A pesar que tenemos una norma legal que los
protege, muy poco se ha hecho para darles una mejor calidad de vida. De ahí,
que aún los veamos trabajando.
Llegar a la vejez en el
Perú, es muy preocupante. Por lo menos, así se desprende del reciente informe
técnico del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), sobre la
situación del adulto mayor en el país.
De acuerdo con este
documento, la falta de un seguro social y de una pensión de jubilación, ha
obligado a muchos de ellos a continuar trabajando, cuando por su edad deberían
estar en casa al lado de la familia.
Según el INEI, en el último
trimestre del año pasado, el número de adultos mayores que trabajan aumentó en
6,8% respecto al mismo trimestre del 2013.
En cuanto a la
participación laboral por géneros, el informe reveló que se incrementó en 17%
la participación femenina, mientras que la masculina creció 2,8%.
Lo más triste de esta
realidad, no es ver a los adultos mayores trabajando, sino siendo explotados.
En el 2013, según este
mismo informe, el ingreso promedio mensual de estas personas en las zonas
urbanas era apenas de S/.800, mientras que en la sierra esta llegaba a los S/.490,
y en la selva urbana, a S/.550.
Tomando en cuenta que solo
el 78,1% de los adultos mayores cuenta con algún seguro médico, ¿es posible
enfrentar las dolencias propias de la edad con ingresos de esta índole? Obviamente
es bien difícil, asegura el doctor Jesús Bonilla, presidente de la Federación
Médica del Perú.
Para Bonilla, dependiendo
de la dolencia que aqueje al adulto mayor, el gasto promedio para que una persona
de esa edad tenga una vida llevadera ascendería a S/.2.000. “¿Qué adulto mayor
gana esta cifra?, son muy pocos”, dice el dirigente.
Hasta el año pasado, el
porcentaje de adultos mayores con enfermedades crónicas en el país ascendía a
81,1% en mujeres y 71,1% en varones.
Si bien el informe técnico
del INEI no explica las razones del porqué este sector gana bajos salarios, la
Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del 2011 sí lo señala.
De acuerdo con la Enaho, la
causa está en que el 55% de esta población no logró culminar los estudios
primarios. Esta situación, a decir de Javier Olivera y Jhonatan Clausen,
autores del libro “Las características del adulto mayor peruano y las políticas
de protección”, habría tenido consecuencias sobre los procesos de
acumulación de capital humano de estas personas, lo cual a su vez habría
representado peores condiciones de acceso al mercado laboral y por tanto les
habría impedido acceder posteriormente a los beneficios de la seguridad social
asociada al empleo formal.
A pesar que desde el 2006,
a través de la Ley de las Personas Adultas Mayores (28803), se busca en el Perú
mejorar la calidad de vida de estas personas, la realidad nos dice que muy poco
se ha hecho en favor de esta población, que cada vez es más numerosa.
Así tenemos, por ejemplo,
que para ser atendidos en los hospitales tienen que esperar horas, a pesar que
la Ley 28803 señala que ellos tienen preferencia. Algo parecido acontece en el servicio de transporte.
Al problema laboral, educativo
y de salud que sufre el adulto mayor, se suma también el de la jubilación.
Según cifras de la Asociación
de AFP,
en el 2014, solo el 53% de las personas mayores de 65 años cuenta con una pensión para su vejez.
Toda una fatalidad.
La problemática del adulto
mayor no es de ahora, data principalmente desde mediados del siglo XX, cuando
debido a las tendencias con relación a la esperanza de vida y las tasas de
fecundidad, nuestra población comenzó envejecer más rápidamente, situación que se cree va acentuarse en las siguientes décadas.
Por eso, la doctora Eugenia
Fernan-Zegarra, adjunta para la Administración Estatal de la Defensoría del
Pueblo, sostiene que no solo debemos preocuparnos por tener calidad de vida
cuando tengamos 60 años o más, sino más bien prepararnos todos los días para la
vejez.
Por otro lado, las personas
adultas mayores son las mejores defensoras de sus derechos, por lo que sería
recomendable, agrega, que constantemente se les informe o capacite sobre los
mismos y los mecanismos para defenderlos. “Una institución cercana a ellos
suele ser la Defensoría del Pueblo, a la que podrán acudir cuando sientan que
sus derechos no son respetados por las dependencias o funcionarios del Estado,
como por ejemplo los servicios de salud, los gobiernos regionales y locales, la
ONP, entre otras”, dice la funcionaria. (Redacción)
NOTA
1.- Según el INEI, hasta el 2013 vivían tres millones de adultos mayores
en el Perú.
2.- Para esta institución, somos un país relativamente joven. El 62,4%
tiene entre 15 y 64 años de edad.
3.- El 61,8% de personas de 60 años a más aún es jefe o jefa de hogar.
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