El cultivo de coca y la producción de drogas ilícitas vienen ocasionando severos daños al medio ambiente y la sociedad, el mismo que se inicia con la migración andina a las áreas cocaleras, prosigue con la deforestación y quema de los bosques, para proceder a la instalación del monocultivo de coca que conlleva al uso intensivo de agroquímicos contaminantes y termina con la producción de drogas utilizando ingentes cantidades de insumos químicos que luego son vertidos al medio ambiente con efectos tóxicos.
Migración
Según Devida, cientos de pobladores andinos seducidos por los emisarios del narcotráfico abandonan sus tierra para viajar a la selva para posesionarse de tierras sin dueño y cultivar coca, logrando de esta manera lograr ingresos monetarios que les permita satisfacer sus necesidades vitales. Debido a estas corrientes migratorias, las dos terceras partes de la población cocalera es de origen andino, habiéndose detectado zonas cocaleras con mayor afluencia inmigrante son los valles de Aguaytía, Alto Huallaga, Pachitea-Pichis y Tambopata.
Los primeros efectos de ésta migración se traducen en la invasión de Bosques de Producción Forestal e inclusive de Protección, asegura esta institución.
Deforestación
El narcotráfico ha impulsado la ocupación, deforestación a tala rasa y quema de 2.5 millones de hectáreas de bosques, para realizar cultivos de coca, aprovechando la fertilidad del suelo orgánico. Procediendo, una vez agotada la riqueza del suelo, a abandonar el área cultivada para apropiarse de nuevos bosques y así continuar destruyendo los bosques amazónicos. Reforestar dichos bosques demorará 100 años, plantando 25,000 has anuales, con una inversión total de 3 mil millones de dólares.
El impacto de la deforestación es la reducción del agua, de la biodiversidad, de los alimentos y medicinas del bosque, del oxígeno, de la captura de carbono, del clima, de hábitats, de sitios turísticos, etc., en suma de una serie de recursos y servicios ambientales, económicos y sociales, por un valor a los 5 mil millones de dólares.
Degradación de suelos
Cada año se pierden por erosión 40 toneladas de suelo en una hectárea cultivada con coca. Al cabo de 10 años no habrá suelo cultivable, destruyéndose lo que la naturaleza construyó en 500 años. De esta manera 250,000 familias dejaran de tener una parcela de 10 Has., para sus actividades agrícolas.
Migración
Según Devida, cientos de pobladores andinos seducidos por los emisarios del narcotráfico abandonan sus tierra para viajar a la selva para posesionarse de tierras sin dueño y cultivar coca, logrando de esta manera lograr ingresos monetarios que les permita satisfacer sus necesidades vitales. Debido a estas corrientes migratorias, las dos terceras partes de la población cocalera es de origen andino, habiéndose detectado zonas cocaleras con mayor afluencia inmigrante son los valles de Aguaytía, Alto Huallaga, Pachitea-Pichis y Tambopata.
Los primeros efectos de ésta migración se traducen en la invasión de Bosques de Producción Forestal e inclusive de Protección, asegura esta institución.
Deforestación
El narcotráfico ha impulsado la ocupación, deforestación a tala rasa y quema de 2.5 millones de hectáreas de bosques, para realizar cultivos de coca, aprovechando la fertilidad del suelo orgánico. Procediendo, una vez agotada la riqueza del suelo, a abandonar el área cultivada para apropiarse de nuevos bosques y así continuar destruyendo los bosques amazónicos. Reforestar dichos bosques demorará 100 años, plantando 25,000 has anuales, con una inversión total de 3 mil millones de dólares.
El impacto de la deforestación es la reducción del agua, de la biodiversidad, de los alimentos y medicinas del bosque, del oxígeno, de la captura de carbono, del clima, de hábitats, de sitios turísticos, etc., en suma de una serie de recursos y servicios ambientales, económicos y sociales, por un valor a los 5 mil millones de dólares.
Degradación de suelos
Cada año se pierden por erosión 40 toneladas de suelo en una hectárea cultivada con coca. Al cabo de 10 años no habrá suelo cultivable, destruyéndose lo que la naturaleza construyó en 500 años. De esta manera 250,000 familias dejaran de tener una parcela de 10 Has., para sus actividades agrícolas.
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