El glaucoma afecta
a cualquiera y puede dejarte ciego si no lo tratas a tiempo.
Puntos
ciegos cuando miras lateralmente, ¡cuidado!, puede ser que estés sufriendo de
glaucoma.
Según
el oftalmólogo Fermín Silva, de la clínica La Luz, el glaucoma se produce
cuando los canales por donde debe drenar el humor acuoso del ojo se tapan,
parcial o totalmente, provocando presión en el nervio óptico. De no ser tratado
a tiempo, provoca ceguera.
Las
causas que originan la obstrucción de esos canales son múltiples. Entre las más
comunes tenemos la diabetes, el consumo de esteroides y los golpes a la altura
de los ojos.
Existen
dos tipos de glaucoma: el cerrado y el abierto. Este último el más frecuente.
El
doctor Silva dice que en el glaucoma abierto con frecuencia la visión
periférica (lateral) se afecta primero, por lo que inicialmente el cambio de la
visión suele ser pequeño y la persona no nota nada.
Con el tiempo, la visión
central (directa) también empieza a perderse.
Por
no presentar casi síntomas, este tipo de glaucoma es el más peligroso ya que el
paciente recién acude al médico cuando la enfermedad está avanzada.
El
glaucoma cerrado, si bien no es muy común, igual, advierte el oftalmólogo, hay
que saber reconocerlo. A diferencia del glaucoma abierto, aparece súbitamente.
Los síntomas que anteceden al ataque, son visión borrosa, halos, dolor de
cabeza o dolor ocular leve. En algunas personas, también vómitos y náuseas.
Factores de riesgo
Aunque
todos estamos en riesgo, los mayores de 60 años, los parientes de personas con
glaucoma, los de ascendencia africana, los hipertensos y los que sufren de
miopía alta, son los que están más expuestos a esta enfermedad.
A
Elisa Villalobos, por ejemplo, le detectaron glaucoma por culpa de la miopía
cuando tenía 65 años.
Para
no sufrir de glaucoma, el doctor Fermín Silva recomienda exámenes oculares de
rutina desde niños, y de manera integral a partir de los 40 años.
“Después
de esa edad, los controles deben ser cada dos años, y cada año si hay algún
factor de riesgo”, afirma.
Para
las personas que ya sufren este mal, Silva refiere que existe tratamiento
médico mediante aplicación de gotas oculares que reducen la presión intraocular.
Igualmente el uso del láser para casos específicos, y cuando estos ya no son
suficientes, la cirugía.
Gracias
al tratamiento que siguió, pero principalmente al uso de su fe, Elisa logró
curarse del glaucoma. “Hoy veo sin ningún problema”, acota. (Redacción)
NOTA
2% de
peruanos mayores de 40 años sufren de glaucoma.
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