
En vista del comportamiento de él su esposa le recibía con reclamos y discusiones, porque llegaba muy tarde y embriagado. “Llegamos al punto de agredirnos físicamente, pues nuestra relación era muy explosiva,” dijo.
En una oportunidad, su esposa cansada de tantos maltratos y agresiones físicas lo denunció a la policía. “Me llevaron detenido, nuestra familia poco a poco se iba destruyendo. Un día viendo la televisión, sintonicé el programa del Cenáculo del Espíritu Santo y comenzamos a asistir a la Terapia del Amor, a través de las oraciones y perseverancia Dios cambió nuestra vida. Hoy puedo decir que estoy libre de los vicios, y no existen más agresiones entre nosotros, nuestra relación cambió drásticamente, pues tenemos paz, y un carácter transformado, mi matrimonio fue restaurado”.
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