En Perú casi dos
millones sufren esta enfermedad que no discrimina edad ni condición social, y
que de no ser tratado a tiempo, puede conducirte al suicidio.
A
pesar que un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del 2014 da
cuenta que el 2020, la depresión será la segunda causa de incapacidad del
mundo, lo que pone a este trastorno anímico y mental en un lugar bastante
preocupante, en Perú apenas se invierte S/. 11.50 por persona para tratar los
diversos problemas de salud mental (ansiedad, trastorno bipolar, déficit de
atención, depresión o esquizofrenia) que aquejan a la población.
Según
el Ministerio de Salud (Minsa), en el país hay casi dos millones de personas
que sufren de depresión, siendo Lima, Arequipa y Trujillo los departamentos con
el mayor número de peruanos con esta enfermedad.
La depresión no discrimina edad ni condición social. Provoca angustia mental y
afecta a la capacidad de las personas para realizar incluso tareas cotidianas
más simples, lo que origina en ocasiones efectos nefastos sobre las relaciones
con la familia, los amigos y para poder ganarse la vida. En el peor de los
casos, la depresión puede provocar el suicidio, que según la OMS se ha
convertido en la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años.
De
acuerdo con el Minsa, en el 2015, el 80% de los 334 casos de suicidios
presentados en el país tuvo su origen en problemas de ánimo y depresión.
El
psiquiatra Freddy Vásquez, del instituto Hideyo Noguchi, sostiene que varias
conductas suicidas están asociadas a la depresión que se forman desde la
infancia. “Si uno deja que la depresión avance, en muchos casos termina en el
suicidio, aunque no en todos”, explica.
Durante
años, agrega, se consideró el suicidio como una reacción ante una adversidad
específica que vive una persona, sin embargo se ha demostrado que influyen
varios aspectos. “Algunos nacen con la disposición genética para ser depresivos
y otros más resistentes, pero si en la infancia estas personas vulnerables
sufren de abandono, descuido o poca atención familiar, tendrán mayor
predisposición a desarrollar depresión severa”, explica.
Depresión en alza
Cifras
de la Dirección de Salud Mental del Minsa revelan que en el 2015, 180 mil
personas sufrían de depresión; y hasta el mes de agosto del 2016, ya había 135
mil con esta enfermedad.
El
doctor Carlos Bromley del Minsa afirma que la gravedad de la depresión radica
en que es poco predecible, incluso cuando ya ha sido detectada. Un caso de
depresión leve puede complicarse y terminar en suicidio en cuestión de horas.
“La evolución depende de cada caso y de muchos factores que pueden estar
alimentando el problema”, explica el especialista. (Redacción)
TRATAMIENTO
Dependiendo
del tipo de depresión, la persona requerirá de fármacos, terapias de grupo,
actividad física, pero sobre todo, dice el doctor Bromley, del apoyo y la compresión
de la familia y amigos.
“Intenté
suicidarme”
Los
problemas de salud de su papá y la crisis económica de su familia, llevaron a
la adolescente Aracelly Tamariz a caer en depresión. Para entonces tenía 16
años.
Para
tratar su dolencia, Aracelly en compañía de su madre fue al hospital Naval, donde
estuvo en tratamiento por más de un año, tomando pastillas (clonazepan,
fluosetina, etc.) y asistiendo a terapias de grupo.
“Al
ver que mi situación no mejoraba, con 17 años intenté suicidarme con una
sobredosis de pastillas que tomaba para la depresión”.
El
psiquiatra que la trataba recomendó su internamiento; en ese entonces, que
Aracelly pierde todas las esperanzas.
Gracias
a una invitación de su madre, asistió a la Comunidad Cristiana del Espíritu Santo,
donde empezó a luchar por su salud. Luego de un tiempo de perseverar, gracias a
su fe en Dios, logró curarse.
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