La vida de miles de jóvenes está en peligro por la aparición de nuevos
productos, que son 10 veces más potentes de las ya conocidas.
Pedro (24 años) desde pequeño fue siempre un chico
curioso. Probablemente esa curiosidad lo llevó a conocer el mundo de las
drogas.
Antonio, padre de Pedro, recuerda que su hijo comenzó
desde los 18 años con la cocaína y después con las drogas sintéticas, como el
LSD. Por esta razón, dice, lo internaron varias veces. “Cuando pensábamos que
él estaba derrotando al vicio, un día amaneció muerto”, cuenta, aún con pesar, María,
al hablar de su hijo.
De acuerdo con la autopsia, Pedro murió de un ataque
cardiaco tras haber inhalado una nueva droga poca conocida en el país, la 25 I
– NBOME.
Según Milton Rojas, psicólogo de Cedro, esta droga
sintética, al igual que la 2CB MFT (otra sustancia recién advertida por la
policía), es 10 veces más potente que las otras ya conocidas, como la LSD y el
éxtasis.
“La peligrosidad de estas drogas radica en su
composición, ya que todas fueron hechas con desechos de insumos de medicinas y
de productos de limpieza”, sostiene el especialista.
Hasta hace cinco años, las drogas sintéticas eran solo
consumidas por las clases pudientes de Lima, debido a su alto costo. Hoy, por
la gran cantidad de laboratorios clandestinos en Sudamérica, cualquiera que
tenga 10 dólares puede adquirirla.
Esta realidad, a decir de Rojas, es muy preocupante,
ya que de continuar bajando los costos de estas drogas, pronto los jóvenes y
niños más humildes –aquellos mal alimentados- van estar consumiéndola.
De acuerdo con Devida la población que más hace uso de
las drogas sintéticas en el país, es la universitaria.
Para el experto de Cedro, ello se debe a que en los
escenarios donde frecuentan los jóvenes de 18 y 25 años se venden estos
productos. De ahí que sean muy conocidas.
¿Qué hacemos?
En el Perú no se tiene un observatorio donde se
diagnostique la situación del consumo de drogas. Esta deficiencia, de acuerdo
con Rojas, ha llevado a que no podamos prevenir ni hacer un tratamiento
adecuado al paciente.
“Es una tarea pendiente que tiene el Estado respecto a
este problema, que ojalá podamos solucionarlo cuanto antes, porque las
perspectivas nos dicen que el consumo irá aumentando en los próximos años”,
sostiene Rojas. (Redacción)
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