La película “La bella y la
bestia” nos invita a reflexionar sobre el tema, y nos enseña que no debemos
juzgar a nadie por su apariencia.
Usted ya debe haber escuchado frases como “por ser
gorda, debe ser una enferma” o “por ser fea, no debe tener enamorado”.
Expresiones como estas son muy comunes entre las jóvenes.
Hay quienes creen que frases como estas no pasan de
ser una simple broma. Sin embargo, otros no opinan lo mismo.
De acuerdo con el escritor y psicólogo norteamericano
Wayner Dyer, autor del libro Tus Zonas Erróneas”, cuando uno juzga a los otros,
uno se está definiendo como es. Y no deja de tener razón.
Cuando uno realiza comentarios de esta naturaleza,
la persona revela insatisfacción personal, una desmedida envidia, o
simplemente, la falta de algo mejor que hacer.
María, de 19 años, y Rosa, de 18 años conocieron el
juzgamiento en la piel, solo que en posiciones inversas.
María cuenta que tenía el hábito de juzgar a las
personas, sobre todo por la apariencia.
“Yo creía que si una persona estaba muy bien
vestida, era porque gustaba de la vanidad. Y claro, perdí grandes amistades por
ello, ya que mis amigos terminaban solidarizándose con la persona a quien yo
juzgaba”, cuenta María.
Rosa, en cambio, precisaba lidiar con este tipo de
opiniones. Ella contó a El Universal que sufrió con la opinión de quien la
inferiorizaba por no ser muy bonita. “Además de ser juzgada, yo hacía lo mismo
con otras personas que tenían algún defecto”, sostiene.
Durante años, ambas jóvenes vivieron este tipo de
vida. Sin embargo, un día se dieron cuenta que estaban equivocadas.
María y Rosa revelan que la mudanza aconteció
cuando ellas aprendieron a valorizar sus cualidades, sin preocuparse por la
vida de los demás.
Según el escritor Dyer, si usted no tiene nada para
hablar, porque no guardar sus palabras.
“Aprenda silenciar aquella voz que grita dentro de
usted, que siempre está pronta para criticar a otros”, sostiene.
Quien está atenta a los defectos y fragilidades de
otras personas difícilmente consigue hacer un autoanálisis. Procure ser más
tolerante con las diferencias. (C.M.)
TOME NOTA
1.- Todos
somos diferentes
Yo no puedo juzgarte a ti según mis valores, mis prioridades o mis gustos personales, porque
tú eres una persona distinta.
2.- Porque nadie es perfecto
¿Quién soy yo para juzgar tus errores, cuando yo
cometo tantos?
3.- Porque
falta información
No puedo juzgarte sin conocerte y, menos todavía,
sin hacer el intento siquiera de entender las razones de tu comportamiento.
4.- Porque
las apariencias engañan
¿Y si lo que pienso que está ocurriendo tiene poco
que ver con la realidad?
5.- Porque
hace daño
Quizás tú no llegues a enterarte. Pero, ¿y si
ocurre? ¿Y si te enteras de que me he pronunciado contra ti injustamente?
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