Una década después de la publicación del informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) vemos que tras millares de víctimas del terrorismo, se evidencia la ausencia de un ‘perdón’ entre las partes afectadas. Entonces, ¿En qué se ha mejorado?
Agosto de 2003, la fecha en que se supo el resultado final de la CVR, donde se daba a conocer las consecuencias y testimonios de las víctimas del terror subversivo. Creada en junio del 2001 por el presidente interino, Valentín Paniagua, quien convocó a un grupo encargado de la recopilación de la violencia armada interna entre los periodos de 1980 al 2000. Designado como presidente a Salomón Lerner, entonces rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Además de abordar la violencia de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), se enfocó en profundizar las causas de la violencia entre nuestro ejército y dichas fuerzas delictivas. Se recogió los testimonios de más de 16 mil 900 personas y se organizó 21 audiencias con los sufridos de la violencia.
Este informe vio la luz un 28 de agosto, hace 10 años y tiene un total de 12 tomos y siete anexos. Inicialmente, siendo llamada únicamente como Comisión de la Verdad, se decidió agregarle la ‘r’ de Reconciliación, pero hasta el momento, hemos obtenido información y nos enteramos de la época más cruel, batalla encarnizada, deudos, muertos, y la única ‘r’ que ha prevalecido y figurado en esta década es la de rencor.
Ante este punto que, obviamente es la finalidad de dicho informe, el psicoanalista Moisés Lemlij reconoce que si bien la CVR ha esclarecido una realidad de lo que fueron los tiempos del terror, ésta no ha podido sentar las bases para un proceso de reconciliación.
“Como comisión de verdad, funcionó bien, pero no es la de reconciliación porque no tenía el peso político de empujar a las partes. Pero para que pudiera crear las bases de la reconciliación, debió estar también compuesta por militares, políticos en actividad”, recalca el especialista.
Esto se debió que la sociedad peruana estaba ‘enloquecida’ por el conflicto armado interno. Lo que mostraba Sendero Luminoso era la vulnerabilidad y corrupción del gobierno, lo que indica claramente Lemlij.
“En la época terrorista se vivía en un descontrol social. La Comisión de la Verdad ayudó a encontrar la verdad, pero que la reconciliación aún está pendiente”. Pero lo que sí explica es cómo poder llegar a la tan ansiada reconciliación de la que se ha buscado desde que se formó el grupo investigador. La clave es que el victimario tiene que reconocer su crimen y la víctima tiene que reconocer su deseo de venganza, porque es un hecho que lo tiene. A partir de ahí, el paso dado es gigantesco.
Lo que sí es cierto, es que la CVR fue exigida a dar muchas soluciones para las pocas herramientas que se le otorgó. No se le dieron las armas para lograr la reconciliación y ahora se acusa a sus integrantes de haber sido chivos expiatorios.
Lo que dice el informe
Para Moisés, ha sido importante para el afectado el dar su testimonio. Considera que un tratamiento efectivo, porque uno mismo busca hablar de su dolor y pena, ha sido el liberarse de todo lo que tenía dentro, ya que si no, se quedaría resentido para siempre y buscaría la venganza. Lo terrorífico es el saldo brutal que dejó la época subversiva y de ataques en nuestro país. El Equipo Forense Especializado (EFE) del Ministerio Público, se ha encargado de buscar los cuerpos de las víctimas después de ser conocido el informe. Se identificó los cuerpos, se exhumaron muchos restos y hasta la fecha llevan 2626 individuos. La exhumación comenzó en 2005, en el cuartel Los Cabitos en Ayacucho, allí se halló 109 cuerpos.
En el 2003, la CVR registró más de 8 mil 550 personas desaparecidas y 4644sitios posibles de entierro. Además, no todos los cuerpos pueden tener nombre propio, y de esto, más de mil 528 individuos se encuentran sin identificar, y por entregar a sus familiares restan 1381 cuerpos.
En el 2007 se inició la reparación colectiva en Huanta, Ayacucho con un presupuesto de 40 millones de soles para proyectos den 400 comunidades campesinas. En el gobierno de Ollanta Humala, se anunció el cambio de criterios para el pago de las reparaciones individuales y criticó el bloqueo registros. Hasta el momento no se ha mejorado nada. Hasta el 2012, cerca de 117 millones 358 mil 656 soles han sido ejecutados en reparaciones individuales, colectivas, simbólicas y programas de salud, donde 17 mil 652 personas de diversas regiones del país han recibido reparaciones económicas entre el 2011 y el 2012. Pero solamente este número representa al 23% de las personas inscritas en la lista de reparaciones económicas individuales.
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