En el Perú aún existen pueblos con problemas limítrofes. Esto, como es
obvio, ha generado varios conflictos entre poblaciones vecinas.
En el 2011, el entonces candidato Ollanta Humala
prometió acabar con el desorden territorial. Cinco años después, todo sigue
igual.
Para la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (Cepal), el desorden territorial constituye un gran obstáculo para
emprender la diversificación productiva de un país.
Doris Guarda, representante del Ministerio del
Ambiente (Minam), ha resaltado la importancia del ordenamiento territorial (OT)
como herramienta para articular el territorio de acuerdo a sus potencialidades
y limitaciones, para el manejo sostenible del ambiente y promover el uso
adecuado de los recursos naturales. Guarda reseña que existen obstáculos como
la falta de equipamiento y de recursos humanos en las regiones.
Más allá de estos obstáculos, especialistas como
Rafael Salgado, ingeniero ambiental de Aide
Au Développement Gembloux (ADG), señalan a la Ley 32030 como una de las
mayores limitaciones para el ordenamiento territorial. “Esta norma quitó la
categoría de vinculante a los procesos de OT. Esto quiere decir que por más que
mediante un Plan de Ordenamiento Territorial se defina que un área es de
conservación, al no ser vinculante, el Estado tiene la posibilidad de omitir lo
establecido”. Al respecto, Doris Guarda afirma que el OT orienta la toma de
decisiones, por ello, corresponde a los que lo implementan que tomen las
acciones necesarias. Un punto con el que disiente Ana Leyva, directora de
CooperAcción, pues considera que ordenar y planificar van de la mano, por lo
que estos procesos deberían ser vinculantes.
Leyva recuerda que en Perú determinados sectores
económicos suscitan miedo hacia el OT de manera injustificada pues estas
políticas públicas están presentes en los países desarrollados que buscan
promover el desarrollo de manera sostenible.
Carlos Cabrera, del Centro Nacional de Planeamiento
Estratégico (Ceplan), identifica el OT como uno de los ejes necesarios para
elevar los estándares de desarrollo del país que busca incorporarse a la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Una mirada desde lo local
“La gestión del territorio de manera compartida y
consensuada es un camino imprescindible para el desarrollo sostenible. El
ordenamiento territorial comunal ha permitido un aprendizaje acumulado de
saberes ancestrales para gestionar el territorio que no deberían obviarse en
los procesos oficiales”, explicó Pierre Rouschop, representante de ADG, en el
foro “Territorio, Gobierno y Comunidad: fortaleciendo el ordenamiento
territorial desde lo local a lo nacional”.
Cirilio Romero, alcalde de Mirachi, Huánuco,
defiende de manera enérgica la necesidad de impulsar el OT. “Si a veces los
pueblos no emergemos es porque desconocemos nuestras potencialidades. Por eso,
creo que el ordenamiento ya debe establecerse como una política pública de
estricto cumplimiento”.
Por su parte, Alejandro Chirinos, sociólogo del
consorcio ACPic, sostiene que necesitamos una ley que permita articular mejor
los diversos instrumentos de planificación territorial; ayude a fortalecer la
consulta y participación de las comunidades y la ciudadanía local y contribuya
al proceso de descentralización fortaleciendo la articulación
comunidad-distrito-provincia-región, lo cual es fundamental para alcanzar
mayores niveles de gobernabilidad. (Redacción)
SABÍA
A la
fecha, en el país hay nueve procesos de ordenamiento en comunidades de Cusco,
Huánuco y Áncash.
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