El incremento de
la violencia contra la mujer también está afectando a los hijos. Hoy, cada vez
más chicos son rebeldes, incluso algunos ya son parte de pandillas.
En
hogares donde la violencia es ‘pan de cada día’, no solo la mujer se constituye
en víctima sino también toda la familia.
Lo
más triste de esta realidad, es que esta violencia que afecta al seno del hogar
cada año está aumentando.
A
pesar que en el 2011 el Congreso endureció las penas para castigar este tipo de
delito y se comenzaron a incrementar las campañas de las diversas instituciones
públicas y organismos no gubernamentales para combatir la violencia, los
índices de feminicidio y tentativas no disminuyeron, por el contrario fueron
aumentando desde el 2009. (Ver cuadro)
Este
año tampoco ha sido la excepción. Solo en dos meses se han registrado 47 casos
de feminicidios y tentativas, 10 más que en el 2013
Como
consecuencia de este incremento, hoy tenemos más niños huérfanos y con
problemas físicos, emocionales y psicológicos en todo el país.
Para
el doctor Tulio Bermeo, ex fiscal de familia, los altos índices de feminicidio
reflejan una serie de errores de parte de las autoridades quienes están tratando
de combatir un problema complejo a través de una ley y con compañas esporádicas
que no vienen dando resultados.
“Si
queremos ser eficientes en este tema debemos trabajar de manera integral, es
decir, tenemos que ver el aspecto educativo con
los padres para que ellos inculquen valores a sus hijos; con los profesores
para que enseñen a los chicos que las diferencias con sus compañeros o
compañeras no se resuelven a golpes. Y esta tarea es obligación de todos
quienes tienen que informar sobre los derechos que le competen a una persona
cuando es agredida”, dice Bermeo.
No denuncian
Las víctimas de la violencia
doméstica provienen de todos los sectores de la vida, de todas las culturas, de
grupos de bajos o altos ingresos económicos, de todas las edades. Ellas
comparten sentimientos de impotencia, aislamiento, culpa, temor y
vergüenza.
Todas esperan que no suceda
nuevamente, pero a menudo se repite, lamentablemente las cifras así lo
confirman.
De
acuerdo con el Ministerio de la Mujer, el año pasado el 64 por ciento de las
víctimas no tomó ninguna acción contra el agresor. Solo el 36 por ciento hizo
algo.
¿A qué se
debe esta realidad? Según
Liz Meléndez, directora de Flora Tristán, la razón se encuentra en el temor que
la mujer siente hacia al agresor quien aprovechándose de su relación afectiva
con la víctima y los estereotipos que aún existen en una sociedad tolerante
impone su fuerza.
“Precisamente
por esta razón es que muchas de ellas no denuncian a su agresor, y si lo hacen,
fue porque la violencia alcanzó a sus hijos. Si bien esto es bueno, la mujer no
debería esperar a que ello acontezca”, sostiene Meléndez.
¿Cómo afecta a
los hijos?
De
acuerdo con la Policía, la mayoría de los delincuentes juveniles provienen de
hogares disfuncionales, es decir de familia donde la violencia es ‘pan de cada
día’.
Si
bien la violencia condiciona la conducta del futuro joven, no todos terminan
delinquiendo.
Según
Carmen Mendoza, decana del Colegio de Psicólogos de Huánuco, los niños y niñas que
ven a sus padres como se agreden terminan sembrando en sus corazones decepción
y odio hacia ellos, que algunas veces acaba en parricidio.
Otros
en cambio se deprimen y hasta se suicidan pensando que la violencia existente
en sus casas es por culpa de ellos. Mientras que algunos abandonan la escuela
para frecuentar las pandillas.
“Sea
cual fuera la razón de la violencia, no cabe duda que esta afecta seriamente la
autoestima de las víctimas, donde no solo la mujer desarrolla sentimientos
negativos hacia su agresor sino también el resto de la familia”, dice Mendoza.
Un
caso que grafica esta triste realidad aconteció en setiembre del año pasado en
un pueblito de Arequipa. Ovidio de Jesús acuchilló varias veces a su exesposa
Yuleidis Murcia Martínez delante de los hijos de ambos.
Como
consecuencia de ver presenciado este hecho de sangre, la abuela de las dos
menores, Rosita Martínez Oliveros, cuenta que sus nietas despiertan casi todas
las noches llorando y con pesadillas
La
violencia que está destruyendo la familia no diferencia sexo, raza,
edad o condición social; se produce en diversos escenarios de la
sociedad. Es hora de cambiar esta
realidad. La decisión está en tus manos, mujer.
(Redacción)
DATOS
1.- De acuerdo con
el Ministerio de la Mujer, 11 mujeres mueren cada mes a manos de sus parejas o exparejas.
2.- Los celos constituyen
la principal causa de agresión.
3.- El 74% de los
agresores reveló que lo hizo premeditadamente. Y el 62% con crueldad.
4.- En la mayoría
de los casos la agresión se cometió en la casa de la víctima.
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