Diversos órganos del cuerpo se ven afectados. No tiene cura, y la medicación es de por vida.
Una de cada cuatro personas adultas es hipertenso
en el país. Por no presentar ningún síntoma, la mayoría recién se entera que
sufre de esta enfermedad cuando presenta algún problema de salud.
Ese fue el caso de Manuela Ortega, quien fue
diagnosticada con hipertensión arterial luego de visitar al médico por causa de
los dolores de cabeza, mareos y adormecimiento del rostro que sentía, y cuyas
molestias se acentuaban cada vez que se presentaba algún problema.
Según el doctor Javier Heredia, cardiólogo de
la clínica Angloamericana, la hipertensión arterial (presión alta) es una
enfermedad crónica que consiste en el incremento constante de la presión
sanguínea en las arterias debido al estrés, el cigarrillo, la herencia,
obesidad, edad y el excesivo consumo de sal. “Cuando la presión está elevada el
corazón trabaja más, haciendo que crezca de tamaño”.
La hipertensión arterial genera graves
problemas de salud. Entre ellos, el infarto cardíaco, considerado la primera
causa de muerte; el derrame cerebral, la insuficiencia renal y el daño ocular.
Manuela Ortega cuenta que producto de la
hipertensión, que cree la adquirió por herencia, ella comenzó a sufrir del
corazón a los 39 años.
Estudios de la Organización Mundial de la
Salud revelan que la hipertensión arterial generalmente afecta a los países de
ingresos medios y bajos por la debilidad de sus sistemas de salud, que han
originado que la mayoría de los casos de esta enfermedad no sean
diagnosticados, ni controlados ni tratados.
En el mundo, la región que presenta el mayor
número de casos de hipertensión es África, con un 46%, mientras que la menor
incidencia se da en las Américas.
Con relación a la mujer, el varón tiene más
probabilidades de desarrollar la hipertensión arterial. Las causas se
desconocen, aunque la Fundación Española del Corazón cree que la presencia de
los estrógenos en las mujeres actuaría como un factor de protección.
La hipertensión arterial no tiene cura, solo
se puede tratar. Por lo que, según el especialista, la medicación y los cambios
de estilo son de por vida.
En el caso de Manuela, el médico le recomendó
no tener emociones fuertes, a alimentarse de manera saludable, y a tomar una
pastilla diaria.
Una persona es hipertensa cuando su presión
arterial es igual o mayor a 140/90 mm Hg en dos o más oportunidades. Lo normal
es tener 120/80 mm Hg.
La primera vez que Manuela visitó al médico
por las molestias de salud que sentía, su presión era de 160/90 mm Hg.
Dispuesta a no continuar cargando el resto
de su vida con la hipertensión y el problema cardíaco, Manuela decidió en la
Comunidad Cristiana del Espíritu Santo, al cual ya asistía, perseverar para
recobrar su salud. Y así lo hizo. Luego de un tiempo, fue curada gracias a su
fe.
Un diagnóstico temprano, afirma el doctor
Heredia, puede ayudar a prevenir una serie de enfermedades. Por esta razón, el Ministerio de Salud
recomienda medirse la presión arterial con regularidad (al menos una vez
al año después de los 40) y tomar medidas para mantenerla normal o bajarla si
se tienen niveles de riesgo, en especial en personas con problemas cardíacos,
diabetes o que han sufrido un accidente cerebrovascular. (Redacción)
TRATAMIENTO
- Consuma una alimentación cardiosaludable,
que incluya potasio y fibra.
- Tome mucha agua.
- Haga ejercicio con regularidad, al menos 30
minutos de ejercicio por día.
- Si fuma, deje de hacerlo.
- Elimine la ingesta de alcohol.
- Reduzca la cantidad de sodio (sal) que consume.
- Disminuya el estrés. Si no puede por sí mismo,
practique yoga.
- Mantenga un peso corporal saludable.
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