Muchos latinoamericanos vienen inscribiéndose en la nueva reforma de salud que el presidente Obama ha lanzado para los más necesitados.
“Si no fuera por mis problemas de salud, que son serios, te diría que estoy contento, pero aliviado me sirve igual”, dice Castillo a un medio de comunicación a las afueras de un centro comunitario de salud del oeste de la ciudad de Miami, donde acaba de contratar una de las nuevas pólizas de salud con subsidios federales.
Hasta el año pasado, este joven nacido en EE.UU. de familia nicaragüense, tenía que pagar US$1.200 mensuales por un seguro de salud que no le cubría los primeros US$7.600 que gastara en tratamientos, debido a una enfermedad “degenerativa preexistente” de la que prefirió no dar detalles.
Ahora pagará US$320 al mes por un plan que considera más conveniente y aunque reconoce que “ todavía es mucha pasta (dinero)”, Castillo insiste en que se siente “aliviado” por poder contar con una cobertura médica más adecuada a su condición de salud.
Es un caso que se repite con variaciones en otras partes de EE.UU., donde por estos días muchas personas buscan información sobre los nuevos planes médicos subsidiados que les permitirán gozar de cobertura y, además, sin temor a ser rechazados por dolencias que puedan tener.
Pero el sistema arrancó con dificultades técnicas, que se sumaron a la polémica en torno al Obamacare, la misma que justo el 1 de octubre llevó al cierre del gobierno federal al impedir que demócratas y republicanos se pusieran de acuerdo en la aprobación del presupuesto.
Problemas técnicos
Los mercados de seguros funcionan por estados. Algunos de ellos administran sus propios sitios web, mientras que en 36 estados el gobierno federal, a través del Departamento de Salud ha debido crearlos ya que los gobiernos regionales se negaron a participar en el plan.
En muchos casos, los sitios web han estado dando problemas en la navegación, no permiten que las personas terminen de contratar las pólizas y sugieren a los usuarios intentarlo en otra oportunidad.
Según el gobierno federal esos problemas se deben a un exceso de tráfico, unos 8,6 millones de visitantes en la primera semana de funcionamiento, mayor del originalmente previsto, lo que demostraría el alto interés de la población en el nuevo esquema.
Pero para los detractores es evidencia de improvisación y refuerza los argumentos de muchos congresistas sobre la necesidad de dejar en suspenso la fase del mercado de seguros hasta por lo menos un año, tiempo en el que muchos de ellos confían quizá no tanto en arreglar como en derogar la ley.
Importancia hispana
Así como se dice que los latinos fueron cruciales para la reelección de Barack Obama en la presidencia, ahora son considerados igualmente importantes para el éxito de la reforma.
“Los hispanos son uno de los grupos minoritarios que no tienen seguro médico”, dice Alejandra Gepp, directora asociada del Instituto para la Salud Hispana del Consejo Nacional La Raza.
La Oficina del Censo indica que los hispanos son en promedio más jóvenes -27,6 años frente a los 42,3 del resto de la población- por lo que serían aportantes netos de recursos para el fondo que sustenta el mercado, que sufragará gastos de mayores y enfermos con las primas que pagarán los más sanos. (BBC)
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