El experto en temas de drogas Jaime Antezana, en carta hecha pública desde su cuenta en Facebook, aclaró al ministro del Interior, Daniel Urresti, que los narcotraficantes peruanos ya dejaron hace años de ser simples acopiadores para convertirse en procesadores de PBC y refinadores de clorhidrato de cocaína.
Como se recuerda, tras las últimas capturas de cargamento de droga, el ministro Urresti señaló en una entrevista a un medio local que en el país los narcotraficantes peruanos solo se dedican a acopiar la droga.
En su aclaración Antezana dijo los siguiente: "esa afirmación es inexacta. Es cierto que no existe un cartel peruano. Eso está fuera de toda duda. Lo que hemos tenido es la presencia de carteles de dos países diferentes. Así, desde fines de los 70 hasta medianos de los 90, pasando por la década de los 80, los que compraban y exportaban la pasta peruana fueron los carteles colombianos (de Cali y Medellín). Ellos lo refinaban e incorporaban a los EEUU.
Posteriormente, hacia fines de los 90 hasta la actualidad, debido a la emergencia de la demanda de cocaína en Europa, Asia y América Latina, recalaron en estas tierras los carteles mexicanos: Tijuana, Sinaloa, Juárez, etc. Ellos sustituyeron el vació dejado por los carteles colombianos, post desarticulación de ambas organizaciones internacionales en Colombia.
Antes de seguir, una rápida digresión: desde la década de los 60, aparejado al ascenso de la producción de coca y pasta bruta en el Perú, ira incubándose las principales firmas y sus capitostes (patrón, barón, capo, etc.) de la droga peruana. Carlos Lamgberg, “Mosca Loca”, Rodríguez López, alias el "Padrino", Fernando Zevallos, alias el "lunarejo", etc., fueron los principales narcotraficantes que abastecían a los colombianos.
En la década de los 80 y 90, en un contexto del "boom" de la coca y la PBC y de la desarticulación de -la mayoría- estos capitostes o barones de la pasta básica de cocaína y, en menor proporción, de cocaína, surgirán nuevas y poderosas firmas y barones de la droga. Su característica principal: su "invisibilización" en negocios insospechados: leche, gaseosas, minería, pesca, universidades, etc. A través de esos negocios lograron la transnacionalización.
En suma, en estas dos décadas, cuajo una narcoburguesia; un narcocapitalismo. Esta narcoburguesia nacional forma parte del poder económico en nuestro país. Con la presencia de los carteles mexicanos, de finales de los 90 hasta hoy en día, esta narcoburguesia "tercerizara" el negocio de la droga (PBC y cocaína), pero no lo abandona. Eso permite la floración de nuevas firmas o clanes, pequeñas y medianas, que adquieren mayor protagonismo en el tráfico de la droga.
La floración de las nuevas firmas o clanes de la droga tiene un rostro más nacional: indígena, mestiza y chola. Pero, estas firmas -con excepción de varias de ellas- son procesadores de PBC y, las medianas, refinadoras de cocaína. ¿A qué se debe eso? Muy sencillo: a los carteles mexicanos no les interesa comprar (grábese esto ministro Urresti) PBC, sino cocaína. Entonces, las firmas pequeñas procesan la pasta y las firmas medianas acopian y refinan la pasta en clorhidrato de cocaína.
Y, las antiguas y nuevas firmas más poderosas del país, son las que acopian, refinan y embalan la cocaína, en sociedad o no de los carteles mexicanos, para estas multinacionales de la cocaína. Incluso, desde hace varios años atrás, las firmas nacionales peruanas colocaban el cargamento de cocaína en alta mar. O, en aguas internacionales. Ahí, se juntaba el gran cargamento.
Los narcotraficantes peruanos no son, pues, simples acopiadores de PBC. Eso fue, en gran medida, en los 80 y 90. En los últimos 14 años, los narcotraficantes procesan PBC y refinan clorhidrato de cocaína. Ese es el cambio más importante que ha experimentado el narcotráfico nacional. Entonces, ¿cuál es el interés del ministro Urresti cuando afirma que en el Perú solo tenemos acopiadores? Pareciera que busca desconocer la existencia de los barones de la cocaína, de la narcoburguesia. Regional y nacional.
Es también, desconocer que -no la generalidad- muchos narcotraficantes peruanos exportan cocaína a Europa y Asia. También, es desconocer que firmas peruanas en Bolivia y Argentina están en un proceso de "cartelización". Corolario: el ministro Urresti, al decir que solo hay acopiadores, busca minimizar la dimensión que tiene el narcotráfico nacional. Que se informe mejor".
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