Unas 50 millones de personas sufren esta enfermedad que no tiene cura, solo tratamiento de por vida.
A pesar de
vivir en el siglo XXI, la epilepsia aún causa miedo y asco a muchas personas., Por
esta razón, quienes la sufren viven angustiadas.
En
el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 50 millones de personas
sufren esta enfermedad.
La
epilepsia es una expresión clínica de una alteración eléctrica-cerebral, que
cuando se manifiesta de manera brusca por una anormalidad, genera convulsiones
que se repiten de la misma forma.
Las
causas que originan esta enfermedad son difíciles de diagnosticar. Carlos Castañeda,
neurólogo de la Clínica El Golf, sostiene que las convulsiones pueden ocurrir
debido a lesiones en el cerebro, por causa de un golpe o un accidente cerebro
vascular del tipo isquémico o hemorrágico.
Igualmente
pueden ser causadas por la meningitis, un tumor o por la cisticercosis
(parásitos).
Cuando
las convulsiones se presentan, pueden durar segundos, incluso minutos.
Castañeda
dice que el tipo de convulsiones dependerá de la zona afectada y cuanto tejido
cerebral toma parte.
“Si
se da en la región frontal, se producirá una convulsión motora, si es en la
región occipital, habrá una convulsión visual”, acota.
La
epilepsia suele ser peligrosa porque al ser espontanea puede presentarse cuando
la persona está manejando un carro, o trabajando en la altura. De ahí que se
recomienda tener mucho cuidado.
Esta
enfermedad no solo afecta a jóvenes y adultos, también ataca a los niños.
Eva
Edith Villalobos cuenta que su hija Sonia sufrió de esta enfermedad con solo nueve
meses de nacida. “Mi niña de un momento a otro comenzó a temblar. Asustada la
llevé al hospital donde la diagnosticaron epilepsia, aunque sin identificar las
causas”.
Para
controlar las convulsiones de su hija, Edith durante año y medio estuvo dándole
Tegretol, hasta que pararon los ataques.
Diagnóstico
La
OMS y la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) exigen para diagnosticar
en una persona esta enfermedad, que el paciente haya tenido por lo menos dos
crisis espontáneas a lo largo de su vida. Por tanto, no toda descarga cerebral
que produce convulsiones o pérdida de conciencia indica que una persona es
epiléptica.
El
doctor William Zapata, neurólogo del Instituto Nacional de Ciencias
Neurológicas (INCN), refiere que para saber si una persona sufre de epilepsia,
se requiere de otras pruebas como la resonancia magnética, el
electroencefalograma, los antecedentes familiares, etc.
Estando
en el colegio, Sonia Villalobos volvió a sufrir de convulsiones luego de años
de tranquilidad. Tenía 10 años.
“Mi
familia no entendía lo que pasaba, sobre todo mi madre, porque para ellos yo ya
estaba curada de la epilepsia”
Edith
asustada llevó nuevamente a su hija al médico, quien luego de hacerle algunos
análisis concluyó que la epilepsia había vuelto a la vida de Sonia.
Como
aconteció cuando Sonia tenía casi un año de nacida, ella volvió a tomar
Tegretol cada vez que sufría alguna crisis.
La
epilepsia no tiene cura, los medicamentos que los pacientes toman solo
controlan los ataques. Por esta razón, muchos se deprimen porque la calidad de
vida disminuye.
Sonia
a los 15 años quiso suicidarse, cansada de tener que cargar con esta dolencia por
el resto de su vida.
Un
día, a través de un programa de televisión conoció a la Comunidad Cristiana del
Espíritu Santo, donde luego de perseverar por 3 meses logró curarse de esta
terrible enfermedad cuando tenía 18 años.
“Hace
5 años no sufro esos feos ataques, por eso vivo feliz”, revela Sonia
Villalobos. (Redacción)
TIPOS
DE CRISIS
Focales.-
Son responsable del 60% de las epilepsias. Son movimientos involuntarios en la
mitad del cuerpo y en la cara.
Generalizadas.-
La
pérdida de la consciencia ocurre desde el primer momento del ataque y es
frecuente que el enfermo se caiga al suelo y se lesione.
Ausencias.- Se manifiestan
por una pérdida brusca de consciencia pero sin pérdida del tono postural. Es
como una desconexión súbita con el entorno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario