lunes, 25 de noviembre de 2019

Perú: el drama de las mujeres que sufren violencia




De enero a octubre 140 mujeres ya fueron víctimas de feminicidio y 343 ya sufrieron algún tipo de violencia por parte de sus parejas. La falta de capacitación de los miembros del sistema judicial como de especialistas en este tema, han originado que el 34 % de los agresores estén libres y solo el 1 % haya sido sentenciado.

Mientras Rosita Linares yacía tendida de cubito dorsal al pie de la escalera de donde rodó, comenzó a recordar las palabras que su mamá le dijo cuando le presentó a Marcelo. “Hija, presiento que ese hombre no es bueno”. “Mejor continua sola”. 

En el Perú, lamentablemente, historias como la de Rosita Linares son muy frecuentes. Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), hasta el mes de octubre de este año 140 mujeres ya fueron víctimas de feminicidio y 343 ya sufrieron algún tipo de violencia por parte de sus parejas. Lo que hace suponer que las cifras de violencia hacia las mujeres este 2019 superarán las del 2018, donde alcanzaron los 149 feminicidios y 304 tentativas. 

Rosita no solo tuvo moretones en la cara y brazos, también una fisura en el tobillo derecho producto de la caída. Por lo que no pudo trabajar durante cinco meses. Su mamá preocupada la amenazó diciendo que, si no denunciaba a ese hombre, ella la dejaría sola y se regresaría a Huancavelica. Rosita se puso a pensar. “Será que la justicia atenderá mi caso y podré librarme de Marcelo”. 

Las dudas de Rosita se sustentaban en la historia de una vecina suya que denunció a su pareja, quien al enterarse de la denuncia una noche regresó al cuarto donde vivía con ella para darle una paliza. 

Datos del MIMP del 2018 revelan que el 34 % de los agresores en investigación están libres, y el 42 % que cometió feminicidio y se encuentra detenido, solo el 1 % recibió sentencia. Cruda realidad que desalienta a las mujeres a denunciar. ¿Pero por qué sucede esto? 

Tulio Bermeo Turchi, juez superior titular del distrito judicial de Ucayali, afirma que esta realidad se presenta porque faltan órganos jurisdiccionales especializados en temas de violencia. También porque no hay capacitación a los miembros del sistema judicial (Policía, Ministerio Público y Poder Judicial) ni a los órganos administrativos. Por esta razón, resalta, no hay suficientes casas refugio para las víctimas de violencia. 

Liz Meléndez, directora de Flora Tristán, piensa que esto también se presenta porque muchos operadores de justicias están impregnados de ideas machistas. “Decirles a las víctimas, qué habrás hecho para que tu marido te pegue”, o “por qué estuviste en la discoteca o saliste sola”, lo único que provoca es que se siga promoviendo y reproduciendo una cultura desigual y violenta hacia las mujeres” 

Naturalización de la violencia 
Si bien cada año más mujeres denuncian a sus agresores, también hay un 48 % que no lo hace porque no lo considera necesario.  

Para Liz Meléndez, esta situación se presenta porque tanto las víctimas como el entorno a los hechos, creen que la violencia solo se presenta cuando hay golpes físicos, cuando eso no es así. “La violencia psicológica, sexual y económica también son tipos de violencia que se deben denunciar y no pasar por alto”.  

Rosita Linares cuenta que antes que Marcelo la golpeara y la empujara por la escalera del edificio donde ambos vivían, él ya la insultaba. “Por mi condición de provinciana [nació en Huancavelica] cada vez que llegaba borracho me decía: “serrana de mierda”, “Apestas a llama, báñate”.

Cultura machista 
La violencia hacia las mujeres se presenta mayormente entre los 18 y 35 años. Esto debido a que es la etapa donde se empieza a tener pareja. Se inicia, se termina, se inicia de nuevo, etc. 

“Es en este contexto que, generalmente, el agresor no acepta la autonomía de las mujeres, no entiende que ellas no son de su propiedad. De ahí, que cuando cometen feminicidio se excusan diciendo que la mataron porque sus parejas terminaron la relación, porque se fueron con otra persona, o no quisieron tener relaciones sexuales con ellos”, asegura la activista de Flora Tristán.

Educación para prevenir
Reducir los índices de violencia hacia las mujeres, implica abordar varios aspectos. Bermeo Turchi dice que uno de ellos es empoderar a la mujer en el área económica para que no dependa del varón. Y para esto las políticas públicas deben enfocarse en este tema.  

“En cuanto al varón, hay que educarlo desde la familia para que aprendan valores. Y si ya son agresores, trabajar en la salud mental de ellos”, afirma el magistrado.

Liz Meléndez sostiene que es necesario seguir visualizando esta problemática para que continúe en la agenda pública del Estado. “Solo así las mujeres identificaran que lo que están sufriendo no es natural, que la relación que llevan no es una relación de igualdad de género, que no es función de las mujeres servir a los hombres; es importante que entiendan que las mujeres tenemos derechos sobre nuestros cuerpos, sobre nuestras vidas, que somos ciudadanas de pleno derecho”.

Por ello, agrega, el Estado además de difundir la no violencia contra las mujeres, también debe organizar campañas para dar a conocer los derechos que ellas tienen, como la Ley 30634, que tiene como objetivo prevenir, erradicar y sancionar toda forma de violencia producida en el ámbito público y privado contra las mujeres por su condición de tales, y que muchas desconocen. 

“Esta campaña no solo debe estar dirigida a la población, también debe alcanzar a los policías, médicos legistas, fiscales, jueces, etc., ya que muchos tienen ideas machistas y misóginos hacia las mujeres.

Liz Meléndez afirma que los cambios no lo veremos inmediatamente, pero sí ha mediano plazo en la medida que se continúe teniendo en agenda pública este problema que viven las mujeres.

Mayor presupuesto
Días atrás el Gobierno anunció que destinará 572 millones de soles para continuar con la estrategia de reducción de la violencia contra la mujer.

La ministra de Economía, María Antonieta Alva, en conferencia de prensa, dijo que, de los 572 millones, 185 millones serán para financiar la continuidad del Plan de Acción Conjunto 2019. 160 millones para financiar la ampliación de las intervenciones basadas en evidencias. Y 360 millones para salud mental. 

Sobre los recursos asignados a la problemática de la violencia hacia la mujer, tanto el juez superior de Ucayali como la directora de Flora Tristán, los consideran insuficientes.

“Ayudará, pero no podrá cubrir todas las aristas de este problema”, afirma el doctor Tulio Bermeo.

Rosita Linares luego de pensarlo mucho se atrevió a denunciar a Marcelo. Hoy vive en Huancavelica con su bebé y se siente tranquila de estar alejada de la pesadilla que le tocó vivir en Lima. Con la ayuda de sus padres, se prepara para postular a la universidad y hacer realidad su sueño de ser enferma. Qué así sea.

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