jueves, 2 de enero de 2014

¿Cuánto le cuesta la inseguridad a América Latina?

La inseguridad le costó a América Latina más de 330 millones de años de vida en solamente un año.

La criminalidad es un problema regional, que obstaculiza el desarrollo social y económico de cada nación latinoamericana, según Naciones Unidas.
América Latina sigue siendo la región “más desigual y más violenta” en el mundo y vive una paradoja, asegura el informe “Seguridad Ciudadana con un Rostro Humano”, divulgado recientemente por el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD).
En los últimos 10 años, la región experimentó un crecimiento económico sostenido de 4,2% que permitió salir de la pobreza a 70 millones de personas pero también un aumento del crimen que se tradujo con más de 100,000 homicidios por año y un total de más de un millón desde 2,000 a 2010.
Los latinoamericanos tienen además “la percepción más baja de seguridad a nivel mundial”: en promedio, una de cada tres personas dijo haber sido víctima de un delito violento.
El informe mira también a los múltiples factores que inciden en la criminalidad, incluyendo la fractura del tejido social, el grave problema de la deserción escolar en la región, la lentitud del sistema judicial y las dificultades en la inserción laboral.
El costo del delito
Según el doctor Marcelo Bergman, director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia (Celiv), de la Universidad Nacional Tres de Febrero en Argentina, y uno de los autores del informe, se puede medir el costo del delito de distintas maneras. Una de las opciones, dice, es medir el costo por años de vidas perdidas. “Esto suena extraño, pero te doy un ejemplo. Supongan que una persona es asesinada a los 25, esa persona en normales circunstancias de acuerdo a las estimaciones para un país determinado podría haber llegado a vivir 75 años. Si es asesinada a los 25 quiere decir que se perdieron 50 años de vida de esa persona”.
Un cálculo complejo permite estimar por cada país cuántos meses de vida se perdieron por exceso de homicidios, una cifra que se multiplica por la población del país. Brasil, por ejemplo, perdió ocho meses en su expectativa de vida, que multiplicada por sus más de 190 millones de habitantes resulta en más de 100 millones de años de vida perdida.
Tomando como base la información de 15 países de América Latina, en 2009 la región perdió 331 millones de años de vida, según el informe.
La inseguridad afecta también el potencial económico: sin la mortalidad excesiva debida a los homicidios, el Producto Interno Bruto (PIB) regional habría sido 0,5% mayor, lo que equivale a una ganancia potencial de más de US$24,000 millones en 2009, según la ONU.
Otra opción es realizar un cálculo contable estimando los costos directos e indirectos del delito, explica Bergman.
“Por ejemplo, cuánto gastan las personas en protegerse comprando candados o pagando por vigilancia, cuánto gastan las autoridades en mantener un sistema de seguridad, en policías, fiscales, cuánto cuestan las cárceles, etc.”
La suma de esas estimaciones revela que los países de la región gastan en seguridad desde el 2,5% de su PIB, como Costa Rica (US$915 millones) hasta más del 10% en el caso de Honduras (US$1,700 millones).
Multicausal
“Hay muchos factores que inciden en el crecimiento del delito. El problema fundamental de por qué crece el delito es multicausal, multivariable”, afirmó Bergman.
Una paradoja de la relativa prosperidad que ha tenido el continente en los últimos 10 años es que más gente tiene capacidad de consumo y se vuelca a consumir productos muchas veces robados.
Bergman también destaca entre los elementos que han incidido mucho en el crecimiento del delito “la debilidad de las instituciones del Estado, como la policía, los jueces, las cárceles, que no han estado a la altura del desafío. En general son instituciones que no se fortalecieron, que no han incorporado tecnología, inteligencia, que han sido desfasadas por la amenaza de organizaciones criminales”.
Caso peruano
Al igual que la mayoría de países de América Latina, en el Perú también se invierte poco en seguridad. Y no solo desde el Estado, también desde la empresa privada. 
¿Por qué se destina tan pocos recursos a un problema que atañe a todos? Según César Ortíz Anderson, presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (Aprosec), el poco interés de las autoridades como de los privados para con este tema solo puede explicarse al desconocimiento que ellos tienen sobre las consecuencias económicas, sociales, etc., que origina la delincuencia.
Esta realidad ha originado a que la tasa de asesinatos de 2,3% por cada 100 mil habitantes registrada en el 2005 en el país haya aumentado en los últimos ocho años a 8,9%. “Para cambiar esto, no basta con modernizar a la Policía Nacional, se precisa de reformas que limpien a los operadores como aconteció hace años en Colombia”, refiere el presidente de Aprosec. (Raúl Vela)

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