Hasta
antes de la primera revolución industrial del siglo XVIII, en Inglaterra, no
existía entre el hombre y la naturaleza dominación alguna. Sin embargo, con la
llegada de la era moderna ese equilibrio cambió.
El
hombre empezó a derrumbar de manera masiva árboles para construir barcos, y a
usar carbón para sus fábricas; la extracción de recursos naturales se hizo
permanente, al igual que la explotación de los seres humanos que eran obligados
a trabajar durante 12 y 15 horas todos los días.
Para
que la industria y el sistema económico crecieran, las fábricas comenzaron a
expulsar sus desechos al ambiente, ya sea al aire, la tierra o a los ríos. Con
el tiempo, esta insana práctica — que aún subsiste en muchos países— originó el
calentamiento global y la aparición del cambio climático.
El
calentamiento global es el aumento gradual de las temperaturas de la atmósfera
y los océanos como consecuencia del incremento de los gases de efecto
invernadero, emanados por las fábricas que usan como fuentes de energía los
combustibles fósiles.
En
el 2011, un informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de
la Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtió a los gobiernos que si la
emisión de los gases de efecto invernadero a la atmósfera supera los 350 partes
por millón (ppm) de C02 en los próximos 35 años, la vida en la Tierra correrá
riesgo hacia finales del siglo XXI.
Desde
la llegada de la era moderna hasta nuestros días, según la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (UICN), 800 especies de flora y fauna ya
se han extinguido por el cambio climático. Entre ellas tenemos el olivo de
Santa Elena, el guacamayo de Sprix, la rana de Monteverde, el rinoceronte
negro, la foca monje del Caribe, el delfín de Baiji, el lagarto gigante de Cabo
Verde y el cuervo hawaiano.
La
existencia de la Tierra y el hombre están en peligro. Si el calentamiento
global no se revierte en el corto plazo, las sequias e inundaciones serán cada
vez más frecuentes y el nivel del mar, luego de derretirse los 20 millones de
kilómetros cúbitos de hielo, se incrementará hasta hacer desaparecer a todas
las ciudades costeras.
La
ciencia ha demostrado que nuestro planeta ha pasado por procesos normales de
calentamiento y enfriamiento a lo largo de millones de años. Sin embargo,
ahora, el ritmo acelerado de la vida humana, está causando cambios en la
composición de la Tierra en menos de un siglo, por lo que urge tomar medidas.
Siendo
el hombre culpable del calentamiento global, está en sus manos resolver este
problema. ¿Cómo podría hacerlo? Las autoridades y las empresas movilizarían dinero,
tecnología y recursos humanos para hallar una rápida transición de los
combustibles fósiles a fuentes de energía limpia. Mientras tanto, nosotros, los
ciudadanos de a pie, contribuiríamos a través del ahorro de electricidad, agua,
etc. Pequeñas acciones que generarían grandes beneficios.
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