Mientras algunos saltaron de alegría otros lloraron de frustración. Si bien el país logró 50,284 kilómetros cuadrados de zona marítima, Tacna se quedó sin 200 millas y sin mar en 300 metros de playa.
Minutos después que el presidente de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Peter Tomka, leyera la nueva demarcación marítima entre el Perú y Chile, numerosas reacciones se dieron a conocer en el país.
El presidente Ollanta Humala con una sonrisa que no podía ocultar dijo que el Perú podía sentirse satisfecho de la labor cumplida que nos ha permitido obtener más de 50,000 kilómetros cuadrados de mar.
La felicidad del primer mandatario sin embargo no era compartida por miles de tacneños.
De acuerdo con la sentencia de la Corte, Tacna seguirá encajonada, solo contará con 10 millas de mar. Esta situación no permitirá-ahora sí de manera definitiva- que los pescadores artesanales se beneficien de la anchoveta, caballa, perico, jurel y pota en los volúmenes que lo hacen los chilenos.
El sentimiento de frustración de los pescadores también fue compartido por algunas autoridades tacneñas. Y peor cuando se le escuchó al presidente chileno Sebastián Piñera, con mapa en mano, sostener que ellos tienen ahora el dominio sobre el triángulo terrestre que se forma entre el Hito 1 y el Punto Concordia.
Estando así las cosas, ¿qué tanto hemos ganado y perdido tras el fallo de la Corte? Para el diplomático Eduardo Ponce, para un país como el nuestro que ‘no tenía nada’ en esa área el hecho que ahora posea dominio sobre 50,284 kilómetros cuadrados de zona marítima es un triunfo. Más cuando esta zona tiene características de un área económica exclusiva, es decir, de uso y explotación de recursos naturales.
El internacionalista Miguel Ángel Rodríguez Mackay si bien coincide con el doctor Ponce que hemos ganado bastante tras el fallo, reconoce que hubiéramos obtenido un mejor resultado en el tema del paralelo, logrando que la Corte solo se proyecte hasta la milla 12, si es que el equipo jurídico peruano hubiera argumentado mejor este aspecto. “Como no sucedió así, hoy tenemos un sector perjudicado. Lo que queda ahora, es que el Estado implemente mecanismos y medidas para compensar a los pescadores tacneños que han visto frustradas sus expectativas”, dice el experto.
El historiador Antonio Zapata también considera que a la luz de los hechos los tacneños fueron los grandes perdedores, no solo por el tema de las millas sino porque a partir de ahora van a tener 300 metros de playa sin mar. Esto es lo que en derecho internacional se conoce como “costa seca”.
Algo más optimista se muestra Alexander Antialón Conde, coordinador general de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, quien considera que no hubo ganadores ni perdedores tras el fallo. “En aras de la buena vecindad, tanto Perú como Chile salieron victoriosos, pues ahora los ingentes recursos que se gastaban para comprar armamentos serán utilizados para financiar más obras sociales”, dice.
El Hito y el Triángulo
Sobre el triángulo terrestre (37,610 metros cuadrados) que se forma entre el Hito 1 y el Punto Concordia y que según Chile ahora les pertenecería, el internacionalista Rodríguez Mackay señala que esa interpretación lo único que intentaría buscar es la inejecutabilidad del fallo dado por la Corte.
De acuerdo con este experto, el tribunal nunca dijo que esa área iba a pertenecer a Chile, puesto que el tema terrestre es un aspecto ya resuelto. Lo que sostuvo la Corte es que la delimitación marítima parte de la intersección del Hito N 1 con el mar y que este punto no necesariamente debía coincidir con el límite terrestre. “Está claro lo que busca Chile, fiel a su historia, pretende dilatar la ejecución del fallo que por su naturaleza no debería tomar más de un mes”, advierte el doctor Rodríguez Mackay.
¿Qué hacer ante esta situación? El experto señala que debemos desestimar ir a la Corte para pedir una interpretación al respecto, ya que este pedido solo la hace quien está insatisfecho con el fallo, “y el problema de interpretación es de ellos, no de nosotros y menos de la Corte”.
De acuerdo con el Tratado del 29, firmado por el Perú y Chile, la frontera entre ambos países empieza en el Punto Concordia. El mismo Tratado en su artículo 12 refiere que si hubiera alguna controversia entre las partes, Estados Unidos será el país quien resuelva dicho impase. (Raúl Vela)
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