Para hablar sobre la industria editorial, entrevistamos a Aldo Incio Muñoz, librero, profesor y corrector de estilo, con casi 20 años de experiencia en el mundo de los libros.
Hasta
hace algunos años, a las pocas ferias de libro en Lima acudían poca gente. Hoy, la realidad es otra. Cada vez hay más producción literaria. Las ventas han mejorado. Hay más librerías. Sin embargo, aún falta consolidar el rubro, afirma Incio Muñoz.
— En el Perú,
¿cómo está el mercado editorial?
—
A pesar que este año fue algo difícil por el poco dinamismo de la economía, la
industria editorial se vislumbra positivo para el 2017. Estamos viendo que hay
interés de las editoras extranjeras por establecerse en el país, y eso es bueno
porque fortalece el mercado y los promueve.
— ¿El crecimiento
de este negocio empezó con la exoneración de los impuestos a los libros?
—
Fueron varios factores. Uno de ellos es lo que tú dices, pero lo más importante
fue el fortalecimiento de nuestra economía. Gracias a esa mejora, aparecieron
cadenas de librerías, como Crisol, que empezó con solo dos tiendas, y hoy tiene
33 en todo el país. Igual hicieron otras librerías. Por eso te digo, las
perspectivas son buenas para el próximo año.
— ¿La aparición de
los libros digitales, qué tanto ha afectado al libro de papel?
—
Hasta ahora no se ha visto que haya tenido la acogida que tuvo en otros
lugares; en el mejor de los casos, tanto el papel como el digital están
conviviendo.
— ¿Por qué los
libros digitales no están teniendo éxito en el país?
—
La gente aún ve a los libros físicos como un objeto de placer, donde tú puedes
exhibirlo, olerlo, tocarlo, y todas esas emociones rememorarte hechos pasados.
Algo que hasta ahora no ha conseguido el libro digital.
— ¿Qué está faltando para consolidar el
mercado editorial?
— Cuando una viaja
al extranjero, como México, Argentina, Brasil, Europa, uno observa que hay una
tradición muy importante sobre el tema del libro, como la constitución de
bibliotecas en cada ciudad, gracias al interés de las autoridades por promover
la lectura en su población. En cambio, en nuestro país adolecemos de esa
política. Y mientras estemos así de huérfanos, el tema va a seguir a paso
lento.
Otro
aspecto que está faltando, es contar con un lugar fijo donde podamos hacer las
ferias de libro, como suceden en Buenos Aires y México.
— ¿El sector
privado como está ayudando?
—
Si no fueran por ellos, muchos proyectos nunca habrían visto la luz.
Editora Planeta
— ¿Cómo trabaja
una editora en el Perú?
—
Te puedo hablar de Planeta, donde trabajo como asesor comercial. En nuestro
país, esta editora, cuya casa matriz está en Madrid, España, cuenta con una gerencia
general y cuatro áreas (comercial, editorial, marketing y administrativa), cada
una de ellas con un director.
—
¿Cuál es la labor del área editorial?
—
Trabaja de dos maneras. En la primera, se ven todos los proyectos que han sido
dejados en la recepción. El encargado de hacer ese trabajo es el lector de
manuscrito. Si el proyecto es bueno, se contacta al autor para dar forma al
futuro libro. Esto supone, trabajar con el editor, para ver si hay material
sobrante, como fue en el libro La
distancia que no separa, de Renato Cisneros, cuyo manuscrito original tenía
1.500 páginas. Después viene el corrector de estilo, para las subsanaciones
ortográficas. Luego se comienza a idear la tipografía del texto, si el libro
será de tapa dura o no. En caso de tratarse de una obra infantil, se verá el
formato; y si es ilustrada, además de preocuparse por el contenido, se tomaran
en cuenta los materiales, etc.
En
la segunda manera, se trabajan los proyectos de la misma empresa presentados
por el editor al comienzo del año, y que previamente fueron aprobados por la
gerencia general. Para este caso, el editor puede recurrir a un escritor, como
aconteció el año pasado con dos libros sobre política donde se contrataron a un
líder de opinión y a un historiador, o en su defecto valerse del apoyo de los profesionales
de la empresa para sacar adelante los proyectos.
— ¿El trabajo de
ustedes acaba con la publicación del libro?
—
No, continúa porque hay que asegurar el éxito de la publicación. El área
comercial y el de marketing ven ese trabajo.
— ¿Qué labor
realizan ambas?
—
El área comercial asegura los puntos de venta, para eso se contacta con la
distribuidora para colocar lo libros en las librerías, los supermercados, aeropuerto,
etc. El de marketing, por su parte, ve
todo lo concerniente a la promoción, ya sean entrevistas, publicidad, uso de
los medios digitales, y otros.
— ¿Cuánto
tiempo las librerías exhiben los libros?
—
Normalmente son tres meses. En el caso nuestro, nosotros trabajamos a
consignación con los puntos de venta.
— Los libros que devuelven
las librerías, ¿qué hacen con ellos?
—
Se terminan rematando, y, en el peor de los casos, destruyendo.
— ¿Para ingresar libros
de autores extranjero al Perú, ustedes se contactan con sus agentes literarios?
—
No hacemos contacto con ellos. Es Planeta España que nos sede los derechos para
que nosotros lo podamos publicar, o nos envían los libros para su distribución.
Si fueran de otros idiomas, nos llegan traducidos.
— ¿Cómo se manejan
las utilidades en Planeta?
— Va depender de la
importancia de la obra, y de las regalías que te dejen las ventas. Ahora, si
estamos frente a un escritor consagrado, se le conseguirán adelantos para
evitar que se vaya a otra casa editorial. (Redacción)
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