Hospitales en malas condiciones de infraestructura, médicos trabajando con instrumental antiguo, largas colas de pacientes esperando ser atendidos, son solo algunas de las deficiencias que el sistema médico actual del país muestra. Para cambiar esta realidad, ¿qué precisamos?
A pesar de los esfuerzos de algunas instituciones para mostrar un nuevo rostro, aún hay mucha gente denunciando mala atención y maltratos en algunos hospitales.
Historias que reflejan lo pésimo que está el sector salud en el país abundan a montones. Hace más de un mes, por ejemplo, Víctor Pozo Sánchez (55) almorzaba amenamente con sus amigos cuando de pronto se atragantó con un pedazo de carne.
Sus compañeros asustados por la vida de Víctor lo llevaron de inmediato a una posta médica en el Rímac, donde increíblemente se negaron atenderlo aduciendo que no contaban con un especialista para tratar ese problema.
Ante esto hecho, fue dirigido hasta un centro de salud del mismo distrito. Ahí fue recibido, según un canal de televisión, por el odontólogo Manuel Ramos quien al ver a Pozo le habría hecho un gesto de ‘asco’ por el cual se negó a atenderlo. Víctor al poco tiempo dejó de existir en la mototaxi que lo trasladaba.
Otro caso indignante es la que está viviendo la señora María Antonieta, una anciana de 87 años. De acuerdo con su hija Doris Aquije, su madre quien sufre de Parkinson no recibe hace tres meses sus medicamentos del Programa de Atención Domiciliaria (Padomi).
Doris comentó que los responsables del hospital donde se atiende su madre le dijeron cuando ella se fue a quejar, que no se acercaron a su casa porque el médico que trataba a su progenitora había renunciado.
La última visita que le hicieron a María Antonieta data de noviembre del 2013.
Mientras el Padomi se toma su tiempo para encontrar un médico reemplazante, el Parkinson que afecta a esta anciana sigue avanzando.
Para un país donde las autoridades gubernamentales aseguran que venimos creciendo económicamente desde hace 15 años, es incomprensible enterarse a diario de los maltratos que sufren los enfermos y sus familiares quienes lo acompañan. Y como si esto no fuera suficiente, ver aún-sobre todo en el interior del país, establecimientos de salud en pésimas condiciones de infraestructura.
Es el caso, por ejemplo, del centro de salud Carlos Showing Ferrari del distrito de Amarilis, Huánuco, que a pesar de atender a varios poblados continua atendiendo en un local precario.
Según el periodista huanuqueño Freddy Aguirre, en dicho nosocomio- a pesar que las autoridades de salud de la región tienen conocimiento del problema-aún se observan paredes rajadas y cables de luz expuestos a la vista de todo el mundo, lo que pone en riesgo la vida del personal médico y de los pacientes que llegan a diario.
De acuerdo con la Federación Médica, en muchos hospitales de salud el instrumental médico con el cual los doctores y enfermeras trabajan data de hace 50 años y la mayoría es considerado obsoleto.
En el 2012, la fiscal de Prevención del Delito de Arequipa, Ester de Amat, constató que el hospital Goyeneche de esa ciudad contaba con material quirúrgico en mal estado. Incluso en el llamado tópico de cirugía varones halló tijeras oxidadas.
Esta injusta realidad que afrontan millones de peruanos nos lleva preguntar por qué el sistema de salud en nuestro país esta tan mal.
Para el doctor Jesús Bonilla, presidente de la Federación Médica del Perú, son varias las razones que han desencadenado esta situación. Así tenemos la mala estructuración del sistema que ha llevado a que tengamos una atención médica desintegrada. Por un lado, está el Minsa y EsSalud con sus postas y centros de salud y, por otro, la Policía y las Fuerzas Armadas con sus propios establecimientos. Todos ellos con sus proyectos y dificultades individuales. “Esta fragmentación ha originado que el presupuesto que se le asigna a cada institución sea ínfima, razón por el cual algunas de ellas no pueden cubrir eficientemente sus servicios”, sostiene el galeno.
Si a ello le sumamos que hay instituciones que tienen una mayor cobertura para aquellos que pagan más, entonces las cosas se hacen más complicadas para los más pobres. “Precisamos de una reforma que no distinga pobres ni ricos y que exista un solo ente rector que aglutine a todas esas instituciones”, refiere Bonilla.
Por su parte el doctor César Maguiña, ex decano del Colegio Médico, sostiene que es necesario incrementar el presupuesto del gasto total del sector que actualmente llega al 4,8%. “Esta mejora no solo servirá para aumentar el sueldo del personal, también para modernizar el equipo médico y construir nuevos hospitales, centros y postas de salud”, dice Maguiña.
En América Latina el promedio de gasto total del sector salud alcanza el 8%. (Raúl Vela)
Si usted está viviendo un calvario, no solo por cargar una enfermedad, sino también por la atención que recibe cuando va a un hospital, venga a la reunión de sanidad de todos los viernes de la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo. Ahí su persona comprobará que solo el Dios vivo cura todos los males.
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