lunes, 9 de noviembre de 2015

Apariencias engañan


La película “La bella y la bestia” nos invita a reflexionar sobre el tema, y nos enseña que no debemos juzgar a nadie por su apariencia.

Usted ya debe haber escuchado frases como “por ser gorda, debe ser una enferma” o “por ser fea, no debe tener enamorado”. Expresiones como estas son muy comunes entre las jóvenes.
Hay quienes creen que frases como estas no pasan de ser una simple broma. Sin embargo, otros no opinan lo mismo.

De acuerdo con el escritor y psicólogo norteamericano Wayner Dyer, autor del libro Tus Zonas Erróneas”, cuando uno juzga a los otros, uno se está definiendo como es. Y no deja de tener razón.
Cuando uno realiza comentarios de esta naturaleza, la persona revela insatisfacción personal, una desmedida envidia, o simplemente, la falta de algo mejor que hacer.
María, de 19 años, y Rosa, de 18 años conocieron el juzgamiento en la piel, solo que en posiciones inversas.

María cuenta que tenía el hábito de juzgar a las personas, sobre todo por la apariencia.
“Yo creía que si una persona estaba muy bien vestida, era porque gustaba de la vanidad. Y claro, perdí grandes amistades por ello, ya que mis amigos terminaban solidarizándose con la persona a quien yo juzgaba”, cuenta María.

Rosa, en cambio, precisaba lidiar con este tipo de opiniones. Ella contó a El Universal que sufrió con la opinión de quien la inferiorizaba por no ser muy bonita. “Además de ser juzgada, yo hacía lo mismo con otras personas que tenían algún defecto”, sostiene.
Durante años, ambas jóvenes vivieron este tipo de vida. Sin embargo, un día se dieron cuenta que estaban equivocadas.

María y Rosa revelan que la mudanza aconteció cuando ellas aprendieron a valorizar sus cualidades, sin preocuparse por la vida de los demás.

Según el escritor Dyer, si usted no tiene nada para hablar, porque no guardar sus palabras.
“Aprenda silenciar aquella voz que grita dentro de usted, que siempre está pronta para criticar a otros”, sostiene.

Quien está atenta a los defectos y fragilidades de otras personas difícilmente consigue hacer un autoanálisis. Procure ser más tolerante con las diferencias. (C.M.)

TOME NOTA
1.- Todos somos diferentes
Yo no puedo juzgarte a ti según mis valores, mis prioridades o mis gustos personales, porque tú eres una persona distinta.
 2.- Porque nadie es perfecto
¿Quién soy yo para juzgar tus errores, cuando yo cometo tantos?
3.- Porque falta información
No puedo juzgarte sin conocerte y, menos todavía, sin hacer el intento siquiera de entender las razones de tu comportamiento.
4.- Porque las apariencias engañan
¿Y si lo que pienso que está ocurriendo tiene poco que ver con la realidad?
5.- Porque hace daño
Quizás tú no llegues a enterarte. Pero, ¿y si ocurre? ¿Y si te enteras de que me he pronunciado contra ti injustamente?


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