Juan es un niño de 14 años, que como la mayoría de chicos de las áreas marginales de Lima, tiene que trabajar para ayudar a sus padres. Él para en las calles casi 10 horas y por tanto no tiene mucho tiempo para estudiar. Las tareas que le dejan en la escuela, Juan cursa el cuarto año de secundaria y lo hace sobre la hora. Así como él, casi todos los niños de su aula tienen ese mismo problema. Probablemente esta realidad, dice su profesor, Roberto, ha llevado a chicos como Juan a tener dificultades para comprender lo que leen y, lo que es peor, a no poder resolver correctamente ejercicios tan simples como sumar o multiplicar.
Si bien la pobreza en la que vive Juan y muchos niños de su edad puede ser una causa poderosa para la existencia de esta deficiencia, no podríamos decir lo mismo de otros chicos, que a pesar que sus padres tienen condiciones económicas para que ellos solo se dedican a estudiar, tienen dificultades de aprendizaje.
A pesar que se sabía de esta dura realidad hace años, ha tenido que conocerse internacionalmente el último informe de la prueba del PISA, que nos ubica en el último lugar entre 65 países, en comprensión lectora, ciencias y matemática, para que las autoridades ‘salten hasta el techo’.
Según esta prueba, que se viene llevando a cabo cada tres años desde el 2 000, donde son evaluados estudiantes de 15 años de distintos países del mundo para comprobar su nivel de conocimiento, nuestro país totalizó la puntuación más baja. (Ver cuadro)
Para un país como el nuestro que está creciendo económicamente de manera sostenida desde hace 10 años, es inadmisible esta realidad. ¿Entonces, qué ha pasado? ¿Por qué estamos tan mal en educación? ¿Cómo cambiamos esta realidad?
De acuerdo con el exministro de Educación Nicolás Lynch, lo que ha pasado es que nunca se ha tenido interés para cambiar las condiciones del alumnado y de los profesores, de ahí que no se esté cumpliendo con el Plan Nacional de Educación para Todos 2005 – 2015 que, entre otras cosas, señala que debe incrementarse gradualmente el presupuesto del sector de Educación hasta el 6%.
Lynch advierte que si no se lleva a cabo un plan de emergencia donde el Ministerio de Educación incluya todas las facciones del Sutep, dejando de lado cualquier apasionamiento político, y un compromiso serio por parte de la sociedad, entonces seguiremos siendo últimos. “Tres cuartas partes de los alumnos no entienden lo que leen y el Gobierno debe intervenir cuanto antes. Si se dieran estas condiciones, abandonaríamos el fondo dentro veinte años”, indica.
Por su parte, el responsable de un proyecto educativo del colegio Áleph, León Trahtemberg, afirma que esta situación era de esperarse porque el modelo del Ministerio de Educación, y en general el Latinoamericano, se ha agotado debido a que no se ha transformado en función de la creciente y diversa población a la que tiene que atender. “Hay que empezar una reforma que modifique sustantivamente los quehaceres del sector educación y eso a estas alturas parece imposible. Quizá se logre en los primeros 100 días del próximo gobierno. En el corto plazo se pueden poner algunos peldaños con experiencias piloto innovadoras que marquen el camino que debe seguir todo el sector”, recomienda el educador.
En Latinoamérica, el Perú invierte apenas 476 dólares por alumno, mientras que en Chile se destina 1,293 dólares, en Colombia 1,290 y en Brasil 1,321.
Actualmente, el sector de Educación recibe el 2,8% del PBI, que equivale, según Lynch, a 18 millones de soles para todo el país y esto es insuficiente para invertir en infraestructura o logística para una correcta enseñanza. Lo ideal, agrega, es que debe asignarse -como en otros países más avanzados del mundo- una partida no menor al 6%.
Resultados del PISA
De los siete países de América Latina que participaron de la prueba del PISA en el 2012, el Perú fue superado por Chile que ocupó el puesto 33, México (53), Uruguay (55), Argentina (59), Colombia (62), etc.
Considerando que el primer puesto, que pertenece a Shanghai, acumuló más de 600 puntos en Matemáticas, 500 en Comprensión Lectora y Ciencias, nosotros estamos considerablemente lejos, ya que sumamos la cantidad más baja en cada una de las tres categorías, sin siquiera llegar a 400 puntos.
Cabe resaltar que Perú viene participando de la prueba del PISA desde el 2009, ese año ocupamos el puesto 59 entre 61 países. (Javier Peña)