En la mayoría de
los países del mundo, si usted pide permiso a las autoridades para cultivar 750
plantas de cannabis, lo más probable es que termine en serios aprietos.
Sin
embargo, en Chile están dando luz verde para este tipo de cultivos.
Las
plantas fueron sembradas el miércoles 29 de octubre en un área designada por la
Municipalidad de La Florida, en Santiago, la capital del país, generando gran
atención de la comunidad local e internacional.
Se
espera que la cosecha esté lista en abril, cuando será recogida para su
transformación en aceite que funciona como analgésico, el cual será destinado
para el consumo de 200 pacientes con cáncer.
Debate sobre la
legalidad
A
pesar de muchos debates en la región, este es el primer proyecto de este tipo
en América Latina. Una tendencia que viene fortaleciéndose en el mundo, como
por ejemplo la República Checa, que dio pasos similares el año pasado.
Entre
los países de esta región, el debate ha estado focalizado en Uruguay, país que
este año se convirtió en la primera nación del mundo en legalizar el cultivo,
venta y consumo de esta droga.
No
obstante, en Chile han tomado un enfoque distinto, permitiendo el uso de
cannabis sólo con fines medicinales.
"No
queremos involucrarnos en el debate sobre el uso personal de la
marihuana", dijo Rodolfo Carter, alcalde de La Florida.
"Preferimos
concentrarnos con el tema médico. El objetivo es ofrecerle a la gente que está
padeciendo cáncer un tratamiento contra el dolor que sea más natural, saludable
y barato".
El proyecto de
cultivo será supervisado por la Fundación Daya, una organización local sin
fines de lucro. Y se elaborara un estudio clínico sobre la efectividad del
cannabis para aliviar el dolor.
"Eventualmente,
nuestra intención es que todo el mundo tenga acceso a cannabis como medicina,
incluso si no tienen recursos para comprarla", explica Nicolás Dormal,
cofundador de Daya.
"Por ahora,
nos vamos a concentrar en estos primeros 200 pacientes".
Té
de cannabis
Así como han
respaldado el proyecto en La Florida, las autoridades en Chile también han
otorgado permiso a una mujer para importar medicamentos hechos con cannabis.
Ese es el caso
de Cecilia Heyder, quien fuera diagnosticada con lupus hace cinco años, una
enfermedad originada por deficiencias en el sistema inmunológico.
Cecilia tuvo una
mastectomía y ha estado en tratamiento de radioterapia y quimioterapia.
Diariamente
consume decenas de analgésicos convencionales, pero dice que los efectos
secundarios eran devastadores.
"El
dolor era insoportable", contó Heyder.
"Quería
estrellar mi cabeza contra la pared. No podía caminar. Estaba en silla de
ruedas. Mis niños entraban al cuarto y yo ni podía levantarme de la cama para
besarlos".
Producto
de la desesperación, el año pasado obtuvo algunas hojas de cannabis y las
utilizó para hacer té.
Cecilia
cuenta que el efecto fue inmediato. El té resultó mucho más efectivo que
cualquier otro medicamento convencional que había probado.
El
problema para ella fue que luego de esa exitosa experiencia, no podía encontrar
más marihuana.
Por
eso comenzó a contactar a las autoridades chilenas para obtener permiso de
importación.
En
agosto pasado obtuvo el visto bueno y un mes después sus drogas comenzaron a
llegar provenientes de Europa.
De
acuerdo con las autoridades en Chile, esta es la primera vez que medicina hecha
de cannabis es legalmente importada en América Latina.
Costo
elevado
A
pesar de su magnífico beneficio, el tratamiento con esta droga es costoso, y
mensualmente puede representar un gasto de unos US$2.000.
Heyder
ha tratado de conseguir los fondos a través de una campaña pública que realiza
en redes sociales, pero solo ha conseguido dinero para cubrir tres meses de
tratamiento.
Pasado
ese período tendrá que ir a las calles a comprar marihuana ilegalmente, a menos
que el Estado esté dispuesto a ofrecer drogas hechas de cannabis gratis para
los pacientes.
"¿Me
veré forzada a acudir al mercado negro, y correr el riesgo de que me pongan
presa?".
"No
quiero volver a vivir eso. No quiero vivir con ese miedo", se lamenta
Cecilia.
Escepticismo
A
pesar de esto, no todo el mundo está convencido de los beneficios de la
marihuana.
Para algunos
doctores se trata de una droga adictiva y causa problemas psicológicos.
De hecho, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el consumo de cannabis
puede afectar la habilidad para el aprendizaje y puede exacerbar la
esquizofrenia (BBC MUNDO).
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