Hasta el 2010, más del 50% de peruanos sufría de esta enfermedad degenerativa, que se hace más frecuente en invierno.
A
partir de los 50 años, muchas personas suelen sufrir de artrosis debido al
desgaste natural de las articulaciones. Suele afectar la zona de las rodillas,
la cadera, la columna vertebral y los dedos de las manos y de los pies.
En
los últimos años, el cambio de hábito de vida de nuestra sociedad ha originado
que los menores de 50 años también sufran esta dolencia.
Carlos
Glave Testino, reumatólogo de la clínica San Felipe, señala que en el caso de
estas personas los factores de riesgo son la presencia de artritis, las
condiciones climáticas como el frío y la humedad, los antecedentes familiares,
así como actividades laborales y traumas deportivos.
Según
estadísticas del Ministerio de Salud, hasta el 2010, el 50% de los peruanos
mayores de 50 años sufría de artrosis. Dentro de ese grupo, estaba Berenice
Moncada Carrasco.
Ella
cuenta que esta dolorosa enfermedad lo heredó de su padre.
“Cuando
tenía 37 años comencé a sentir dolores en algunas partes de mi cuerpo. No le di
importancia porque al poco tiempo se fueron. Sin embargo, luego de algunos
meses los dolores volvieron, pero más intensos, sobre todo en las piernas”,
narra.
En
América Latina, la prevalencia de personas con artrosis es del 7,3%. Se estima
que para el 2050, unas 700 millones de personas en el mundo estén sufriendo de
esta enfermedad.
La
artrosis no se manifiesta por igual en las personas. Las zonas afectadas
dependerán si es hombre o mujer.
En
el caso de las mujeres, Glave Testino explica que a ellas la artrosis les
afecta más las rodillas.
Agrega
que la paciente refiere dolor sobre todo al iniciar la marcha, al bajar
escaleras y también al cabo de un rato de andar. En una primera fase el dolor
mejora con el reposo y las rodillas no suelen doler si la persona no anda. Sin
embargo, con el paso de los años, el dolor está presente la persona aun cuando
no esté caminando.
Berenice
refiere que al tercer año de convivir con esta enfermedad, los dolores en las
piernas se hicieron más agudos al punto de no dejarla caminar.
“Si
no fuera por mi sobrina que me ayudaba con los quehaceres del hogar, no sé qué
hubiera sido de mi vida y la de mi hijo, que en ese entonces solo tenía tres
años”.
Dependiendo
del desgaste del cartílago, la artrosis puede ser de grado leve, moderado o
severo.
Tratamiento
La
artrosis no tiene cura, pero el deterioro del proceso degenerativo de las
articulaciones puede ser controlado a través de tratamientos.
La
doctora Ofelia Mendoza, de Surco Salud, dice que el tratamiento es por etapas.
Se inicia calmando el dolor a través de infiltraciones. Posteriormente con ejercicio
físico moderado para recuperar el movimiento de los miembros comprometidos.
En
el caso de la artrosis de rodilla, recomienda la ozonoterapia intrarticular
como una alternativa de tratamiento, por los buenos resultados sin efectos
secundarios ni contraindicaciones.
“La
disminución del dolor suele establecerse desde las primeras sesiones de tratamiento,
habiéndose establecido una media de cinco sesiones para obtener una mejoría
subjetiva”, afirma.
Con
41 años de edad, Berenice Moncada conoció la Comunidad Cristiana del Espíritu
Santo, por medio de un programa de televisión, donde participando de las
cadenas de sanidad, logró recuperar su salud a través de su fe.
“Hace
cinco años ya no siento dolor, estoy totalmente curada. Todo se lo debo a
Dios”, cuenta. (Redacción)
- Se presenta de manera unilateral
- Rigidez local
- Dolor
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