Según el informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), más de la mitad de ciudadanos, es decir, el 68%, sufrió de un robo o intento de asalto de lo que va de este año y como están las cosas, esta cifra iría en aumento.
¿Quién no siente temor de salir sin que lo asalten? Esto se debe a la inseguridad que abunda en todas partes, y no solo en Lima, sino también en el resto del país. A pesar que en su oportunidad el ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, consideró las reacciones como “percepciones”, queda claro a la luz de la realidad que es una verdad innegable. El 86% de la población peruana teme ser víctima de un hecho delictivo ya que esto se debe a que el 38% sufrió algún ataque delincuencial en el 2012, según el estudio del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Solo a principios de este año, los efectivos policiales han desarticulado 238 bandas organizadas, que son 64% más en comparación al periodo del año anterior. Aun así el 78% de ciudadanos afirma no confiar en ellos.
El general (r) PNP y exjefe del Grupo Especial de Investigación (GEIN) Marco Miyashiro, afirma que el aumento de inseguridad se debe a que no hay una política pública criminal, lo cual es histórico en nuestro país. “Se necesita un enfrentamiento político directo que lidere la lucha contra la criminalidad y para ello es fundamental la decisión desde el Gobierno. Se invierte poco en la policía y en proyectos de seguridad”, exclama.
Por su parte, el director de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (APROSEC), César Ortiz Anderson, indica que el sistema no funciona porque no existe una cultura de seguridad preventiva en la población y que se necesita una reforma. “Definitivamente no se viene abordando bien el problema. No es un tema fácil, debe hacerse a largo plazo, y para esto es necesaria una reforma estructural en las principales instituciones que tiene el Estado. El Poder Judicial, el Ministerio Público y la Policía Nacional deben trabajar juntas, si una falla, todo se viene abajo”, sostiene.
Cada vez más jóvenes
En el Perú los menores de edad que cometen algún delito no son internados en un penal, sino en un establecimiento juvenil de donde por lo general terminan escapando al poco tiempo de ser recluidos. Esto lo saben los delincuentes por ello captan y entrenan cada vez a más chicos para convertirlos en temibles hampones. Los casos de ‘Gringasho’(17) y últimamente ‘Hormiguita’ (15) son el ejemplo palpable de hasta dónde son capaces de llegar los delincuentes.
¿Qué está pasando en el seno familiar? ¿Por qué cada vez hay más delincuentes y sicarios juveniles? Según Marco Miyashiro muchos jóvenes se convierten en asesinos porque no tienen una figura maternal o paternal en casa que los forme. César Ortiz por su parte afirma que se trata de un problema de familias disfuncionales que los delincuentes saben aprovecharlo para captar a los chicos y llevarlos por el mal camino.
También explica que se sigue usando a jóvenes para actos criminales como en la década del terrorismo. En el gobierno de Fujimori, se normó que si se capturaba a un menor de 14 años se le procesaba como terrorista y al responsable que lo involucró, se le condenaba a cadena perpetua. “Esto fue una aberración para la Doctrina Internacional del Derecho, pero fue necesario en tiempos de emergencia. Se debía tomar una decisión política y la hubo, hoy en esto se está fallando, no hay una decisión para combatir la criminalidad en el país”, recalca.
Para Héctor Jhon Caro, exdirector de la Dirección contra el Terrorismo (Dircote), el incremento de la delincuencia juvenil demuestra que algo grave está pasando en el seno de las familias. “Si los padres lo llevan por el camino del crimen, entonces los chicos creerán que eso es lo correcto, a pesar que la ley diga lo contrario. Esto viene amarrado con un tema cultural, falta de educación y el resultado son generaciones delincuenciales”, concluye.
Tanto Caro como Miyashiro y Anderson coinciden que si el Gobierno quiere realmente abordar en serio el tema de la seguridad ciudadana no solo tendrá que mejorar la parte logística de la policía sino también deberá realizar otros cambios, como modificar el Código Procesal Penal que actualmente favorece más al delincuente que a la víctima. También tendrá que incrementar el presupuesto en el sector Educación para trabajar en el seno de las familias, sobre todo las disfuncionales, para prevenir futuros delincuentes.
Mientras esta problemática se aborde de manera superficial, cada vez las calles estarán más infectadas de delincuentes. Los peruanos tendremos como aconteció en el ‘Viejo Oeste’ durante el siglo XVIII en los Estados Unidos, que andar con nuestro revólver al cinto para poder defendernos. ¿Tendremos que llegar a esta situación?
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