miércoles, 11 de agosto de 2010

Participación de Rondas Campesinas fue decisiva para derrotar a Sendero en el campo


Durante la etapa de violencia terrorista que vivió el país, las rondas campesinas, combatieron con firmeza e inteligencia a ambos bandos (Sendero Luminoso y MRTA) rechazando valientemente la intromisión de las dos partes que pretendían usar al campesinado como carnada.
Aún así, Sendero logró inicialmente incorporar a muchos ronderos en sus filas, no porque la mayoría haya estado convencida del accionar violentista de los terroristas, sino principalmente por el miedo que le inspiraba los subversivos.
La falta de una estrategia del ejército que le permitiera reconocer esta situación dentro del campesinado, hizo que en una primera etapa consideraran a los ronderos como sus enemigos. Precisamente los años 83 y 87 fueron los más violentos para los ronderos, durante ese lapso, tal como lo señala el informe de la Comisión de la Verdad, murieron más de 500 campesinos, principalmente en el sur y centro del país.
Sin embargo, en el año 88 cuando la guerra interna parecía serle favorable a los subversivos, el alto mando militar y policial cambio de estrategia.
Las Rondas Campesinas, que fueron consideradas durante años como parte de la estrategia empleada por Sendero Luminoso para comprometer al campesinado en la guerra en contra del Estado, se convirtieron en el principal contingente de reserva en la nueva estrategia de guerra contrasubversiva. Esto es lo que Carlos Tapia acertadamente ha definido como “el decidido apoyo a la organización de la autodefensa armada del campesinado”, lo cual se expresó en el hecho que el Estado: “…impulsó firmemente la organización y el apoyo a la autodefensa campesina, ya no sólo en Ayacucho sino en todos los Comités Regionales (CR) de SL que mostraban más actividad: el CR Principal y el CR del Centro”13.
En poco tiempo, los soldados lograron ganarse la confianza de los sectores sociales más afectados por la guerra, utilizando lo que se conoce como el quinto dominio en la estrategia de guerra contrainsurgente: la acción cívica.
Los militares peruanos desarrollaron, dice Tapia, una versión andina de la doctrina militar británica puesta en práctica en Asia, específicamente en Malasia.
Obviamente, la acción cívica resultó ser sólo uno de los componentes que traía consigo la nueva estrategia practicada por los militares peruanos. Organizar y armar a la población civil en Rondas Campesinas eran, en cambio, los objetivos prioritarios que se habían propuesto alcanzar el Estado y las FFAA como los mecanismos más idóneos para comprometer a importantes sectores de la sociedad rural en la confrontación contra
Sendero.
Para el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (IEPRI), la actitud gubernamental coincidió plenamente con la demanda del campesinado comunero de organizarse, militarmente hablando, y así poder rechazar con más eficiencia las agresiones senderistas. En tal sentido, y a pesar de las críticas que surgieron en sectores de las Fuerzas Armadas sobre el potencial peligro que traía consigo la entrega de armas a los civiles, el gobierno elegido en junio de 1990 optó por hacerlo aceptando de manera implícita las demandas de la población en cuanto a la necesidad que tenían de defenderse directamente de Sendero Luminoso.
Ellos señalan algunas características económicas y sociales de la sierra central y sur podrían ayudar a entender el éxito y la rápida difusión de las rondas en la región. “Aquí hay que destacar, sobre todo, la vigencia de la comunidad campesina como elemento distintivo en la organización del campesinado de la zona”.
A diferencia de los departamentos de la sierra norte, Cajamarca y Piura, donde se organizaron las primeras Rondas Campesinas a fines de los años setenta, en la región donde se aplicó la primera gran derrota a Sendero Luminoso a fines de los ochenta predomina la comunidad campesina “... nombre genérico dentro del que debe incluirse no sólo a las comunidades denominadas tales o a las legalmente reconocidas, sino también a otros centros poblados conocidos como parcialidades, pagos, pueblos, anexos o ayllus”, refiere el instituto.
Para nadie es un secreto que el papel que jugaron las rondas para empujar a los subversivos del campo a la ciudad donde años más tarde fueron detectados por los servicios de inteligencia, siendo la detención de Abimael Guzmán la más relevante, fue decisiva para la victoria. Sin ellos, probablemente la guerra interna hubiera durado más tiempo, con lo cual habría habido más muertos y heridos, principalmente de la población civil.

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