La violencia
contra los menores es una práctica cada vez más común en el país. No por algo cada
día se reportan 18 casos de violencia física hacia los niños.
Los
padres que golpean a sus hijos argumentan que lo hacen para corregirlos.
Precisamente con ese pretexto, el pasado 10 de noviembre una desnaturalizada
madre quemó las manos de su hija de tan solo nueve años.
Los
hechos ocurrieron en el asentamiento humano Villa Milagros, en Puente Piedra,
luego que la madre de la menor tomara conocimiento que su hija había robado un
esmalte de una de las vecinas.
Ante
los desgarradores gritos de dolor de la menor, vecinos del lugar llamaron a la
policía del sector para pedir ayuda.
Los
agentes al llegar al lugar encontraron a la niña, aún con lágrimas en los ojos,
con las manos quemadas. Inmediatamente procedieron a detener a la irresponsable
madre quien no dejaba de acusar a su pareja de haberla incitada a cometer dicho
acto.
En
el país también existe otro argumento, muy extendido en la sierra y selva, para
golpear a los niños.
De
acuerdo con María Isabel Cedano, representante de Demus, muchos padres creen que
una niña o niño es de su propiedad, y que, por tanto, tienen el derecho de hacer
lo que se desee con ellos.
El maltrato físico y psicológico hacia los menores es algo muy común en el país, siendo la madre -por la mayor cercanía y
tiempo que tiene con los hijos- la que más incurre en esas malas prácticas. Las
cifras de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar –Endes- 2014 así lo
corroboran.
Ese año, los resultados evidenciaron que el 19,8%
de las mujeres entrevistadas creen en la necesidad del castigo. Asimismo
revelaron que la forma de castigo que más utilizan son los golpes (57,2%) y la
reprimenda verbal (43,5%).
Según el Endes, los
golpes fueron declarados con mayor frecuencia por las mujeres de 30 a 49 años,
alguna vez unidas y en aquellas que tenían educación primaria o sin nivel; en
cambio, la reprimenda verbal fue mencionada generalmente por las mujeres de 15
a 19 años de edad, solteras y con educación superior.
Lo más preocupante de esta execrable realidad, es
que cada año está aumentando en el país.
Un informe del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables
(MIMP) da cuenta que durante el 2013 fueron atendidos 10.572 casos de violencia
física y agresiones psicológicas.
Para el 2014 los casos de violencia física y agresiones
psicológicas atendidos por el MIMP llegaron a 11.097. Y hasta octubre del 2015,
estas ya alcanzaron los 12.314 casos.
La estadística muestra que en el Perú se reportan al
menos 18 casos de violencia física cada día.
El
año pasado a nivel de la capital, se registraron 3.800 casos de violencia
psicológica y física contra los menores
de edad, siendo el distrito de Villa El Salvador el que concentró el mayor
número de casos.
Al
igual que en el caso de las agresiones a los adultos donde existe una cifra oculta,
en los menores también se presenta esa realidad. Un reciente informe de la ONG
Save The Children señala que el número de niños víctimas de maltrato físico y
psicológico que el MIMP informa sería mucho más.
Secuelas del
castigo
El maltrato
infantil no es un tema que se debe tomar a la ligera, pues si
existe es porque los padres cuando fueron niños también sufrieron de
agresiones.
La
psicóloga Carmen Mendoza sostiene que los golpes y los gritos causan daños
irreversibles en la mente y la personalidad de los niños.
“Con
el tiempo esos menores de edad se vuelven rebeldes, y están más expuestos a
conductas antisociales. El mejor ejemplo de ello, es ‘Gringasho’”, refiere la
psicóloga.
Para el psiquiatra Freddy Vásquez Gómez, un niño maltratado
difícilmente podrá recuperarse, puesto que las terapias apenas le disminuirán
los miedos y le harán recuperar su autoestima.
La violencia
contra niños repercute también en síntomas de depresión y
ansiedad, así como en conductas autolesivas que pueden llevar a intentos de
suicidios. Según el doctor Vásquez Gómez, muchos casos de personas con
tendencias suicidas reportan haber sido maltratados cuando tenían menos de 15
años.
Según
la Organización Mundial de la Salud (OMS), el maltrato infantil también trae
como consecuencias un mayor consumo de tabaco, alcohol y drogas. Asimismo un
mayor número de obesos, comportamientos sexuales de alto riesgo y embarazos no
deseados.
¿Qué dice la ley?
Por
increíble que parezca, las leyes peruanas permiten a los padres castigar a sus
hijos.
El
artículo 423 del Código Civil dice que, dentro de los derechos y deberes de los
padres, estos pueden
corregir moderadamente a sus hijos y, cuando su acción no sea
suficiente, pueden incluso recurrir a la autoridad judicial para solicitar su
internamiento en un establecimiento de reeducación de menores.
Modificar
o derogar ese texto es el objetivo de varias instituciones, como Acción por Los
Niños.
Lourdes
Febres, directora de dicha institución, sostiene que no se puede hablar de
corrección moderada, porque la realidad nos dice que cuando los padres están
con ira no se miden en el castigo. “Las estadísticas hablan por sí sola”,
refiere.
En
los últimos años varios proyectos de ley se han presentado en el Congreso para prohibir
los maltratos, sin embargo, ninguna se ha aprobado, según Febres, por desidia
de los parlamentarios.
El
magistrado de la Corte Superior de Justicia de Ucayali, doctor Tullio Bermeo
Turchi, considera que el maltrato infantil no se soluciona con derogar o
modificar leyes, sino con valores para que los hijos crezcan sabiendo respetar
a los demás. “Y esa función obviamente les compete a los padres”, sostiene.
Lo
que está pasando ahora, dice Bermeo Turchi, es que la mayoría de los padres han
claudicado en su obligación de formar, para solo preocuparse en proveer cosas
materiales a sus hijos.
Por
esa razón, el magistrado considera que a los padres no se les puede quitar el
derecho de ejercer su autoridad sobre sus hijos, porque de lo contrario cuando
los chicos crezcan ellos no podrán controlarlos.
“Si
bien la ley dice que podemos internarlos, lo cierto es que no existe en el país
un lugar adecuado para los niños rebeldes, lo que hay son centros para chicos
que han cometido faltas”, dice el magistrado.
Por
su parte, la representante de Acción por Los Niños sostiene que se debe
trabajar fuertemente en la prevención con los padres y maestros, haciéndoles
ver que con amor, tolerancia y comprensión también se logran corregir a los
chicos. (Redacción)
20 DE NOVIEMBRE
Es
el Día Mundial del Niño, según la resolución 836 de la Asamblea General de la
ONU.
¿Qué es la violencia
infantil?
Se
define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18
años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual,
desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o
puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en
peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad,
confianza o poder.
FACTORES SOCIALES
Y COMUNITARIOS
Según
la ONU, hay diversas características de las comunidades y las sociedades que
pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas están las
desigualdades sociales y de género; la falta de vivienda adecuada o de
servicios de apoyo a las familias y las instituciones; los niveles elevados de
desempleo o pobreza; y la disponibilidad fácil del alcohol y las drogas.
Asimismo
las políticas y programas insuficientes de prevención del maltrato, la
pornografía, la prostitución y el trabajo infantiles; y las normas sociales y
culturales que debilitan el estatus del niño en las relaciones con sus padres o
fomentan la violencia hacia los demás, los castigos físicos o la rigidez de los
papeles asignados a cada sexo.