Tres millones de
peruanos sufren esta enfermedad, de los cuales 30 mil requieren de diálisis e
incluso trasplante de riñón para seguir viviendo.
A
pesar que no existen cifras oficiales de cuántas personas con insuficiencia
renal hay en el Perú, se estima, según el doctor Manuel Castillo Zegarra,
representante de la Sociedad Peruana de Nefrología, que en el país existen
alrededor de 3 millones de enfermos renales.
De
este total nacional, 30 mil estarían en el estadío 5 de la enfermedad, es decir, que necesitan
diálisis e incluso trasplante de riñón para seguir viviendo.
Lo
más preocupante de esta situación, sostiene el doctor Castillo, es que menos de
la mitad de ese grupo de enfermos accede a diálisis.
De
acuerdo con el Centro Nacional de Salud Renal de EsSalud, en sus instalaciones
se atienden 9.800 pacientes con diálisis, mientras que en el Ministerio de Salud (Minsa), apenas 2.000 enfermos
renales.
La
causa del por qué pocos pacientes en el país reciben dialices se debe, según
Castillo Zegarra, a que muy pocos hospitales y clínicas cuentan con el
equipamientos para el tratamiento, y también porque muchos peruanos no tienen
acceso a los servicios de salud.
Causas
En
las personas adultas, las principales causas son la hipertensión arterial y la
diabetes, lo que convierte a este grupo poblacional, de acuerdo con la Sociedad
Peruana de Nefrología (SPN), en la más vulnerable para sufrir de esta
enfermedad.
Cabe
señalar que el mal funcionamiento de los riñones aumenta el riesgo de
enfermedades cardiovasculares, así como expone a las personas a sufrir de otros
males.
La
señora María del Pilar Venegas, por ejemplo, por culpa de la insuficiencia
renal perdió dos embarazos.
Durante
24 años (de 18 a 42 años), ella sufrió de una serie de enfermedades, al punto de
tomar tres pastillas diarias y aplicarse cada ocho horas una ampolla para poder
soportar los dolores que le causaba los riñones.
Dependiendo
el estado de salud de las personas, algunos pacientes requerirán de trasplante
de riñón para recuperar la calidad de vida y conseguir niveles de salud
suficientes para ser productivo en la universidad, el trabajo, o en otras
actividades.
Otras
en cambio tendrán que recurrir a la fe, como fue el caso de la señora Venegas,
quien luego de recibir una invitación para asistir a la Comunidad Cristiana del
Espíritu Santo logró recuperar su salud, tras hacer sus cadenas de oración.
Hoy,
con 58 años, María del Pilar lleva una vida normal, sin dolor ni pastillas.
Prevención
A
fin de disminuir la incidencia de esta enfermedad en las personas adultas, el
doctor Castillo recomienda a las autoridades de salud a invertir más en la
prevención renal tanto en la atención primaria como en la atención
especializada en nefrología, así como en formar un mayor número de
especialistas pues hay una carencia de nefrólogos y personas asistencial
especializado en enfermedades renales en el país.
En
tanto, al grupo de riesgo, el médico le sugiere tomar algunas medidas de
prevención, como evitar el sobrepeso, controlar adecuadamente la presión
arterial, mantener la glucemia en valores normales, evitar cifras altas de
colesterol y ácido úrico elevadas, disminuir la ingesta de sal y azúcar en los
alimentos, y realizar ejercicio físico adecuado.
“Es
importante recordar que, mientras más tardíamente lleguemos al diagnóstico y
tratamiento de las enfermedades renales, probablemente peor sea su pronóstico”,
sostiene el médico. (Redacción)
SABÍA
Gracias
a los riñones, eliminamos toxinas y el exceso de agua de la sangre en forma de
orina diariamente.
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