo de mi hijo estaba inflamado, por
lo que le recetó antiinflamatorios y analgésicos para calmar la molestia”,
refiere.
La
tendinitis es causada generalmente por un golpe o por movimientos repetitivos,
sin embargo existen otras razones.
De
acuerdo con el doctor Ferrer, también se origina por alguna enfermedad
reumática, por calcificaciones y por conflictos de espacio.
Richard
Saavedra, cirujano ortopedista, sostiene que sea cual fuera la razón que lo
origine, el elemento común en todos los casos de tendinitis es el dolor
localizado en la zona del tendón, que comienza suave y luego se incrementa con
el correr de los días.
Para
comprobar el diagnostico, señala, el médico o especialista comprobará la
existencia de dolor o sensibilidad especial forzando el músculo al que está
unido el tendón que se cree afectado. La hinchazón en la piel y la sensación de
calor también orientan el diagnóstico.
Tratar
la tendinitis no es fácil, requiere de mucha disciplina del paciente. Según
Eugenio Ferrer, el primer paso es aliviar el dolor y, al mismo tiempo, reducir
la inflamación. Para ello, agrega, se usaran medicinas no corticoides.
En
caso las pastillas no fueran suficientes, recomienda el uso de una férula o un
dispositivo ortopédico removible en la zona afectada, así como la colocación de
calor o frio para aliviar el dolor.
“Solo
en situaciones extremas, cuando los procedimientos anteriores no dieron
resultados, es que se optará por la cirugía”, sostiene.
Marlene
cuenta que en el caso de su hijo José Manuel, él estuvo a punto de tener que
caminar de por vida con la ayuda de una muleta, porque la tendinitis que lo
afectó se había agravado.
El
doctor Saavedra sostiene que cuando se produce la ruptura del tendón del
tobillo, las posibilidades para volver a caminar normalmente son mínimas, casi
imposibles.
En
esas circunstancias, Marlene Labrin, que ya participaba de las reuniones de la
Comunidad Cristiana del Espíritu Santo, pidió a Dios para que curará a su hijo.
Luego
de un tiempo, José Manuel, su engreído, logró caminar normalmente. “De eso,
hace dos años”, afirma Marlene. (Redacción)
PREVENCIÓN
Para
evitar la tendinitis, hay que tomar en cuenta lo siguiente:
-
Reducir los movimientos repetitivos.
-
No hacer sobrecargas de brazos y piernas.
-
Ejercitar los músculos para que estén fuertes y flexibles.
-
Mantener un peso adecuado.
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