Cada año que pasa las lluvias, las sequias y las nevadas son más intensas, afectando no sólo la vida de las personas sino también la actividad económica de los países.
Para el ambientalista José Regalado las desgracias naturales-cada vez más frecuentes- que viene produciéndose en el mundo son producto del calentamiento global de la tierra producida por el hombre.
Según este ingeniero, la única manera de revertir esta situación es que los países industrializados (Estados Unidos, Japón, Rusia, etc.) reduzcan sus emisiones de C02, y cuyo gas precisamente es el responsable del deterioro de la capa de ozono.
Mientras los países del primer mundo se toman su tiempo en encontrar nuevas fuentes de energía que reemplacen al carbono, naciones como Brasil, Colombia, México, Venezuela, Australia, etc., vienen siendo afectados por la naturaleza.
Brasil hasta el 22 de enero tenía registrado producto de las lluvias más de 800 fallecidos y 400 desaparecidos. Siendo las ciudades más afectadas Nova Friburgo y Teresópolis. Asimismo 33 ciudades de Santa Catarina se encontraban en situación de emergencia, al tiempo que el pequeño municipio de Mirim Doce había declarado el estado de calamidad pública (cuando el desastre supera la capacidad de respuesta de las autoridades).
Las lluvias torrenciales que caen desde hace más de una semana en el sureño estado brasileño de Santa Catarina obligaron a 23.175 personas a abandonar su vivienda, mientras cinco personas murieron.
En el municipio de Joinville unas 6.300 personas se vieron forzadas a buscar refugio en casas de parientes o en espacios públicos organizados por las autoridades locales, al tiempo que en Jaraguá do Sul ese total ascendía este lunes a 6.182 personas.
En la capital de Santa Catarina, la turística Florianópolis, 2.600 personas tuvieron que abandonar sus viviendas.
También Colombia y Venezuela
En Sudamérica no solo Brasil viene siendo afectado por las fuertes lluvias. Debido al fenómeno de La Niña, Colombia sufre este año las peores lluvias de las últimas décadas. Hasta el momento, hay más de 216 muertos y alrededor de 1,5 millones de afectados, además de severos daños materiales debido a ríos desbordados y derrumbes.
El domingo 2 de enero, una gran avalancha de lodo en una barriada de Medellín, la segunda ciudad del país, dejó 16 fallecidos, 107 desaparecidos y siete supervivientes.
El presidente Juan Manuel Santos estudia declarar un estado de excepción para poder obtener recursos de ayuda a los afectados y hasta la semana pasada, el gobierno estimaba que necesitaría más de 300 millones de dólares para superar la tragedia.
Por su parte en Venezuela, más de 100.000 personas se han visto afectadas por las fuertes lluvias, que arreciaron durante las dos primeras semanas del mes y se han cobrado la vida de al menos 34 personas.
Cuatro provincias de la franja norte (Falcón, Distrito Capital, Vargas y Miranda) están en estado de emergencia, aunque las lluvias también afectaron a estados del oeste, donde se han desbordado ríos y existen poblados incomunicados.
El gobierno del presidente Hugo Chávez, que dedicó recursos excepcionales para paliar esta crisis, instaló más de 700 refugios en organismos oficiales, hoteles, escuelas e instalaciones militares y anunció que "tomará" terrenos para entregar viviendas a los damnificados.
La Niña también provocó que a fines del 2010 la temporada de huracanes fuera muy activa. Las inundaciones y tormentas tropicales causaron la muerte de más de 300 personas en América Central y de más de 100 en México.
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