El alto número de muertos y heridos acaecidos en este pequeño país, se debió en gran parte a la precariedad de sus construcciones y al hacinamiento en la que vivían miles de personas. Haití era hasta ese entonces el territorio más pobre del continente americano, con un 80% de la población que vivía por debajo del umbral de la pobreza y un 56% cuyos ingresos eran menores de un dólar al día, y en el que la inestabilidad política estaba a la orden del día. El terremoto no hizo más que agravar esa precaria situación, destruyendo su capital, sus facilidades logísticas –aeropuerto, puerto y vías de comunicación–, sus instituciones nacionales e internacionales –el 60% de sus edificios gubernamentales– y sus servicios –comercios, bancos, y el 23% de sus escuelas–. Un sismo que sepultó a un país y que ocasionó unos 7,8 billones de dólares –alrededor de 5.850 millones de euros– en pérdidas económicas.
Más dificultades
Un año después, el país caribeño aún sigue literalmente sepultado. Como denunció el coordinador de Cruz Roja Española, Antoni Bruel, “es insostenible que un país, y sobre todo la capital, esté aún en escombro, lo que dificulta la labor de asistencia y reconstrucción”. Doce meses después de la catástrofe, en algunas partes de Puerto Príncipe aún es complicado circular.
Esta labor no le corresponde a las ONG, sino a la comunidad internacional y al Gobierno haitiano, a los que acusó de falta de respuesta. En la Conferencia de Donantes celebrada el pasado mes de marzo, se comprometieron ayudas por valor de 5.300 millones de dólares –casi 4.000 millones de euros– para los próximos dos años y de 9.900 millones de dólares –más de 7.400 millones de euros–, para disponer de ellos a partir de 2013. Pero muy poco de ese dinero se ha ejecutado. “Los gobiernos no están llevando a cabo esa labor de desescombro y es una de las cosas que están fallando en esta operación humanitaria”, destacó Bruel, quien añadió que, aunque las organizaciones humanitarias españolas sí están actuando de forma coordinada, se encuentran con el problema de que no existe una respuesta potente a “esas montañas de escombros”.
El coordinador general de Cruz Roja recordó que el ejército mexicano contribuyó a limpiar Honduras en 15 días después del huracán Mitch, situación que no se produce en Haití “porque es una isla y porque cuenta con una ley de la propiedad compleja en la que no existe la propiedad horizontal”.
Y mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado, Cruz Roja Española tiene previsto continuar con su plan de acción sobre Haití durante los próximos cinco o seis años. La organización ha recaudado cerca de 42,3 millones de euros –el 76,2% aportado por particulares, el 12% por empresas, el 10,3% por las administraciones públicas y un 1,4% por ONG–. De esa cantidad, la entidad ha ejecutado cerca de 12 millones que han servido para garantizar el acceso de más de 317.000 personas a agua potable y saneamiento básico.
Además, ha dado atención sanitaria a 766.000 personas, facilitando el alojamiento progresivo –un sistema de construcción provisional que permite su fácil transformación en residencias estables– a 2.715 familias y comenzaron la reconstrucción de escuelas y de sus propias sedes. Logros que se han visto complicados con la epidemia de cólera que ha matado a más de 3.300 personas y que supone una nueva dificultad para levantar un país que ha sido olvidado de la agenda internacional.
LO QUE EL TERREMOTO SE LLEVÓ
ANTES
- La economía de Haití era la más pobre del continente americano.
- El 80% de la población vivía por debajo del umbral de la pobreza y el 56% ingresaba menos de un dólar al día.
- Era el único país del mundo en el que se produjo una recesión en el acceso al saneamiento durante la pasada década.
- Los niños haitianos sufrían, ya antes del terremoto, alrededor de seis episodios de diarrea al año.
- La deforestación, que ha llevado a la superficie arbolada de Haití del 60% en 1923 a menos del 2% en 2006.
DESPUÉS
- El terremoto afectó al 15% de la población del país, alrededor de dos millones de personas.
- El terremoto mató a más de 222.000 personas, hirió a más de 300.000 y desplazó a más de un millón.
- Las instituciones nacionales e internacionales fueron afectadas. El 60% de los edificios del Gobierno desaparecieron.
- Las facilidades logísticas, aeropuerto, puerto y vías de comunicación, quedaron severamente afectadas.
- Los servicios, como comercio y bancos, se colapsaron. El 23% de las escuelas quedaron afectadas.
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